¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que El Sanluicero escriba una noticia?
Por: Daniel Paez
Associated Press. Aquel 15 de abril, cuando un par de bombas caseras estallaron cerca de la meta del maratón de Boston dejando un saldo de tres muertos y al menos 260 heridos, David Ortiz se encontraba en Pawtucket, la localidad a casi a una hora de la ciudad y en donde la filial de Triple A de los Medias Rojas tiene su sede.Al sábado siguiente, cinco días después, Ortiz saldría al terreno del Fenway Park para su debut en la temporada tras recuperarse de una lesión en el talón del pie derecho. No habían transcurrido siquiera 24 horas desde la captura del segundo de los dos supuestos autores de los atentados, cuya persecución había provocado que la población de Boston se encerrara en sus viviendas.
Seis meses después, a unas pocas cuadras de donde se produjo la tragedia, el bateador designado conocido con el apodo de "Big Papi" era proclamado como el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial.En el interín, Ortiz asumió su condición de líder del equipo. Más allá de su superlativo desempeño con el madero, el dominicano levantó la voz. No una, sino dos veces.La primera fue en el primer juego en el Fenway Park tras los atentados, con un discurso desafiante —transmitido en vivo por televisión— que resumió el sentir de la gente de Boston: "¡Esta es nuestra... ciudad!".Los Medias Rojas emprenderían la marcha rumbo a la conquista de su tercer campeonato desde 2004,