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A los rodadores les encanta, los escaladores la temen: la contrarreloj por equipos, una prueba programada por el Tour de Francia en la novena etapa, este domingo entre Vannes y Plumelec, no tiene piedad con los débiles y no perdona la menor falta de atención.
"Veintiocho kilómetros y medio de esfuerzo, podría parecer poco, pero es de una intensidad increíble, tanto físicamente como mentalmente", destaca el estadounidense Tejay Van Garderen, uno de los candidatos al podio en París.
Algunos corredores no lo esconden: se levantan con un nudo en el estómago en días como el de este domingo, como el escalador alemán del equipo Giant Simon Gesckhe: "Voy a tener que aguantar, intentar no ralentizar al equipo. Este ejercicio, no está hecho para tipos pequeños", dice uno de los pesos pluma del pelotón.
"Hay presión", añade el francés del AG2R Alexis Vuillermoz, que no quiere "penalizar al equipo".
Si los corredores, en general, temen tanto esta disciplina es porque también no es frecuente. Suelen hacer media docena como máximo al año. "Por eso es importante repetirlo en las estancias (de preparación). En el AG2R, no somos realmente especialistas. Por eso hemos trabajado mucho para ganar en serenidad y confianza. Es primordial", añade el ganador de la etapa del sábado en el Muro de Bretaña.
"No es un ejercicio para débiles. El sábado, algunos se han reservado para economizar fuerzas y llegar lo mas frescos posibles a la salida de la crono del domingo", dice por su parte otro ciclista francés, Warren Barguil, una de las revelaciones del inicio del Tour.
- Relevos de 30 segundos -
Los ciclistas pedalean, pero los directores deportivos tienen un papel fundamental. El orden de los corredores es importante. Hay que colocar en el mejor lugar a los grandes y a los pequeños, a los rodadores y a los escaladores, a los fuertes y a los más débiles. "Y hay que recordar sin parar a los chicos que esta crono es, primero y ante todo, un ejercicio colectivo", señala el belga Wilfried Peeters, del equipo Etixx.
"Para una máxima eficacia, el corredor de cabeza debe tratar de mantener el ritmo del relevista precedente y no provocar cambios (de ritmo) que hacen perder tiempo y fuerzas a todo el mundo", explica el director deportivo del Tinkoff, Sean Yates. "Es mejor dejar a los menos fuertes hacer relevos de 10 segundos y a los más resistentes hacer relevos más largos, algunas veces de hasta 30 segundos", añade.
Desde este punto de vista, los abandonos de Tony Martin (Etixx), Tom Dumoulin (Giant) y Fabian Cancellara (Trek) son una catástrofe para sus respectivos equipos. "Sin Tony, no es la misma historia", admite el director belga Patrick Lefevere.
Para el corredor del BMC Greg Van Avermaet, más que los rodadores, podrían ser los corredores más explosivos los que acaben marcando las diferencias en Plumelec. "En un recorrido sinuoso que tiene algunas curvas interesantes, los 'puncheurs' tienen un papel a jugar en los relevos, para dar más velocidad al grupo-2", destaca el belga. "Eso me viene bien. Tengo explosividad y soy capaz de dar relevos de 25 segundos", asegura. El BMC ganó la crono por equipos disputada en la última Dauphiné y también el Campeonato del Mundo en 2014, por lo que Van Avermaet sabe de qué habla.