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La mayor parte de los especialistas asegura que el Ebro está al borde del colapso. Dicen que un considerable incremento de la contaminación, un gran vertido o la pérdida notable de caudales (un nuevo intento de transvase, por ejemplo), serían la sentencia de muerte del mayor río de la península ibér
Sería una adivinanza el acertar cual de los ríos que atraviesan la península Ibérica está el peor, en toxicidad, en enfermedades provocadas, en mortandad de las especies. Para responder a eso se nos ha ocurrido empezar utilizando la carta que un usuario ha enviado a la dirección de Diáspora acompañada de una serie de fotos y un pequeño texto de la situación de abandono en la que se encuentra no sólo el nacimiento del río Ebro, en Fontibre, sino todo su cauce el Ebro hasta su desembocadura en el Mediterráneo. Y llegamos a la conclusión de que el Ebro está abandonado a la buena de Dios o del demonio.
Los ríos de la cuenca del Ebro, caracterizados por la contaminación acumulada, los embalses y otras agresiones, siguen de actualidad. La mayor parte de los especialistas asegura que el Ebro está al borde del colapso. Dicen que un considerable incremento de la contaminación, un gran vertido o la pérdida notable de caudales (un nuevo intento de transvase, por ejemplo), serían la sentencia de muerte del mayor río de la península ibérica. El 19% del agua que circula por los ríos de la cuenca del Ebro se considera de pésima calidad y el 34% es mala. Además hay tramos en que está recalentada, lo que significa que necesitaría un intenso tratamiento para su potabilización. Eso hoy es un imposible.
Los episodios vividos durante tiempo en el tramo final del Ebro, en donde se detectó mercurio y manchas de hidrocarburo hicieron saltar las alarmas.
La inquietud en los municipios ribereños es mayor al observar la falta de coordinación entre las instituciones oficiales a la hora de detectar, informar y actuar. Casos similares se vivieron a finales de año 2014 en el río Gállego y se suceden con una cierta periodicidad en otros puntos.
Ecologistas y vecinos aseguran que contaminación y vertidos industriales son mucho mayores de lo que el gobierno reconoce. "El río pasa por muchas comunidades y nunca está muy claro a quién corresponden las responsabilidades", señalan vecinos de Ascó y Miranda de Ebro. Mientras, la CHE reitera que no existe riesgo y que los controles son suficientes, cosa difícil de creer.
Los riesgos por los que el río atraviesa
El agua del Ebro, en estado natural, tiene un contenido de sales muy alto, agravado por las prácticas agrícolas. Si a esto se le unen los vertidos urbanos e industriales, se obtiene un agua en la que conductividad, DBO5, nitrógeno, sulfatos, fosfatos, coliformes, coliformes fecales, nítridos, materia en suspensión y temperatura exceden los límites considerados en la normativa de aguas prepotables. A esto se unen los riesgos que comportan dos centrales nucleares, una en cabecera y otra en el tramo final, y distintas industrias químicas tanto en el Ebro como en varios de sus afluentes.
Ecologistas y científicos piden que se incremente el control a las empresas. "Las industrias que tienen vertidos realmente peligrosos no son tantas y sería sencillo identificar sus procesos productivos y poner unas estaciones de control en tiempo real. La tecnología ha evolucionado mucho", explica Elisenda Forés, doctora en biología e investigadora de los ecosistemas del Ebro.
Fermín Molina, comisario de Aguas de la CHE, asegura que este sistema no se puede utilizar, naturalmente. Molina señala que lo apropiado sería que cada empresa sea responsable de su vertido, que se controle por sus propios medios y que avise en caso de accidente, lo mismo que hacen los ayuntamientos. La CHE asegura que se realizan algunas inspecciones para comprobar la eficacia de estos controles y dice que apenas hay problemas.
Molina resta importancia a lo ocurrido ultimamnte, considera que las cosas se han sacado de contexto y que los mecanismos de control ha cumplido su función, aunque es preciso mejorar la coordinación con las Comunidades Autónomas. "En general, las empresas cumplen mucho más de lo que la gente se cree -opina Molina.
Ecologistas en Acción ha pedido que se incrementen los análisis y que se hagan estudios epidemiológicos en los municipios ribereños. "Si no pasa nada, ¿qué miedo hay a hacer estos estudios y controles?", se pregunta su portavoz.
El delta del Ebro mengua. A un ritmo de 10 metros anuales. Cada porción de humedal que se hunde bajo el mar se lleva parte de los más de 400 millones de euros que se han gastado en proyectos de recuperación dedicados a la desembocadura del río.
