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La ciudad de Bengasi, en el este libio, es nuevamente escenario de enfrentamientos sangrientos tras la ofensiva lanzada por las fuerzas del general Haftar, apoyada por el ejército, contra las milicias islamistas que controlan la segunda ciudad del país.
Por lo menos 17 personas han muerto en 24 horas desde el inicio, el miércoles por la mañana, de esta nueva intervención de las fuerzas del general Haftar.
Sus soldados habían anunciado el miércoles la toma del control del cuartel general de la milicia islamista Brigada del 17 de Febrero, situada en la periferia del este de la ciudad.
Pero una fuente militar indicó este jueves a la AFP que las fuerzas progubernamentales debieron retirarse de la exbase militar tomada como objetivo por los combatientes islamistas.
Varias explosiones y disparos se escucharon por la noche en diferentes barrios de Bengasi, según los corresponsales de la AFP. Los combates bajaron sin embargo de intensidad este jueves, mientras que un helicóptero y un avión militares sobrevolaban la ciudad.
Bengasi es una de las zonas más conflictivas de Libia, un país sumido en el caos y a merced de las milicias después del derrocamiento de Muamar Gadafi tras ocho meses de conflicto en 2011.
Frente a la debilidad del gobierno de transición, el general Haftar, que participó en la revuelta contra Gadafi, lanzó en mayo una operación contra las milicias, a las que calificó de "terroristas".
El controvertido general había sido acusado por las autoridades de transición de perpetrar un "golpe de Estado". Pero su posición cambió después de que el general jubilado obtuviera el apoyo de varias unidades del ejército.
El miércoles, el ejército regular libio mostró claramente su apoyo a la operación del general Haftar y su nueva ofensiva sobre Bengasi.
- ¿Diálogo en riesgo? -
El gobierno reconocido por la comunidad internacional, dirigido por Abdalah Al Theni, "no tiene más opción que acercarse a Haftar, que se presenta como el salvador de Libia", subrayó el analista libio Fradj Najm. "Contrariamente a sus rivales (islamistas), las autoridades de transición no tienen milicias para imponerse", precisó.
Ese acercamiento entre Haftar y las autoridades de transición fue denunciada por la coalición de milicias armadas, principalmente islamistas y originarias de la ciudad de Misrata (este de Trípoli), que controla la capital desde agosto.
Esta coalición Fajr Libya (Alba de Libia), que formó un gobierno paralelo, amplió recientemente su ofensiva al oeste de Trípoli.
Desde hace unos días, se registran combates entre Fajr Libia y las fuerzas de Zenten (oeste) y de sus aliados, en particular alrededor de la ciudad de Kekla, a unos cien kilómetros al suroeste de Trípoli.
"El conflicto en el oeste es el resultado de una lucha por el poder y el dinero, después de la derrota de los islamistas en las elecciones legislativas de junio", dijo el profesor Najm. "Al este, se trata de un combate con grupos (radicales) que están en contra del proceso democrático y el establecimiento de un Estado", añadió.
Según el experto, la nueva ola de violencia puede comprometer el diálogo político lanzado por la ONU a finales de septiembre con el objetivo de acabar con la anarquía institucional en el país.
En una visita a Trípoli, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llamó el sábado al fin de las hostilidades, reclamando en especial un cese de los combates entre las fuerzas de Haftar y los islamistas.