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Por primera vez en su historia, Estados Unidos está en guerra ininterrumpidamente desde hace 15 años. George W. Bush definió su Estrategia Contra el Terrorismo como global. Estrategia que la Unión Europea no tardó en adoptar
Tras el11 de Septiembre 2001, el mundo cambió y no por casualidad. Verdad y mentira se hicieron sinónimos.
Elementos cada vez perturbadores y concordantes van hacia un serio cuestionamiento sobre la tesis oficial del 11-S y revela la posibilidad de una inmensa e inquietante manipulación.¿Chocó un avión realmente contra el Pentágono?
El personal militar fue fotografiado junto al lugar del impacto y vieron un objeto grande y ligero cubierto por una lona Se cree que con esto se quería ocultar su contenido al público. Las autoridades dicen que el objeto era un tienda de campaña, y no una prueba para ocultar al público.Desde luego no era un avión.
Según los defensores de la teoría de la conspiración, no se observan ni restos de equipajes ni cadáveres ni trozos de cadáveres y ni restos del avión. Esta información, sin embargo, es imprecisa, ya que la prensa publicó fotografías de restos humanos carbonizados y de un avión.Probablemente eran de archivo, porque el Pentágono estaba intacto.
Según el periodista Thierry Meyssan, autor del libro "La escalofriante impostura", Bin Laden estaría siendo manipulado por la CIA, y ningún avión chocó jamás contra el Pentágono en Washington. Una serie de elementos que han ido apareciendo desde el día 12-S sugieren y refuerzan la hipótesis de una puesta en escena, del uso probable de un misil, pero no un avión. Se pueden encontrar imágenes fuertes sobre las cuales se apoyan esta hipótesis en los sitios Web Réseau Voltaire y asile.org.
El libro también hace la luz sobre numerosas contradicciones de la versión oficial, como por ejemplo el pasaporte del terrorista Mohamed Atta encontrado intacto entre las ruinas del World Trade Center. Los terroristas encontrándose dentro del avión, es decir en el corazón de la hoguera, sus pasaportes deberían lógicamente haberse carbonizados.
"Bin Laden, la verdad prohibida". Este libro investiga los lazos y vínculos que los Estados Unidos y la CIA han mantenido durante mucho tiempo con Bin Laden y los Islamistas, y sobre las motivaciones petroleras de la guerra en Afganistán.
George W. Bush y varios de sus consejeros o ministros provienen de la industria del petróleo.Desde el mes de julio del 2001 en círculos militares se hablaba de una intervención militar para "estabilizar" a Afganistán y hacer pasar un oleoducto, a fín de encaminar hacia la costa pakistaní las fabulosas reservas de petróleo de las antiguas republicas soviéticas del Kazajistán y de Turkmenistán.
Los atentados del 11 de Septiembre dieron un pretexto ideal...
Otros elementos perturbantes: la administración Bush habría pedido al FBI de frenar las investigaciones sobre las redes islámicas, provocó la renuncia del numero 2 del FBI, John O'Neill (quien murió el 11 de septiembre en el World Trade Center, del cual era el Director de seguridad...).
En fin, según una revelación hecha por la prensa ('Le Figaro'), un agente de la CIA habría encontrado a Bin Laden en Julio del 2001 en Dubaï, en su cuarto de una clínica americana donde era tratado por problemas renales. Este encuentro tuvo lugar dos meses antes de los atentados, cuando Bin Laden era oficialmente buscado por los Estados Unidos por atentados anteriores. Se sabe también que 2 días después de este encuentro, el agente de la CIA volvió a los Estados Unidos, probablemente para redactar su informe a sus superiores.
"La guerra de los Bush" de Eric Laurent
Una nueva guerra se prepara en Irak. George W. Bush invoca con insistencia la lucha "del bien contra el mal".¿Que esconde este discurso? Una verdad perturbante, inmoral, cuestiones molestas porque el presidente George W.Bush y su padre mantienen desde hace 20 años relaciones con la familia Bin Laden. ¿Por que George W.Bush ha ayudado constantemente en sus actividades petroleras, a un poderoso banquero Saudita, cuñado de Osama Bin Laden, a quien se acusa de haber financiado las redes de Al Quaeda? ¿Bush le salvó incluso de la quiebra? ¿Cómo explicar la voluntad inquebrantable de Bush padre, cuando era presidente, de armar, financiar a Saddam Hussein, provocando quizás la invasión de Kuwait? ¿Doce años después, la voluntad firme de Bush hijo depara destruir a ese mismo Hussein, ¿no es sospechosa?
"Guerra de los Bush" sumerge al lector en el corazón de los secretos más inconfesables que pueden aclarar muchas de todas estas zonas oscuras. Después de leer este libro, jamás se puede creer a la verdad oficial.