La última alarma llegó con el Plan Hidrológico del Ebro aprobado por el Gobierno de Rajoy. Preveía 56 nuevas presas que inciden en el problema de subsistencia del humedal: el río no llevaba los sedimentos que necesitaba el delta para mantenerse firme frente al avance del mar. Se van quedando, esencialmente, en los embalses que jalonan el curso del río. Lo que se aporta al entorno por un lado se le recorta por el otro.
Entre la inundación de fondos, más de una decena de proyectos Life financiados casi al 50% por la Unión Europea se fueron a parar a la desembocadura -han supuesto 15 millones de euros de los 400 invertidos-. Esa porción sirvió para que el Europarlamento se preguntara qué ocurre con el delta. Y más si España planificaba aumentar el embalsamiento de las aguas del Ebro. Pasados unos meses, una delegación parlamentaria visitó la zona tras una petición ciudadana de la Plataforma en Defensa del Ebro. El diputado de ICV, Ernest Urtasun, contó a los medios durante esta visita que esperaban que "el informe que redactemos sirva para que la comisión revise el plan".
El delta está declarado humedal de importancia internacional. Es el parque natural más grande de Catalunya. Está considerado Zona de Especial Protección para Aves y Lugar de Importancia marítimo para la Unión Europea. La relevancia medioambiental –y también social– del espacio ha servido para justificar un enorme empleo de fondos públicos.
Un plan de protección que contó con un flujo multimillonario de dinero para financiar proyectos de canalización, restauración, mejora de la calidad del agua, recuperación de especies animales y vegetales... de todo. Docenas de proyectos pagados por el Gobierno central, la Generalitat de Catalunya o la Unión Europea, según recogía su documento base.
De hecho, la empresa pública Acuamed –dependiente del Ministerio de Medio Ambiente– fue una de las principales actrices de las actuaciones. Dispuso de cerca de 300 millones de euros en adjudicaciones. Incluso uno de los proyectos estrella que Acuamed desarrolló en este plan fue la descontaminación del río en Flix (Tarragona): 202, 6 millones. En su realización se detectaron recientemente supuestos sobrecostes que derivaron en corrupción y generosos sobornos a altos cargos de la sociedad estatal.
El delta comenzó a formarse hace 500 años. Es fruto de una acción humana agresiva ya que los sedimentos que lo componen afluyeron por la erosión que el Ebro ha ido provocando al talarse los bosques para la construcción de barcos. Ahora, el embalse de Mequinenza se queda con el 96% de los sólidos disueltos que le llegan, según un análisis del Centro de Estudios Hidrográficos del Ministerio de Fomento. La materia que necesita el humedal. Hasta el final del curso fluyen 150.000 toneladas de sedimentos al año. Le hace falta otros 1, 3 millones de toneladas anuales para sostenerse, según reflejaba el doctor-ingeniero agrónomo Josep María Franquet en un estudio sobre la regresión del delta. En el documento aparece una referencia irónica: "Una manera paradójica de considerar la sostenibilidad sería permitir que el delta desaparezca, ya que no era sostenible originariamente". Si el delta desapareciera haría bueno la queja del primer usuario respecto al nacimiento del Ebro… O sea que el río nació en realidad muerto.
La verdad sobre la contaminación y absurdos trasvases del río Ebro
El río Ebro ha sido fuente de disputas y más ahora ya que el agua dulce es un bien muy escaso en las últimas décadas y una fuente económica incalculable. El debate apareció cuando el gobierno español del PP con el soporte de CiU votaron a favor de una ley que daba luz verde al Plan Hidrológico Nacional. Este disponía de 1.005.000.000.000 litros de agua de dicho río y solventar la falta de agua en las grandes ciudades, según su discurso inicial. Esto causó una importante preocupación de la sociedad catalana, ya que el trasvase supondría un freno en el desarrollo económico de las Tierras del Ebro y una agresión a la flora y a la fauna que habita en el Parque Natural del Delta del Ebro. La disminución de caudal afectaría el abastimiento de poblaciones y el uso recreativo del río. El aumento de salinidad del río pondría en peligro los cultivos de la zona. Las playas y los deltas de la zona se quedarían sin la arena que el río transporta.
