Cientos de inmigrantes de origen subsahariano intentaron este sábado saltar la valla fronteriza que separa Marruecos de Melilla, informaron fuentes gubernamentales, en una zona donde la presión migratoria no deja de aumentar desde principios de año.

"Ha sido un grupo, se calcula, de unos quinientos los que han intentado el salto" hacia las 14H00 (12H00 GMT), informó una portavoz de la delegación del Gobierno en Melilla.

Debido a la contención policial "no ha entrado ninguno", afirmó precisando que "una veintena larga se han encaramado" a la verja durante una media hora, "hasta que han desistido y se han hecho cargo de ellos las autoridades marroquíes".

Como en anteriores ocasiones, la prensa publicaba imágenes de un grupo de hombres de origen subsahariano subidos a lo alto de la estructura metálica entre dos vallas fronterizas de hasta siete metros de alto, ante la mirada de los agentes de la Guardia Civil.

Unas dos horas más tarde, "ha habido un segundo intento, pero éstos no han llegado ni a la valla", afirmó la portavoz.

Melilla y Ceuta son las dos únicas fronteras terrestres entre África y la Unión Europea.

La presión migratoria ha aumentado fuertemente en estas ciudades desde principios de año, especialmente en Melilla, donde el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes, con 480 plazas, acoge ya a más de 1.900 personas gracias a la instalación de carpas.

El 18 de marzo, unos 500 inmigrantes sin papeles lograron forzar la entrada saltando la valla, en el mayor asalto desde 2005, año en que la ciudad se vio sometida a llegadas masivas.

En Ceuta, 15 clandestinos murieron ahogados el 6 de febrero intentando llegar a nado.

La actuación de la policía española, acusada de utilizar pelotas de goma contra los inmigrantes cuando estaban en el agua, generó duras críticas contra el Gobierno del Partido Popular, que pidió entonces mayor ayuda a la Unión Europea para contener estos flujos migratorios.

El Ejecutivo de Mariano Rajoy aprobó el 25 de abril reforzar la seguridad en las vallas de Ceuta y Melilla, donde la entrada de inmigrantes aumentó un 49% en 2013, según datos del ministerio del Interior.

Este aumento contrasta con la reducción del 15% de llegadas de sin papeles a las costas del sur de España.