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Cazahitlers localizan a 39 parientes del Führer, que luchan por borrar su maldición

14/09/2009 14:30 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Un funcionario de aduanas y un periodista han logrado descifrar en Bélgica el ADN de Adolf Hitler, un secreto nunca antes revelado que ahora permite identificar genéticamente a cualquier familiar del dictador alemán

Desenmarañando su árbol genealógico, analizando colillas de cigarro olvidadas en un pueblecito de la Baja Austria, una servilleta de papel usada o los sellos de cartas enviadas hace más de 30 años desde el norte de Francia, Marc Vermeeren y Jean-Paul Mulders ya han dado con 39 parientes del “Führer” vivos.

Tres bisnietos de Alois Hitler, el padre del líder nazi, aún se esconden en Long Island (Nueva York) bajo el apellido falso Stuart-Houston. Louis y Brian comparten una casita de madera en East Patchogue, donde trabajan como jardineros, mientras que Alexander es un psicólogo retirado que ayudaba a los veteranos de otra guerra, la de Vietnam, y vive en East Northport, a pocos kilómetros.

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Howard, el cuarto hermano, era agente de la policía de Nueva York y murió en 1989, estando de servicio. No se conocen más fotos de ellos que las que se hicieron en los años 70 para la orla del instituto, no se relacionan con nadie, ni siquiera los vecinos los conocen. No responden si alguien llama a la puerta y evitan cualquier confrontación con su pasado.

“Se han puesto de acuerdo en no tener hijos para extinguir la saga de los Hitler y dejar de vivir con miedo, pero han prometido publicar un libro antes de morir”, relata Mulders, de 41 años. Este reportero del periódico belga Het Laatste Nieuws logró robar a los Stuart-Houston una muestra de ADN.

Lo hizo con la ayuda de Marc Vermeeren, 51 años, historiador, aficionado a la genealogía y obsesionado con Hitler, quien amontona en su estudio más de 500 biografías del dictador y 20 mil documentos, entre ellos su partida de nacimiento.

ADN de una servilleta. Los dos “cazahitlers” tuvieron que esperar siete días y siete noches bajo una tormenta de nieve y la mirada amenazante de los vecinos, hartos de ver a curiosos merodeando por el barrio, para que el hermano mayor, de 60 años, abandonara por fin su escondite, hambriento. Alexander A. Stuart-Houston condujo hasta un restaurante donde se come sin salir del coche.

“Todos los Hüttler que viven en la región del Waldviertel son descendientes lejanos de Hitler, aunque muchos ni siquiera lo saben. Los hombres comparten su mismo cromosoma Y

Pidió unas alitas de pollo y las ingirió al volante. Se limpió con una servilleta de papel y la arrojó a la carretera. “Y allí estábamos nosotros, con unos guantes de látex, unas pinzas y una bolsa de plástico, recogiendo la servilleta asquerosa, con sus labios marcados en grasa de pollo”.

Ahora, el código genético del sanguinario dictador y todas las muestras de ADN de sus familiares vivos están en la cámara acorazada de un banco, así que Hitler, de alguna forma, ha regresado al búnker.

De Hitler a Hütler. En la Baja Austria, en cambio, los Hitler no se han complicado tanto y han intentado borrar su pasado maquillando sólo un par de letras de su nombre, hasta llamarse Hüttler (pronunciado en alemán hitler) y quedar décadas camuflados entre los centenares de Hietlers, Hiedlers, Hütlers o Hüetlers que llenan las listas telefónicas.

Pero Vermeeren lleva años peregrinando a las granjas de la familia del “Führer” en Spital y Walterschlag y se sabe de memoria todos los archivos parroquiales sin que se le escape ninguna partida de nacimiento ni acta de defunción. Incluso tiene un documento del año 1457 que ya sitúa en la zona a los entonces Hytler.

No importa que hayan pasado cien o mil años, nunca se pierde”, advierte. La clave de su investigación es seguir el rastro genético de dicho cromosoma, el único que los varones heredan sólo por vía paterna, así se puede saber con precisión si dos hombres pertenecen a un mismo linaje.


Sobre esta noticia

Autor:
Ariel (3882 noticias)
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Nota de prensa
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