Con el debate a “flor de piel” años después se descubre que el coste de las obras del el Plan Hidrológico Nacional (PHN) se estima en 4.207.000.000 Euros. Un importe muy elevado para dicho plan y que para solventar el problema bastaría con crear plantas desanilizadoras. Además, los científicos alertaron que (PHN) falseaba los datos sobre el caudal del río Ebro para justificar el excedente de agua al río y recordaban que sería más económico la desanilización del agua de mar que la construcción de grandes infraestructuras. Por tanto, salió a la luz pública que esta obra monumental era innecesaria y que encubría intereses económicos privados, como la construcción de urbanizaciones y de campos de golf a lo largo de la costa valenciana que se aprovecharían del agua proveniente del trasvase. Las manifestaciones en contra del PHN de las Tierras del Ebro decidieron trasladarse a Barcelona. Más de 300.000 personas participaron en la protesta y la ciudad se llenó de camisetas azules en apoyo a la Plataforma en Defensa del Ebro. Pero, para contrarrestar la movida social, el Gobierno español del PP pagó una paellada popular en Valencia con el lema “Agua para todos”, tratando de enfrentar a valencianos contra catalanes y aragoneses.
A pesar de la protesta social por el gran daño ecológico que éste causa, hace unos meses empezaron las obras del trasvase en Murcia y las primeras expropiaciones de tierras al País Valenciano se hicieron efectivas y después de grandes manifestaciones en Bruselas, la Unión Europea se negó a financiar el transvase porque iba en contra de la Carta Europea del Agua y contra la política europea en materia de medio ambiente.
Una de sus promesas electorales del PSOE si ganaba las elecciones en el estado español hace 15 años era la de potenciar la nueva cultura del agua y, cumpliendo con su promesa, el PSOE con el apoyo de ERC; CiU, IC-V, CHA, EA, PNV y Aralar retiró el trasvase del Río Ebro del Plan Hidrológico Nacional.
Aparentemente, la batalla pareció estar ganada, pero más allá del que nos cuentan ha habido numerosos trasvases en dicho río para favorecer intereses políticos y económicos privados. A pesar de las advertencias de los biólogos y científicos éstos han construído conductos de agua a “escondidas” del ojo popular. Algunos de ellos son el de Tarragona, Barcelona, Francia…
Miles de personas se manifestaron en Amposta para protestar contra el plan de Cuenca del Ebro aprobado por el Gobierno, que amplía un 50% las hectáreas de regadío en el curso alto y medio del río. La Plataforma en Defensa del Ebro se había pasado las últimas semanas llamando a la movilización y la respuesta fue masiva, hasta el punto que fue la más multitudinaria registrada en la zona hasta la fecha. Participaron representantes de todos los partidos excepto del Partido Popular y Ciudadanos.
Hay que destacar que a pesar de los pesares, gracias a la aportación de sedimentos durante miles de años se ha creado un Delta donde albergan unas 316 especies de aves comunes y unas 360 especies de aves registradas de las 600 existentes en Europa y viven en él unas 50.000 personas dónde su actividad económica se basa en la agricultura, la pesca, la acuicultura y el turismo con un valor económico anual total de unos 100 millones de euros. Pero, actualmente la erosión marina es mayor a los sedimentos depositados por el río, contribuyendo así, a la desaparición de muchos metros de la tierra favoreciendo el retroceso del Delta y tanto como los trasvases como las instalaciones de grandes presas hidroeléctricas en el cauce del río (Mequinenza, Ribarroja de Ebro, Flix, etc) han contribuido a su extinción, ya que el cauce está disminuyendo notablemente desde los últimos años. En los años 60 el cauce era de unos 18.286 hm3/año y en el periodo de 2002-2008 de 8.832 hm3/año, es decir, unos 10.000 hm3/año.
Además, de dicha extinción también existen una serie de peligros que atentan contra el sistema ecológico de dicha zona y la salud de los habitantes de la misma, ya que se alimentan con una agricultura bañada por sus aguas contaminadas. Ya se ha dicho con cifras que los habitantes de la Tierras del Ebro son el número uno en cáncer de colon y mueren 600.000 personas cada año en España por esta enfermedad. Las industrias más peligrosas en potencia de estas aguas son varias:
-Fábrica electroquímica Ercros situada en el embalse de Flix. Durante muchos años han vertido 300.000 toneladas de residuos tóxicos impunemente en el río. Se han extraído muestras en el agua y los animales que viven en este medio se han encontrado con los siguientes elementos químicos: radionucleidos (Radio, Uranio, Torio, Plomo, Cesio, Cobalto y Potasio), metales pesados (Arsénico, Cádmio, Cromo, Cobre, Mercurio, Plomo, Niquel, Zinc), compuestos organoclorados (Hexaclorobenceno, PCB’s, DDT). Muchos de estos elementos tóxicos y radioactivos son causantes del cáncer, numerosas enfermedades y malformaciones congénitas.
El Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat de Cataluña hizo públicos hace tiempo unos informes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas donde se analizaba una escombrera de la empresa Erkimia, actualmente Ercros Industrial S.A. Este depósito de escombros sumergidos, situado en Flix (Tarragona), es el producto de casi un siglo de vertidos y lo forman entre 200.000 y 360.000 toneladas de sedimentos, con restos mineros radiactivos y decenas de toneladas de metales pesados y sustancias organocloradas. Este depósito de escombros sumergidos, es el producto de casi un siglo de vertidos y lo forman sedimentos, con restos mineros radiactivos y decenas de toneladas de metales pesados y sustancias organocloradas.
-Nuclear de Garoña, Burgos. La central sufre de problemas de agrietamiento de los tubos de la vasija del reactor desde 1981. Los ecologistas creen que se han producido vertidos radiactivos que habrían afectado al río ya que el agua se calienta por causa de una refrigeración defectuosa.
La organización ecologista Greenpeace ha denunciado "la pasividad e inacción" del presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ante el aumento de la temperatura del río Ebro provocado por la central de Garoña. Nuclenor está incumpliendo el permiso de vertido de aguas de refrigeración otorgado a Garoña por la CHE. La CHE "no realiza controles termométricos propios" al considerar "suficientes los que realiza Nuclenor". La autorización de vertido de aguas de refrigeración de la CHE, permite a Garoña provocar un aumento máximo de 3ºC de las aguas del Ebro respecto a la temperatura aguas arriba de la central. Sin embargo, las mediciones realizadas hace poco a petición de Greenpeace a entidades homologadas por el Ministerio de Medio Ambiente demuestran un incremento de una temperatura hasta el triple, de lo legalmente establecido" Greenpeace ha decidido iniciar acciones legales contra el presidente de la CHE, Rafael Romeo".
-Industria de Insecticida Montecinca, Monzón (Huesca). Contamina por DDT. Según un estudio hay concentraciones 3.000 veces superior a las recomendadas por la Confederación Hidrográfica. El DDT es un compuesto que actúa como discruptor hormonal, se incorpora a los seres vivos mediante la cadena alimenticia.
En concreto los autores hallaron entre 70 y 100 toneladas de residuos mineros radiactivos semisumergidos que incluyen de 10 a 70 toneladas de metales pesados y de 1 a 10 toneladas de compuestos organoclorados según una primera estimación a la baja.
La primera denuncia pública la hicieron ya en 1977 en el Diario de Barcelona los periodistas Gonell y Roglan, quienes describían la “nube amarilla” de gases con olor de cloro que defoliaban los bosques y plantas de la zona. El municipio de Flix ha sido objeto de varios estudios porque a sus habitantes se les ha hallado hexaclorobenceno (HCB) en concentraciones jamás descritas en seres humanos. El HCB es una sustancia organoclorada altamente tóxica que durante décadas fue producida industrialmente como fungicida, entre otras aplicaciones. Una vez el HCB entra en el cuerpo humano se acumula en la grasa, y su eliminación es muy lenta. La concentración de HCB ya se deja sentir en la población infantil, dado que a los recién nacidos ya se les detectan estas sustancias.
El primer estudio que desveló lo que ocurría se publicó en 1994 en la revista International Journal of Cancer. Con análisis realizados en 1989 y en 1992 advertía que la atmósfera de la localidad presentaba unos niveles de HCB unas 1.000 veces superiores a los normales, así como DDT, prohibido desde principios de los 80.
El trasvase del Ebro fue una de las ideas más nefastas que tomó el Gobierno Central respecto al río más largo de España
En 1999 se publicó en la revista Archives of Environmental Health, un artículo firmado por once expertos entre los que destacaban miembros del Instituto Municipal de Investigaciones Médicas, de Barcelona (IMIM), y Joan Grimalt, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Los niveles de HCB eran especialmente altos en el colectivo de 445 hombres que trabajaban o habían trabajado en la empresa aparecían, por ejemplo, 4 casos de Parkinson y 28 de cáncer, mientras que no se detectó ningún caso de Parkinson y sólo 8 de cáncer entre los 341 hombres que nunca habían trabajado en la empresa.
Ercros, que cumple 107 años, ha sido llevada a los tribunales en diversas ocasiones aunque nunca con sentencias condenatorias. La empresa reconoce la autoría de los vertidos de mercurio durante décadas y de fangos radiactivos entre 1973 y 1989.
Pero por lo que se ve tiene licencia para matar.