Eric Laurent es un gran reportero del Figaro y especialista de política internacional. Es autor de numerosos documentos con éxito entre los cuales está "La guerra del Golfo" con Pierre Salinger.
¿A quien beneficiaba el crimen?
En los países occidentales y con una increíble sincronización, los gobiernos (de izquierda y derecha) se han apresurado de restringir las libertades, adoptando medidas, muchas de las veces anti-constitucionales. Esta reducción de las libertades es una etapa indispensable para quebrar las resistencias a la globalización y obligar a la población a aceptar lo inaceptable en preparación: anulación de leyes de protección social o medio-ambientales por medio de acuerdos multilaterales, implantes sub-cutáneos para la localización e identificación, modificación genética del hombre, implantes neuronales para el control de las mentes, instauración de una dictadura tecnológica...
Para neutralizar la naciente toma de conciencia planetaria, Bush y los Dueños y Amos del Mundo podrían iniciar una nueva guerra mundial (en el Próximo Oriente, en África y en Asia) lo que amplificaría el miedo, como el mejor inhibidor de las revoluciones. Resultaría el hundimiento económico y un caos mundial que crearía condiciones propicias para lograr el consentimiento del publico a la instauración de una dictadura mundial para volver al orden.
La elección dudosa de George W. Bush era ya un signo que los "dueños y Amos del Mundo" deseaban tomar un control más próximo de la situación, a fin de acelerar el proceso y concreción de sus grandes proyectos para el siglo XXI.
"Cuando el Estado Mayor planificaba los atentados contra su población en 1962, para legitimar una guerra contra Cuba, el Estado Mayor inter-armas de los Estados Unidos había encarado atentados terroristas contra su propia población. El documento desclasificado presentado sobre este sitio Web revela el plan de la operación Northwood: Una serie de atentados donde se mataban a civiles y militares para movilizar a la opinión publica contra Castro. El Estado Mayor había también planificado un atentado contra un buque de guerra y un desvío de avión."
La "cruzada" del presidente Bush era idéntica a todas las "cruzadas" de la historia
Estados Unidos y sus aliados conmemoran los 15 años de los hechos del 11 de septiembre de 2001.
Thierry Meyssan pasa revista a la política de Washington desde esos días… y el balance resulta particularmente sombrío. Sólo caben dos posibilidades: o la versión de los atentados que defiende la Casa Blanca es auténtica, y en ese caso su respuesta a los ataques ha resultado tremendamente contraproducente, o se trata de un engaño y Estados Unidos ha logrado saquear el Gran Medio Oriente.
¿Qué quedaría hoy de la influencia mundial de Estados Unidos si ese país no contara con los yihadistas como tropa de refuerzo?
Hace 15 años, el 11 de septiembre de 2001, hacia las 10 de la mañana, Richard Clarke, entonces coordinador nacional para la seguridad, la protección de la infraestructura y el contraterrorismo, activaba el «Plan de Continuidad del Gobierno». Según Richard Clarke, se trataba así de responder a la situación excepcional creada por 2 aviones que se habían estrellado contra las Torres Gemelas del World Trade Center, en Nueva York, y un tercer avión que se había estrellado contra el Pentágono.
Pero el «Plan de Continuidad del Gobierno» había sido concebido como respuesta a la destrucción de las instituciones democráticas provocadas, por ejemplo, por un ataque nuclear. Nunca estuvo previsto activarlo en una situación en la que el presidente y el vicepresidente de Estados Unidos así como los presidentes de la Cámara de Representantes y el Senado estuviesen vivos y en condiciones de seguir ejerciendo sus funciones.
La activación de ese plan puso las responsabilidades del presidente de los Estados Unidos en manos de una autoridad militar alternativa con base en Mount Weather. Esa autoridad militar sólo devolvió las prerrogativas presidenciales al presidente George W. Bush Jr, al final de aquel día. La identidad de los miembros de esa autoridad y las decisiones que tomaron durante aquellas horas siguen en secreto.
Dado el hecho que, el 11 de septiembre de 2001, el presidente norteamericano se vio privado durante unas 10 horas de las prerrogativas inherentes a su cargo, en violación de la Constitución de los Estados Unidos, técnicamente es exacto hablar de «golpe de Estado». Por supuesto, el uso de esa expresión puede resultar chocante, porque estamos hablando de Estados Unidos, porque el hecho se produjo en circunstancias excepcionales, porque la autoridad militar nunca reivindicó el hecho y porque en seguida devolvió el poder al presidente constitucional. A pesar de todo eso, el hecho es que se trató, stricto sensu, ni más ni menos que de un «golpe de Estado».
En un libro célebre, publicado en 1968, reeditado y convertido en lectura obligada de los neoconservadores durante la campaña electoral del año 2000, el historiador Edward Luttwak explicaba que un golpe de Estado verdaderamente exitoso es aquel cuya existencia nadie percibe, ya que al no percibirlo nadie trata de oponerse a él.
