Hace unos días, perdida en la red (como usualmente hago), buscando sin buscar, llegué, quizá por azares del destino, a una entrada en un blog. Lo que leí fue... conmovedor y al mismo tiempo, escalofriante. seguí buscando entradas en blogs de este tipo y encontre una cantidad impresionante de diarios de chicas de todo el mundo que hacen culto a las que parecen ser Diosas de la belleza: Ana y Mia. ¿Ana y Mia? ¿Quienes rayos son esas? Resulta ser que son acrónimos de ANorexiA y buliMIA, dos de los trastornos alimenticios más frecuentes. Lo que no nos imaginamos es la cantidad de personas que los sufren sin que nos demos cuenta.

En las tales entradas de blogs, pude leer cantidad de tips, dietas, ayunos, mensajes de apoyo y aliento consejos para "ser fuerte" y no tirar la toalla. Y bueno, muchos de éstos hacen la aclaración de no ser publicados con la intención de ofender ni dañar a nadie, pero lo cierto es que son un camino fácil para que otras chicas o chicos caigan en la misma situación.

Gracias a los tips que ahí se comparten, una anorexia nerviosa puede pasar desapercibida. Hay fotos de mujeres en los huesos que se adosan a una carpeta conocida como "thinspiration", que es una fusión de las palabras en inglés Thin (delgado/a) e Inspiration (inspiración). En estas fotos siempre están presentes cuerpos que han llegado a los 30 kilos de peso, deshidratados y apenas con algo de "vida".

"La comida es como el arte: sólo existe para mirarla" y cosas por el estilo se pueden leer en estos sitios que existen para formar una red de apoyo  incondicional y amistad entre las Princesas Anas y Mias de este mundo, cuyo objetivo en la vida es ser delgada.

Lo cierto es que no es nada saludable el pasarse dos días sin comer,  o vivir una semana a base de pura agua. Muchas de las titulares de estos blogs alegan que las ampara el derecho a expresarse libremente, pero no se dan cuenta de que, aunque no sea su intención, cualquiera puede por casualidad llegar a uno de estos sitios y llenarse de "información".

Las y los titulares de estos blogs alegan que las ampara el derecho a la libre expresión.

Al parecer nadie se ha dado cuenta de ésto. Nadie ha hablado del tema. Antes, era un tópico digno de censura, y se podía leer ocasionalmente en revistas, periódicos, o hablar de ello en una exposición de primaria para la clase de Cívica y Ética, pero nada más allá. Además, se daba información para diagnosticar, prevenir y combatir la enfermedad. En cambio, en estos escritos (en donde, no lo niego, hay uno que otro autor con talento, qué lástima) se leen las vivencias personales e íntimas de jovencitas de carne y hueso que han pasado o pasan por una de éstas dos situaciones.

Y nadie ha hecho nada por ayudarlas. Es un problema difícil de combatir, ya que sus víctimas están bien convencidas de lo que quieren, aunque sea todo una mera distorsión de la realidad, pero creo que mientras se busca terminar con dichos trastornos, hay que evitar a toda costa que la semilla se siga esparciendo.

Si hicimos ésto con la tan sonada influenza, que no debió de haber paralizado de esa forma la actividad del país (es algo que todavía no me convence), ¿por qué no hacerlo con un problema que es todavía más complejo, mortal y contagioso?

Hago un llamado a prestar atención y abrir los ojos para poder ofrecer ayuda a princesas o príncipes que estén tomando estas medidas y evitar, en la medida de lo posible, que nuestra juventud se siga viendo afectada por estos y otros males.

Gracias.