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Los Congresistas Dominicanos deben saber que armar más a la población dominicana tiene una relación biunívoca con la delincuencia que azota el país
En los momentos actuales hay que tener prudencia para incorporar en el país una Ley para el Control y Regulación de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos, Armas blancas y Materiales relacionados.
Lo que efecto República Dominicana requiere actualmente es desarmar a la sociedad civil. Opino que fomentar la tenencia de arma de fuego en la población es indicativo de debilidad e incapacidad de los cuerpos castrenses dominicanos de enfrentar la delincuencia.
Pues, con la existencia de cuerpos castrenses bien preparados y una policía que vele por la seguridad ciudadana, que se mantenga siempre vigilante para garantizar la seguridad, es innecesario y poco conveniente armar más a los ciudadanos.
Armar a la sociedad civil más de lo que está, es lo que menos necesitamos los dominicanos. En lo particular, más bien optaría por proponer una Ley de desarme a la población y por reformar y especializar a la Policía Nacional.
La mayoría de los dominicanos nos negamos a equipar a los civiles con más armas. Hay suficientes armas de fuego, tantas que las autoridades han perdido el control y han ido a parar al marco de la ilegalidad.
Armar a la sociedad civil más de lo que está, es lo que menos necesitamos los dominicanos
Sin embargo, los dominicanos sí requerimos aumento de la protección policial para que la delincuencia no nos termine de arropar. El índice de delincuencia actual que cubre a la sociedad dominicana exige la vigilancia pública permanente y de un cuerpo policial mejor preparado y bien remunerado.
Los dominicanos deseamos con vehemencia desarmar la población civil, porque la sociedad vive atemorizada; anhelamos, más que cualquier cosa, vivir con tranquilidad, caminar seguros por las calles de la ciudad sin que los delincuentes nos atraquen o nos quiten la vida.
No me imaginaría, por ejemplo, contemplar una escena de un civil portando en el hombro un fusil M-14, M-16 (arma de guerra) en una calle o un parque de la ciudad. Pienso que ese escenario amedrentaría a cualquier ciudadano.
Con los sucesos de violencia que se publican en la crónica de los periódicos, nos basta de sobra para saber y reconocer que los dominicanos aún carecemos de la educación, ecuanimidad y la responsabilidad que implicaría la industria y la oferta abierta de venta de armas y municiones en la República Dominicana.