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El juez del Vaticano Piero Bonnet concedió hoy la libertad vigilada a Pablo Gabriele, el mayordomo papal imputado en el proceso judicial “vatileaks”, el robo y filtración a la prensa de documentos confidenciales del Papa. En un encuentro con periodistas el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dijo que a partir de este sábado el ex ayudante del pontífice residirá en su casa, dentro del territorio vaticano, y allí esperará la sentencia de la primera fase del proceso en su contra. Agregó que en los próximos días el promotor de justicia (fiscal), Nicola Picardi, redactará la requisitoria en la cual justificará las presunta responsabilidad del imputado en el delito de robo agravado y luego, el juez Bonnet, decidirá si enviarlo a juicio o dejarlo en libertad definitivamente. Gabriele fue sometido este día a un interrogatorio de siete horas (con una pausa de 30 minutos), durante el cual debió responder a las preguntas del juez y del fiscal un amplio cuestionario armado luego de mes y medio de recopilación de indicios. El mayordomo fue dejado en libertad tras 59 días de detención en una celda de tres por tres metros, ubicada dentro del cuartel general de la Gendarmería Vaticano. La tarde del pasado 23 de mayo fue arrestado luego de un cateo en su departamento, donde fueron encontradas decenas de fotocopias de documentos reservados sustraídos del escritorio mismo de Benedicto XVI. Su detención fue el resultado de una serie de pesquisas llevadas a cabo a diversos niveles de la Sede Apostólica para dar con la identidad de los “cuervos”, personajes anónimos que desde el corazón mismo del Vaticano filtraron a la prensa informes sobre temas sensibles. Los primeros tres meses de 2012 fueron de gran tensión en el gobierno central de la Iglesia católica, a causa de una seguidilla de publicaciones de reportes de diverso tipo. Durante los 59 días de detención, tanto la Gendarmería Vaticana como el fiscal indagaron en diversas direcciones, especialmente siguiendo los indicios ofrecidos por el mismo mayordomo en los primeros interrogatorios a los cuales fue sometido. Según Lombardi, con las pruebas recogidas ya no se consideró necesario mantener el arresto del imputado y por ello se le concedió el arresto domiciliario, previa prestación de garantías. “El señor Gabriele residirá, por lo tanto, en su habitación, con la familia, en El Vaticano, observando cuánto dispuesto por el juez para los contactos y relaciones con otras personas”, indicó. La medida cautelar establece la obligación de permanecer en su casa, teniendo contacto con un estrecho grupo de personas, principalmente los familiares. Tiene prohibido comunicarse con otros mediante teléfono, internet o cualquier otro medio. Puede recibir algunas visitas, siempre con la autorización del juez; contará con asistencia espiritual y médica, además de mantener su sueldo de mayordomo. “La sentencia definitiva de envío a juicio o libertad se puede esperar a fines de julio o inicios de agosto, pero si la decisión es la de enjuiciar a Gabriele, el proceso no se llevará a cabo antes del otoño próximo, después de octubre”, apuntó el portavoz vaticano. Por otra parte confirmó que, días atrás, la comisión de cardenales encargada por el Papa para investigar el “vatileaks” entregó el reporte conclusivo de sus trabajos. El grupo, encabezado por Julián Herranz, llevó a cabo una labor independiente a las diligencias de los magistrados y, mediante diversas audiciones, intentó establecer los responsables y los motivos de la filtración a la prensa de los documentos.