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La ruta que Dios había dirigido permitió que el pueblo de Israel tuviera suficiente tiempo para reflexionar, desarrollar el carácter, comprender más claramente la voluntad de Dios, obtener una fe genuina y prepararse para la tierra prometida
ATRAPADOS PERO NO DERROTADOS EL PUEBLO DE DIOS
EN LA ACTUALIDAD
LAS BUENAS NUEVAS NOS ASEGURAN QUE LA NUBE AÚN DIRIGE AL PUEBLO DE DIOS EN LA ACTUALIDAD. EL SENDERO POR EL CUAL DIOS DIRIGE NUESTROS PASOS PUEDE PASAR POR EL DESIERTO O EL MAR PERO ES UN SENDERO SEGURO.
La historia del éxodo del antiguo Israel desde Egipto hasta la tierra prometida abunda en enseñanzas espirituales, paralelismos vividos y destacadas lecciones objetivas de importancia para los cristianos hoy en día el éxodo hebreo fue quizá la migración humana más grande que alguna vez haya acontecido en la historia. Aparentemente salieron de Egipto dos millones de personas con sus rebaños manadas y efectos personales.
Las instrucciones finales dada a Israel indicaban que debían tomar la ruta más larga y difícil, que los levaría a través del mar rojo hasta la tierra prometida. El relato bíblico declara: “Dios no lo llevó por el camino de la tierra de los filisteos, que estaba cerca…” Exodo13:17). La ruta más corta y directa a la tierra prometida era la que bordeaba la costa de gaza, a sólo 257Km. Del campamento de Sucot. Sin embargo, debido a que Israel “tenía un conocimiento muy limitado de Dios y muy poca fe en el” (Patriarcas y profetas p.287), Dios los dirigió por una ruta larga y difícil a fin de prepararlos para entrar en Canaán.
La ruta que Dios había dirigido permitió que el pueblo de Israel tuviera suficiente tiempo para reflexionar, desarrollar el carácter, comprender más claramente la voluntad de Dios, obtener una fe genuina y prepararse para la tierra prometida. Una cosa es cierta:”el sendero por el cual Dios dirige nuestros pasos puede pasar por el desierto o el mar, pero es un sendero seguro” (Patriarcas y Profetas p. 295.
Dios mismo, a través de un milagro diario y recurrente le mostro a su pueblo la ruta precisa que debía tomar. “Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alúmbrales, a fin de que anduviesen de día y de noche” (Éxodo 13:21).
Las buenas nuevas nos aseguran que la nube aun dirige al pueblo de dios en la actualidad. Dios continúa dirigiendo, protegiendo, defendiendo e iluminando a su pueblo en su viaje hacia la tierra prometida. Israel había seguido la dirección de Dios con creciente confianza; durante dos días habían viajado más de 80 Km. Sobre terreno difícil. Todo marchó bien hasta que llegaron a las aguas del mar rojo.
El mensaje para los cristianos - evangélicos tiene la misma fuerza y urgencia: “No temáis”, “Estad firmes”, y Marchad”. La estrategia divina para la victoria es infalible
Moisés y la multitud de pronto se enfrentaron con una situación desesperada. El pueblo de dios estaba ahora atrapado. Detrás de ellos, hacia el norte, Israel podía distinguir claramente las fuerzas armadas de los egipcios en ardorosa persecución. Hacia el este, enfrentaban al Mar rojo. Por el Sur los tenían las escarpadas e imposibles montañas, y hacia el oeste los esperaba el desierto rocoso. Humanamente hablando, era imposible escapar y el genocidio de Israel parecía inevitable.
Cuando nos sintamos atrapados como Israel recordemos dos principios poderosos que debemos esgrimir. En primer lugar, nuestro Comandante supremo tiene estrategias efectivas que aseguran nuestra liberación y garantiza la victoria final. En segundo lugar, como el remanente final del pueblo de Dios debemos tener la constante seguridad de que dios nunca coloca en una situación donde “sea inevitable la derrota o imposible la victoria”.
Al esforzarnos por cumplir nuestra misión global de adelantar el reino de Dios, a veces nos sentimos como Israel frente al Mar rojo, atrapados. Atrapados por conflictos sociopolíticos crecientes que nos rodean; atrapados por las condiciones económicas en continuo deterioro y las severas restricciones presupuestarias; atrapados por la creciente inestabilidad política y civil; atrapada por la erosión de la libertad religiosa, etc. Bajo estas condiciones recordemos que la dificultad del hombre es la oportunidad de Dios. Dios actúa mejor cuando la situación es aparentemente imposible y el fracaso inevitable.
Esta es la convicción que le da nuevo significado al triple mandato dado frente al Mar rojo: (1) “No temáis…” (Exodo14:13) (2) “Estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros” (exodo14:13 (3) “di a los hijos de Israel que marchen” (éxodo 14:15).
El mensaje para los cristianos - evangélicos tiene la misma fuerza y urgencia: “No temáis”, “Estad firmes”, y Marchad”. La estrategia divina para la victoria es infalible.
Teólogo: Roberto Romero.