El Gállego. la contaminación hecha río
Apenas 18 kilómetros curso abajo, en el pueblo de Biscarrués, los 50 vecinos están levantados en armas contra el embalse que proyecta la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) en su municipio. Saben que el embalse de la Peña, río Gállego arriba, está muy contaminado con el pesticida lindano y no quieren que éste infecte también sus tierras. “El lindano se acumula en el río y en los pantanos”, indica José Torralbal, alcalde de Biscarrués.Por el curso del Gállego hace años que fluye una de las peores catástrofes medioambientales de Europa. No se ve, no huele, pero lleva más de 40 años triturando el ecosistema de la región y amenazando la salud de sus habitantes. Su nombre tendremos que repetirlo: lindano. Un pesticida prohibido hace 25 años en Europa. No es sólamente el agua de boca la que está afectada. Todos los regadíos de los Monegros y el Bajo Gállego podrían sufrir una catástrofe si se produce una fuga masiva del pesticida. lindano en Sabiñánigo, como ocurrió en 2014. “Por eso es que nos sentimos estafados, engañados por la CHE; como siempre, se nos ignora. Se necesitan cientos de millones de euros para limpiar el Gállego, y solo el Gobierno central tiene capacidad para financiar esos trabajos. Pero el PP no quiere saber esas cosas”.
El río Gállego drena una cuenca de 4.008 km2 y recorre 193, 2 km desde el pirenaico Col d’Aneu hasta confluir con el Ebro cerca de Zaragoza. La fábrica de Inquinosa sigue en pie sobre el río.
Nadie en los 30 pueblos que viven a orillas del río ignora el asunto del lindano, pero están ya resignados después de tantos años. La mayoría son ganaderos y agricultores, si no retirados cerca de la jubilación. Conchita Mallén, propietaria del único colmado que abastece a Santa Eulalia de Gállego, es de esas personas que han optado por levantar la voz y luchar más de lo que puede. “Sabemos que la solución no es a corto plazo, pero deben empezar a trabajar ya. La dejadez de los políticos hace que nos sintamos abandonados. De qué nos sirve que midan los niveles de lindano regularmente, si sabemos que cada vez que llueve, el río vuelve a arrastrar veneno”, denuncia indignada.
Javier San Román, jefe del Área de Calidad de las Aguas de la Confederación Hidrográfica, ofrece naturalmente un punto de vista menos alarmista: “Llevamos analizando el agua del Gállego desde 1999, y a excepción de un episodio concreto en 2014, nunca hemos detectado niveles significativos de lindano. Habría que incinerarlo o destruir sus moléculas mediante desorción térmica, pero para cantidades tan enormes nadie sabe bien cómo abordar, así que por el momento se ha decidido sellar los residuos y ver si en el futuro se puede abrir la celda e ir eliminándolo”.
Los habitantes de la cuenca del Gállego no solo ven peligrar su salud, sino también su modo de vida. "Cada vez que llueve el río vuelve a arrastrar veneno"-dicen.
Desde la agricultura ecológica de la confluencia con el río Ebro hasta el incipiente sector del turismo rural y el 'rafting', se está viendo la despoblación de pueblos como Murillo de Gállego. La gente huye.“Lo que no se puede hacer es lo que hasta ahora: no hacer nada y mirar hacia otro lado”. En contra de esta opinión, el jefe de Calidad de las Aguas de la CHE considera que “el río es mejor no tocarlo”, ya que con la contaminación sedimentada no se puede hacer nada. “Para extraer tres kilos de lindano, habría que mover millones de toneladas de tierra y cargarse el río. Lo que se debe hacer es atajar los focos de la contaminación en Sabiñánigo y dejar que la naturaleza degrade los residuos depositados en el río”, opina.
Lindano es el nombre comercial de un organoclorado cuya fórmula genérica es C6H6CI6. Se basa en la actividad del isómero gama-hexaclorociclohexano (HCH). Solo se aprovecha un 10% de la reacción química necesaria para producirlo.
Durante décadas, se ha utilizado como potente insecticida en agricultura, como antiparásito en ganadería y también en lociones para tratar piojos y sarna en humanos. La Unión Europea lo prohibió en 1991.
Desde junio de 2015, el lindano es oficialmente cancerígeno para los humanos y está incluido en el Grupo 1 del listado de la OMS, el más peligroso.
El lindano se adhiere en el tejido adiposo, es bioacumulativo y es de casi imposible metabolización. Produce alteraciones en el sistema nervioso central, incide en la aparición de tumores en todas las vísceras y es además un disruptor hormonal. Las glándulas mamarias son uno de sus principales focos de concentración. De ahí su tendencia a producir cáncer de mama y su capacidad para alterar el desarrollo hormonal y neuronal de los recién nacidos.