Seis meses después de aquellos hechos, Thyerry Meyssan publicó un libro sobre las consecuencias políticas de aquel día. Los medios de prensa solamente hablaron de los cuatro primeros capítulos, en los que demostraba que la versión oficial no podía ser cierta. Meyssan fue muy criticado por no proponer su propia versión personal de aquel día, pero hoy sigue abrigando al respecto más preguntas que respuestas.
En todo caso, los 15 años transcurridos nos aclaran lo sucedido aquel día. Desde el 11 de septiembre de 2001, el Estado federal se halla al margen de la Constitución.
En primer lugar, aunque la aplicación de algunas de sus dis
posiciones fueron suspendidas sólo brevemente en 2015, Estados Unidos sigue viviendo actualmente bajo los términos de la USA Patriot Act. Adoptado apresuradamente, 45 días después del golpe de Estado, ese texto constituye una respuesta al terrorismo. Dado su volumen, sería más adecuado hablar de un código antiterrorista, que de una simple ley. Se trata, en realidad, de un texto preparado por la Federalist Society durante los dos años anteriores a los hechos del 11 de septiembre. Sólo 4 parlamentarios se opusieron a su adopción.
La USA Patriot Act, o Acta Patriótica, suspende las limitaciones que la Constitución de los Estados Unidos podría imponer a las iniciativas del Estado federal en materia de lucha contra el terrorismo. Esas limitaciones están formuladas en la «Carta de Derechos», o sea en las 10 primeras enmiendas de la Constitución y su suspensión corresponde al principio del estado de emergencia permanente. El Estado federal puede entonces practicar la tortura fuera de su territorio y espiar masivamente a su población. Al cabo de 15 años de aplicación de tales prácticas, ya no es técnicamente posible que Estados Unidos pretenda presentarse como un «Estado de derecho».
Para aplicar el Acta Patriótica, el Estado federal comenzó por crear un nuevo ministerio: el Departamento de Seguridad de la Patria (United States Department of Homeland Security). El nombre real de este ministerio norteamericano resulta tan chocante que en el mundo entero lo traducen como «Seguridad Interna» o «Seguridad Nacional», lo cual es falso.
Posteriormente, el Estado federal se dotó de un conjunto de cuerpos de policía política que, según un amplio estudio del Washington Post empleaban en 2010 al menos 850.000 nuevos funcionarios para espiar a 315 millones de habitantes.
La gran innovación institucional de ese periodo es la relectura de la separación de poderes. Hasta entonces se consideraba, según la concepción de Montesquieu, que la separación de poderes permitía mantener un equilibrio entre el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial, equilibrio indispensable para el buen funcionamiento y la preservación de la democracia. Estados Unidos podía enorgullecerse de ser el único país del mundo que aplicaba estrictamente el principio de separación de poderes. Actualmente, por el contrario, la separación de poderes significa que el Poder Legislativo y el Poder Judicial ya no tienen posibilidad de control sobre los actos del Ejecutivo. Es incluso en virtud de esta nueva interpretación que el Congreso norteamericano no fue autorizado a debatir las condiciones del golpe de Estado del 11 de septiembre de 2001.
Desde el 11 de septiembre de 2001, el Estado federal norteamericano, al margen de la Constitución, ha saqueado el Gran Medio Oriente.
En los días posteriores al 11 de septiembre de 2001, George W. Bush –quien ya había recuperado sus prerrogativas presidenciales en la noche del 11 de septiembre– declaró a la prensa: "Esta cruzada contra el terrorismo, llevará tiempo". Aunque se excusó después por haberse expresado en esos términos, la selección de las palabras que utilizó en su declaración indicaba que el enemigo decía actuar en nombre del islam y que la guerra sería larga.
En efecto, por primera vez en su historia, Estados Unidos está en guerra ininterrumpidamente desde hace 15 años. Ese país definió su Estrategia Contra el Terrorismo, estrategia que la Unión Europea no tardó en copiar.
Si las sucesivas administraciones norteamericanas han presentado esa guerra como una sucesión de conflictos desde Afganistán a Irak, desde Irak hacia África, Pakistán y Filipinas y luego hacia Libia y Siria, el general Wesley Clark, ex Comandante Supremo de la OTAN, confirmó, por el contrario, la existencia de un plan muy a largo plazo. El 11 de septiembre de 2001, los autores del golpe de Estado decidieron cambiar todos los gobiernos amigos existentes en el «Medio Oriente ampliado», o Gran Medio Oriente, y hacer la guerra a los siete gobiernos que oponían resistencia en toda esa región. El presidente Bush Jr. hizo notar la existencia de esa orden, 4 días después, durante una reunión organizada en Camp David. Hoy es evidente que ese programa se puso en aplicación y que aún está en marcha.