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La plaza Nelson Mandela ha vuelto a llenarse a las seis de la tarde tras la muerte del mantero Mame Mbaye Ndiaye después de una persecución policial. Compañeros, compatriotas y vecinos y vecinas han iniciado una multitudinaria manifestación en este lugar, que está a pocos metros de la calle en la que cayó desplomado Mbaye por un infarto de miocardio, y que ha sido epicentro de enfrentamientos con la policía esta mañana.
La protesta ha empezado en calma, en un clima de indignación y hartazgo, hasta que los concentrados han llegado por la calle Sombrerete hasta la plaza de Lavapiés. Aquí la marcha se ha encontrado con una fila de agentes que han intentado cortar el paso, aunque los manifestantes continúan hasta la plaza al grito de "policía asesina". La zona, donde el jueves se produjeron graves disturbios, ha sido tomada durante media hora por varios furgones, uno de ellos dentro de la plaza. La marea de gente ha enfilado por la calle Caravaca para desembocar de nuevo en el punto de partida (plaza Nelson Mandela), donde aún hay centenares de personas y no hay presencia policial. El grito "policía asesina" está siendo el más repetido y la situación es de calma tensa.
Los participantes en la concentración convocada por el Sindicato de Manteros y Lateros de Madrid, han entonado cánticos contra la policía, a la que acusan de ejercer una presión constante contra el colectivo y culpan de la muerte de Mame MBaye, a la vez que reclaman más "servicios sociales y no policiales".
Megáfono en mano, un portavoz ha denunciado que "ayer a las 6 de tarde mataron a un amigo y no es un caso aislado". No es, dicen, porque llevan "años denunciando el acoso y las persecuciones" que sufren los manteros, así como "unas leyes que matan y un racismo institucional y social" que les condena "al maltrato diario" y les "excluye del mercado laboral". Los vecinos piden justicia y responsabilizan también al Ayuntamiento de Madrid de la muerte de Mame por ignorar, dicen, durante años sus reclamaciones.
La manifestación vespertina está impregnada del recuerdo de las tensiones de esta mañana. La visita del cónsul de Senegal a la misma plaza a mediodía ha desembocado en insultos, primero, y después la llegada de la policía, que ha disparado pelotas de goma tras producirse el lanzamiento de sillas y adoquines por parte de algunos concentrados. El diplomático ha entrado, tras ser increpado al grito de "sinvergüenza", en un bar de la zona, de donde ha sido evacuado por los UIP o antidisturbios.
Los asistentes denuncian que el diálogo con el diplomático llega tarde: "Se murió ayer. Convocamos al cónsul y no vino". En este ambiente eran muchos los que intentaban calmar los ánimos. "He llamado a la calma porque no tenía sentido pelearnos con los antidisturbios. Somos gente pacífica que estamos aquí para reclamar justicia", decía uno de los concentrados.
El Ayuntamiento de Madrid ha asegurado esta mañana que la policía municipal ya no perseguía a Mame Mbaye Ndiaye cuando sufrió el infarto de miocardio en la calle del Oso, aunque ha confirmado que previamente se había producido un altercado policial en la Puerta del Sol contra manteros que finalizó en la Plaza Mayor. En esa persecución estaba Mame Mbaye, según varios testimonios que ha recogido el Consistorio. Entre uno y otro hecho pasaron unos 20 minutos, ha indicado el edil de Seguridad Javier Barbero.
Después del suceso comenzó una concentración en Lavapiés por la actuación policial contra las personas racializadas y en protesta por la presión que, denuncian, existe en la zona contra los manteros. Cuando a las 21:30 se levantaba el cuerpo de Mame, parte de los congregados empezaron a lanzar botellas y otros objetos a la Policía. Estos primeros episodios terminaron en graves disturbios que se saldaron con seis detenidos, todos de nacionalidad española, confirman fuentes policiales.
El Cuerpo Nacional de Policía desvincula al colectivo de manteros de estos actos de violencia y apunta a individuos radicales, expertos en violencia callejera, como responsables de estos incidentes. "Se han metido en la concentración de ayer grupos ultras. Los senegaleses no han roto los bancos, ni han quemado las calles ni han hecho daño a nadie", ha manifestado en la misma línea Cheikh Ndiaye, de la Asociación de Inmigrantes Senegaleses en España.