No se ha elaborado ningún estudio epidemiológico sobre las consecuencias del lindano para la población de la cuenca del Gállego. Al no provocar efectos inmediatos y visibles, es muy difícil relacionar el lindano con un tumor o un proceso degenerativo concreto.
Pero el desmantelamiento del vertedero de residuos de lindano de Bailín, en Sabiñánigo (Huesca), era una bomba de relojería y contaminó las aguas de más de 300 kilómetros de los ríos Gállego y Ebro, en un episodio que se extendió desde el Pirineo hasta cerca de la desembocadura en Tarragona, según ha tenido que confesar la CHE (Confederación Hidrográfica del Ebro) en su informe anual para 2014 sobre la Red de Control de Sustancias Peligrosas.
El origen del desastre habría que buscarlo río arriba, en Sabiñánigo, donde se estaban trasladando cientos de miles de toneladas de tierras contaminadas a una celda de seguridad ubicada a 500 metros de distancia del viejo vertedero de Bailín. Por fin, las autoridades se habían decidido a actuar, pero la operación estuvo tan llena de negligencias absurdas (hasta 13 distintas, según los científicos) que cientos de toneladas de residuos químicos enterrados durante décadas aparecieron y fluyeron corriente abajo del río Gállego. Provocaron una alarma sanitaria y medioambiental en toda la región. Hasta en Flix (Tarragona), a 240 kilómetros de Sabiñánigo, se encontraron índices muy elevados del pesticida, provocando una alarma sanitaria y medioambiental en toda la región. La propia Confederación Hidrográfica del Ebro denunció al Gobierno de Aragón por este suceso, causa que todavía hoy investiga el juzgado de Jaca.
Sabiñánigo (Huesca) significa una de las catástrofes medioambientales más graves de Europa, silenciada sistemáticamente por el gobiernom del PP. El origen físicodel desastre se llama Inquinosa, una empresa que entre 1975 y 1989 fabricó lindano. Cientos de miles de toneladas de residuos fueron vertidos ilegalmente en los basureros municipales. La total inacción política que siguió ha multiplicado el problema hasta convertirlo hoy en una bomba de relojería.
El documento revela cómo la contaminación provocada por el traslado de los lodos, promovida por el Gobierno de Aragón y su estuvo a cargo del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) y se detectaron en la ejecución trece irregularidades relacionadas con la seguridad ambiental que investiga el Juzgado número 1 de Jaca.Esa acción llevó a que los suelos de zonas del cauce situadas debajo de Sabiñánigo, como Hostal de Ipiés, en Villanueva de Gállego –localidad cercana a Zaragoza por la que pasa ese río-y, ya en el Ebro, en la presa de Pina y en Ascó (Tarragona). El Gobierno de Aragón tuvo que prohibir el consumo de agua corriente con carácter inmediato y enviar cisternas de agua potable a los pueblos. Durante meses, la presencia de residuos tóxicos alcanzó los 7, 05 miligramos por litro cuando el límite autorizado es de 50 milésimas. Increíble.
Por su parte, la Consejería de Salud instaló en 2014 filtros de carbono para depurar el agua en varios municipios de la cuenca, filtros que siguen funcionando hoy sin solución de continuidad. En algunos sitios, superaran el miligramo de lindano por kilo y a que su presencia en algunos peces como las madrillas alcanzara los 714 microgramos. De hecho, desaparecieron de una amplia zona del río peces como los barbos, capaces de sobrevivir en aguas de baja calidad y otras muchas especies. Y la salud de los peces es el mayor termómetro de la salud de las aguas del río. En este caso pésima.
Enterada la Asociación Internacional de HCH y Pesticidas, el vertedero de Bailín es un “megaemplazamiento” de lindano tan descomunal que sobrepasa los localizados en Europa del Este, el Cáucaso y Asia Central. Y ya no era solo el pesticida. Bailín acumulaba toneladas de mercurio, arsénico, benceno, clorobenceno y otra decena de metales pesados y organoclorados de alta toxicidad, que bien habían sido usados como precursores químicos para fabricar lindano o bien se convirtieron en residuos químicos posteriores a la fabricación. Fuentes oficiales calculan que no menos de 120 kilos de esta poción mortífera se han estado filtrando cada año a través de la arenisca de las rocas del basurero hacia el río Gállego. La Unión Europea limita a dos kilos por año el volumen tolerable de filtraciones en aquellos focos de contaminación que se consideran fuera de control. Este histórico foco de contaminación del Pirineo desatado hace tres años supone una amenaza para toda la cuenca del Ebro y el Mediterráneo y entraña una potencia tóxica susceptible de empeorar cuadros como los embalses que durante un siglo vertió la empresa química Cros.
