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Un año después de ser sancionado por una viñeta que molestó al gobierno, el caricaturista ecuatoriano Bonil volvió el lunes al banquillo de los acusados por un dibujo que fue considerado "discriminatorio" por organizaciones negras.
Durante dos horas, Bonil guardó silencio en la audiencia convocada por el órgano regulador de la comunicación a raíz de un proceso entablado el año pasado por esos colectivos a raíz de una fotocaricatura ("meme") de agosto de 2014 contra un exfutbolista y legislador oficialista.
Al término de la diligencia el dibujante, que negó ser racista, ofreció a los funcionarios unas gafas de cartón de gran tamaño para que se "dejen de hacer los de la vista gorda" con las ofensas del gobierno contra los periodistas y opositores.
En las afueras decenas de personas, enfundadas en camisetas blancas con el autorretrato de Bonil y con carteles con la frase "Yo soy Bonil", lanzaban arengas contra la "censura" al comunicador.
De ser hallado responsable, Xavier Bonilla (Bonil) puede ser forzado a rectificar como hace un año, cuando la Superintendencia de Comunicación le impuso esa sanción por el texto de una viñeta sobre un allanamiento judicial que indignó al gobierno por "estigmatizar" a la justicia.
Asimismo, el proceso puede derivar en la segunda sanción económica en un año contra el diario El Universo, tras ser obligado a pagar 90.000 dólares también por publicar un dibujo de Bonilla.
La Supercom deberá emitir su fallo en los siguientes días.
A sus 50 años, el caricaturista pasó a ser más conocido por los procesos que enfrenta a la luz de una ley que aumentó el control sobre los medios que por el trabajo que publica a diario en El Universo, tachado de opositor por el presidente Rafael Correa.
El mandatario de izquierda, que logró sacar adelante la nueva ley de medios vigente desde 2013 a través de una consulta popular, suele cuestionar a Bonil por sus sátiras "infames" contra el gobierno.
- El disgusto de los afroecuatorianos -
En esta ocasión el dibujante enfrenta una nueva causa no penal por satirizar al exgoleador Agustín 'Tin' Delgado por su lectura entrecortada en una sesión del Congreso.
Bonil empleó un globo de texto con el siguiente contenido: "Com...con...m...mi diii...scurso todos dicen pobretin, pobretin" y en el segundo se lee "pero con mi sueldo de asambleísta ya nadie dice pobretón, pobretón".
Organizaciones afroecuatorianas consideraron que la publicación las discriminaba racialmente, pero luego la queja fue por discriminación socioeconómica tras un informe del Consejo de Regulación y Desarrollo de la Información y la Comunicación (Cordicom) que desestimó la primera denuncia.
"Se ha tratado de vender la idea de que se discrimina al señor Delgado al utilizar la palabra pobre (...) Hablar de que discriminamos por pobre a una persona que tiene un patrimonio muchísimo mayor que el procesado resulta eso sí caricaturalizable", dijo Ramiro García, abogado del comunicador.
Delgado, que en su momento expresó su molestia por la burla a la que quedó expuesto en redes sociales por la caricatura, se abstuvo de procesar a Bonil.
Sin embargo, durante la audiencia, Alodia Borja, abogada y representante de las comunidades afro, justificó la queja contra Bonil por considerar que a través de ella se estigmatizó a los negros ecuatorianos (que conforman un 8% de los 16 millones de ecuatorianos), aunque insistió en que no está en contra de la libertad de expresión.
"¿Acaso hubiera presentado una foto igual si fuera una persona blanca o mestiza? (...) ¿Por medio del arte se puede degradar, se puede menoscabar la integridad de una persona?", cuestionó Borja.
La dirigente dijo esperar unas excusas públicas del caricaturista y llamó a los medios a "cambiar su léxico, su discurso racista".