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Es un suceso muy doloroso que sucedió en el día de hoy; 26/01/2020. En los Estados Unidos
Esto más que una simple noticia, son palabras personales que desvanecen mis sentimientos de mi niñez.
Siempre fue uno de los más increíbles e imponentes personajes que bordaron mi infancia. Los recuerdos de querer llegar a ser un jugador de su talla, marcaron las pisadas en una humilde cancha creada al costado de la casa de mis abuelos y con suelo lleno de pasto. Aunque soy argentino y no está tan radicado este deporte, siempre soñé con ser uno de esos cinco jugadores en cancha. Su nombre resaltaba en cada salto que daba, sus movimientos eran mi sombra y su grandeza, mi imaginación de un futuro.
Se que, en éste fatídico día, todo el mundo de sus familiares, amigos y más allegados, se está desboronando, pero, no dejen que una mágia como fue él se desvanezca por falta de su presencia física, la marca que dejo en los corazones de los que nunca tuvimos la posibilidad de aunque sea verlo en persona desde un asiento de cancha, no se borrara fácilmente y se convertirá en una marca totalmente inmortal que llegara hasta los confines más inhóspitos del universo humano.
Se que, por desgracia, tiene compañía en el largo camino hacia el paraíso, su adorable y muy inocente hijita, siempre seguirá entrenando y se convertirá en la sombra de su padre, en las canchas del paraíso.
Con un muy fuerte dolor en el alma, les mando mis más humildes condolencias para toda su familia y amigos que hoy en día, están conmovidos y totalmente perplejos por la nefasta noticia.
Señor Kobe Bryant, gracias por haber sido el mayor exponente en los sueños de sus más humildes seguidores y gracias por darnos los mejores recuerdos de un maestro en la NBA, demostrando su gran don sosteniendo con sus manos de mortal una simple pelota de basquetbol...