¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Starofservicespain escriba una noticia?
El verano trae mucho estrés al césped: tanto el calor como la merma pluvial pueden afectar su vitalidad y complicar su mantenimiento
Según una encuesta realizada entre los profesionales de cuidado del césped de StarOfService, estos son algunos de los consejos a seguir para mantener un manto de hierba vivaz y exuberante aún durante los meses más calurosos del año.
Con respecto al riego:
Durante los meses de calor el riego ha de ser infrecuente, aunque profundo: esto generará una mayor resistencia de las raíces a la sequía y por ende un césped más fuerte.
En lo posible, hay que evitar regar mucho ya que si el suelo permanece siempre mojado, sin posibilidad de secarse, las raíces se encontrarán privadas de oxígeno y se harán más susceptibles a enfermedades.
Los suelos húmedos son un excelente caldo de cultivo de hongos y bacterias, y una raíz debilitada constituye una presa fácil para los mismos.
Con respecto al corte:
Un error común es el de cortar el césped demasiado corto, y un césped demasiado corto reduce la habilidad de la planta de producir energía para crecer.
Durante el verano, es mejor no cortar más de un tercio de la longitud total de la brizna, no sólo para mantener la capacidad de crecimiento de la planta, sino que además una hierba más alta protegerá mejor el suelo de la evaporación y la erosión, manteniendo las condiciones del mismo más favorables para un crecimiento de raíces más vigorosas, fuertes y prósperas.
A la hora de cortar el césped, es ideal dejar los restos reposar sobre la superficie como un mantillo que actuará como abono al irse descomponiendo, y protegerá el césped recién cortado del ataque del sol y los elementos.
A su vez, es importante mantener la cuchilla de la máquina afilada: una cuchilla desafilada desgarrará el tejido de la planta en vez de cortarlo, aumentando la susceptibilidad de la planta al estrés y la enfermedad.
Con respecto a la fertilización:
Muchas veces se recurre equivocadamente a la fertilización cuando el césped comienza a verse irregular a causa del exceso de calor. Sin embargo, es importante resistir la tentación de aplicar fertilizantes durante los meses de intenso calor, ya que puede quemar el césped o arruinar el suelo.
Lo ideal es fertilizar unos 30 días antes del inicio de las altas temperaturas, y volver a hacerlo al finalizar las mismas, a principios o mediados del otoño.
Poniendo en práctica estos consejos los intensos calores del verano no sólo no harán mella en la vitalidad del césped, sino que además generarán raíces más fuertes y briznas más resistentes.