Las cifras son escalofriantes. Un solo gramo de polvo de lindano es suficiente para contaminar el agua de cuatro piscinas olímpicas. Basta un litro de la fase densa del agua (lixiviados) que hay en Bailín podría contaminar un millón de litros de agua. Desde 2004, los técnicos han extraído del vertedero unos 20.000 litros de lixiviados, suficientes para contaminar toda la reserva hídrica de Aragón durante 15 años. la empresa sepultó durante más de una década en torno a 120.000 toneladas de desechos industriales en dos vertederos –Bailín y Sardas-, los cuales “no poseían las características necesarias para garantizar su estanqueidad y han constituido históricamente fuentes de polución del medio ambiente”, señala la CHE. Algunas estimaciones elevan esa cifra a 160 millones de kilos.
Ya en 1992, un informe técnico indicó la necesidad urgente de aplicar un “plan de descontaminación integral de Sabiñánigo”, pero hasta 2014 el Gobierno de Aragón no se decidió a actuar, y los 22 años de retraso pasaron desastrosa factura. Ni siquiera la nueva celda de seguridad era fiable. Según un informe pericial del Juzgado de Primera Instancia número 12 de Zaragoza, existe un “riesgo claro de inestabilidad del vertedero de residuos peligrosos (seguridad insuficiente o rotura)”, mientras que el Mapa de Riesgo Sismológico del Instituto Geominero de España advierte de que está en un terreno geológicamente inestable con riesgo muy elevado de movimientos sísmicos.
La problemática de los residuos de HCH, (declarados cancerígenos hace meses por la OMS) procedentes de la fábrica que Inquinosa instaló en 1974 en Sabiñánigo constituye uno de los principales escenarios de riesgo ambiental de España.
En Santa Eulalia de Gállego el agua del grifo tambien está prohibida. Nadie diría que debía tener fama de una de las aguas más puras de España, p su orgen de arroyos que nacen en los Pirineos y desembocan en el Ebro, cerca de Zaragoza. Pero Conchita Mallén, la tendera del pueblo, ni siquiera la utiliza para cepillarse los dientes: “En casa solo la gastamos para la ducha. Para todo lo demás, usamos agua embotellada”. Tampoco se atreve a lavar las verduras, ni siquiera se la da a sus gallinas. La mujer, al igual que cientos de personas a lo largo de la cuenca, no considera como agua lo que corre por sus cañerías. Le parece veneno.
Por su enorme riesgo para la saludlos pesticidas se fabricaron en la empresa “Industrias Químicas del Noroeste SA”, más conocida como Inquinosa entre 1975 y 1989..
Debido a 27 años de inacción política de ningún partido, los cimientos de Sabiñánigo siguen cociendo a fuego lento una sopa compuesta por más de 160.000 toneladas de residuos altamente tóxicos ya nombrados. Según la Asociación Internacional de HCH y Pesticidas, los bellos parajes prepirenaicos de Huesca acumulan más del doble de residuo de lindano que toda Europa junta. Un compuesto químico que la Organización Mundial de la Salud incluyó en junio de 2015 en el Grupo 1 de sustancias cancerígenas para los humanos, la categoría más peligrosa.
Casi tres décadas han pasado desde el cese forzado de su actividad, pero el esqueleto de Inquinosa permanece inalterable como símbolo de la infamia empresarial y política. Del mismo modo que el tiempo congeló Chernóbil tras el accidente nuclear de 1986, en Inquinosa el reloj se detuvo en cuanto el último empleado echó el cierre a la puerta. Y eso, tal como demuestra un ejemplar de periódico tirado en el suelo, ocurrió en 1995, seis años después de la clausura oficial. Atrás quedaron documentos privados, material de producción, muestras de laboratorio, sacos llenos de residuo tóxico, químicos listos para trabajar. Por alguna razón, los trabajadores huyeron en desbandada. De no ser por la minuciosa labor de los ladrones (no queda ni un solo marco de puerta), Inquinosa tendría hoy exactamente el mismo aspecto que hace 20 años. Ni el ayuntamiento ni el Gobierno de Aragón han acometido en todo este tiempo la limpieza y la descontaminación del lugar.
