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Los organizadores del desfile anual de protesta por el aniversario de la devolución de Hong Kong a China esperan a más de 500.000 personas el 1 de julio, en un contexto de creciente desconfianza de los residentes hacia Pekín.
El año pasado, los organizadores reivindicaron la presencia de 430.000 manifestantes (66.000 según la policía) y este año esperan superar el medio millon, lo cual lo convertiría en la mayor movilización en 10 años. "Creemos que el número de participantes superará al de 2003", declaró a la AFP Johnson Yeung, el líder del Civil Human Front (Frente de ciudadanos para los derechos humanos).
Un fotógrafo de la AFP vio a unos cuarenta policías que realizaban este miércoles maniobras de mantenimiento del orden en una escuela de policía, algunos de los cuales desempeñaban el papel de manifestantes que llevaban pancartas. Este escuela servirá de centro de detención provisional en caso de incidentes durante la manifestación del 1 de julio, para la que se han movilizado a 4.000 policías, según el diario en lengua inglesa South China Morning Post.
El movimiento democrático en Hong Kong, que denuncia la creciente intromisión del régimen comunista de la China popular en los asuntos políticos del territorio, organizó la semana pasada un "referéndum" no oficial sobre la instauración del sufragio universal directo. La consulta, considerada "ilegal" por Pekin, cuenta ya con 740.000 votaciones.
Desde que Gran Bretaña devolvió Hong Kong a China en 1997, el territorio dispone en principio de una amplia autonomía en virtud del modelo "un país, dos sistemas". Pekín prometió a los hongkoneses que podrían elegir el jefe del Ejecutivo local en 2017, aunque mantendrá el control sobre las candidaturas, una condición que los activistas prodemocracia consideran inaceptables.