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Las comunidades británicas están cada vez más segregadas y el gran aislamiento económico y social de algunas, particularmente de las de musulmanes del sur de Asia, benefician a los extremistas, advierte un informe encargado por el gobierno.
La alta funcionaria Louise Casey es la autora de este informe que, en sus términos, expone "verdades incómodas", entre ellas que el gobierno no ha hecho mucho por integrar a los inmigrantes y que algunas comunidades aprovechan su segregación para perpetuar la discriminación de las mujeres.
"El impacto de la inmigración y otros cambios demográficos ha sido enorme y hemos carecido de una estrategia integradora", afirmó Casey.
"No hablar de todo ello deja la puerta abierta a la extrema derecha, de un lado, y a los extremistas islámicos, de otra", añadió.
La autora sostiene que paquistaníes y bangladesíes son más propensos a vivir en áreas segregadas, citando casos donde hasta el 85% de los residentes de una comunidad eran musulmanes.
"La desigualdad en ciertas comunidades de estas zonas altamente segregadas está empeorando, no mejorando", dijo en una entrevista en la radio BBC 4.
Las mujeres son especialmente víctimas en estos barrios. "El jueves estuve en una comunidad en la que mujeres que han vivido ahí durante años no pueden salir de sus casas sin el permiso de sus maridos", añadió en la entrevista.
"No tengo ningún problema con las mujeres de esas comunidades, lo tengo con los hombres. La misoginia y el patriarcado tienen que acabar", añadió.
"Los líderes no musulmanes y musulmanes tienen que unirse en esta país. Da igual quién seas, no importa de qué credo o color, la igualdad manda".
El informe destaca que las mujeres que viven en esas comunidades segregadas se encuentran marginadas por su pobre dominio del inglés, al tiempo que se ven sujetas "a control coercitivo y actos abusivos, violentos y delictivos, a veces perpetrados en nombre de valores culturales y religiosos".
- Un informe "provocador" -
No sólo las áreas de mayoría musulmana tienen problemas.
"En Sheffield", en el norte de Inglaterra, "no me resultó difícil encontrar a gente con problemas para asimilar la llegada en grandes números de gente del este de Europa y gitanos. Una escuela pasó de tener menos del 5% de extranjeros a tener el 95% en pocos años", agregó.
En el capítulo de recomendaciones, el informe Casey, pide impartir más clases de inglés a grupos aislados, que se promueva la mezcla mediantes actividades como el deporte, se busque reducir el desempleo en las minorías étnicas, se exija un "juramento de integración" a los recién llegados y se insista en la enseñanza de "valores británicos" en las escuelas, como la democracia y la tolerancia.
Iqbal Bhana, consejero del gobierno contra la discriminación de los musulmanes, reaccionó al informe afirmando que las autoridades han fallado a la hora de actuar contra los problemas identificados en el informe.
"Las comunidades tienen también una responsabilidad, pero no pueden hacerlo aisladas sin apoyo del gobierno", declaró Bhana a la BBC.
Sin embargo, Mohammed Shafiq, director de la Fundación Ramadán, un lobby musulmán, calificó el informe de "provocador" y "divisivo" en un comunicado.
"Nos entristece que una vez más los musulmanes se hayan convertido en un balón político que de vez en cuando es golpeado sin ninguna consideración por el impacto que ello tiene en individuos que luego son sujetos a amenazas y violencia", añadió.