“La actividad de Inquinosa fue ilegal desde su apertura en 1975”, advierte Mariano Polanco, activista de Ecologistas en Acción y el mayor experto nacional en la catástrofe del pesticida. “Por ley, no podía ubicarse a menos de dos kilómetros de un núcleo de población, a menos de un kilómetro de una corriente de agua y a menos de 500 metros de un pozo. Pero está a 200 metros de Sabiñánigo y justamente sobre la terraza fluvioglaciar del río Gállego”. El escándalo es tan evidente que alcanza lo grotesco. “Inexplicablemente, el ayuntamiento concedió en 1978 un permiso para enterrar los residuos tóxicos en el vertedero municipal de Sardas, junto al resto de desechos urbanos. Y al saturarse ese vertedero, se le dio licencia en otro nuevo, Bailín, donde incluso se le delimitó a Inquinosa un área propia en la que vertió 60.000 toneladas de residuos”. Negligencia política: no hay duda, ya que ningún basurero municipal estaba habilitado para almacenar residuos químicos. No se ha podido demostrar corrupción. La historia tiene tantos puntos negros, tantos testigos que se niegan a hablar, que cuanto más se profundiza en el escándalo menos certezas se obtienen.
La actividad de Inquinosa fue ilegal desde su apertura en 1975, pero en la actualidad, el desmantelamiento del cadáver industrial de Inquinosa se encuentra bloqueado en los juzgados, mientras el antiguo director general de la firma, Jesús Herboso Pajarrón fue condenado a dos meses de cárcel y a pagar un millón de pesetas como responsable de los vertidos en 1994 pero disfruta de libertad de movimientos. En 2003, la Audiencia de Huesca condenó a Inquinosa a pagar 6, 5 millones de euros como indemnización, a los que se suman otros 14 millones por intereses de demora. Nadie espera que los pague. El Gobierno de Aragón se ha mostrado incapaz hasta la fecha de dar con los responsables del intrincado complejo financiero al que pertenece hoy la firma.
“No hay forma de deshacerse de estos contaminantes, y menos en estos volúmenes”, sostiene Polanco. “Se ha encontrado lindano hasta en el mismo delta del Ebro, por lo que no es un problema local ni comarcal, es una afección que podría destruir toda la cuenca del Ebro”. La Asociación Internacional de HCH y Pesticidas concluye lo mismo en un informe: el problema sobrepasa con creces las competencias autonómicas.
Los ecologistas y los habitantes de la cuenca del Gállego temen que el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente y el Gobierno de Aragón solo se pongan en serio a limpiar los focos contaminantes cuando llegue la primera multa de la Comisión Europea, que ya ha advertido repetidamente a España sobre este particular. La inversión necesaria se prevé antológica. Solo a modo de ejemplo, el Gobierno cifró en 700 millones de euros las tareas de limpieza del vertido del 'Prestige', que echó al mar menos de la mitad de chapapote del que Inquinosa excretó durante 14 años de actividad incontrolada.
El informe de la Confederación Hidrográfica del Ebro reseña cómo tras las obras de sellado del vertedero se produjeron nueve positivos de residuos de HCH aguas abajo.Y hace referencia también a las cinco analíticas que revelaron su presencia hasta en la estación de control vitoriana de Trespuentes, en el río Zadorra, uno de los que mayor deterioro ambiental presentan en toda la cuenca.
El dictamen, por otro lado, recoge que “en la matriz agua se han realizado 4.421 determinaciones analíticas de 64 sustancias en los 24 puntos de control de esta red y de ellas, un 14, 7% han superado los límites de cuantificación pero sólo en 24 de las sustancias peligrosas, con lo que 40 no se han detectado en ningún análisis”.
Los técnicos de la sección de Calidad de las Aguas destacan el incumplimiento de la media anual por selenio en el río Huerva en Zaragoza, la presencia de benzotiazol y mercaptobenzotiazol en Miranda (ocho positivos para cada elemento) y Benissanet, de hidrocarburos en el Arga en Orobia y en el Zadorra en Trespuentes, de DDT en el Cinca en Monzón y en el Ebro en Ascó y Campredó –ambas en Tarragona- y, también de residuos de mercurio en la fauna piscícola de 22 zonas, entre las que destacan las de Ororbia y Monzón, además del río Vero a su paso por Barbastro (Huesca).
El informe se refiere, por último, a la presencia destacada de sustancias peligrosas “aguas abajo de donde existe una elevada presencia industrial”. En este apartado resulta llamativa la detección de un cóctel de mercurio, cadmio, cromo, niquel, plomo, zinc y cobre en Trespuentes y Ororbia; aliñados con Cinc en el primer caso y con cromo en el segundo.