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El Banco Central de Japón volvió a aplazar este martes, ahora hasta 2019, su objetivo de alcanzar una inflación cercana al 2%.
Tras una reunión de política monetaria, el banco dijo que espera llegar a ese objetivo en marzo de 2019.
La nueva fecha supone un retraso de cuatro años con respecto al calendario inicial de abril de 2015 fijado por el gobernador del banco, Haruhiko Kuroda, que termina su mandato en abril de 2018.
La decisión es la consecuencia del recorte de las previsiones de aumento de precio para el año fiscal en curso, que termina en 2017, y para los dos siguientes.
En la reunión el banco mantuvo sin embargo su política económica, incluyendo su masivo programa de compra de deuda por valor de unos 80 trillones de yenes anuales (unos 763.000 millones de dólares).
También mantuvo en negativo su tasas de interés con el objetivo de alentar el crédito y el crecimiento.