Las fuerzas del orden españolas detuvieron este martes en Barcelona (noreste) a un miembro del grupo Estado Islámico (EI), buscado por Bélgica, horas después de arrestar en las islas Canarias a una mujer que "reclutaba a niñas y adolescentes" para ese grupo, anunció el ministerio del Interior.

El detenido, de origen argelino y que fue arrestado por la Guardia Civil en el aeropuerto de Barcelona, era objeto de una orden europea de búsqueda y detención "por delitos de terrorismo emitida por las autoridades belgas".

El hombre, cuya identidad no ha sido divulgada, se había unido al EI y había "participado activamente en el conflicto sirio", afirmó el ministerio en un comunicado.

La detención se produjo después de anunciarse horas antes que la policía había arrestado en Arrecife, en la isla canaria de Lanzarote, a una mujer que "mantenía contacto directo con operativos del Daesh (acrónimo del EI) ubicados en Siria", según el ministerio del Interior.

La detenida está "acusada de reclutar a niñas y adolescentes, a las que facilitaba su desplazamiento a zonas controladas por la organización terrorista Daesh", según la misma fuente.

Varias células encargadas de reclutar voluntarios, incluidas jóvenes mujeres, dispuestos a marchar a zonas de conflicto por cuenta del EI, han sido desmanteladas en los últimos meses en España, especialmente en los enclaves norteafricanos de Melilla y Ceuta, únicas fronteras terrestres entre Europa y África.

El ministerio del Interior había anunciado el 12 de marzo la detención de dos presuntos yihadistas en Ceuta, sospechosos de pertenecer a una célula que habría podido cometer atentados.

El 10 de abril, una fuente judicial afirmó que una célula desmantelada dos días antes en Barcelona y en la provincia de Tarragona (este), consideraba perpetrar secuestros y atentados en el país.

Un centenar de españoles (116 hasta el 5 de julio) se han unido a las filas de los yihadistas en Irak o en Siria, una cifra relativamente pequeña respecto a los centenares de franceses, británicos o alemanes que han salido de sus países, según Madrid.

Las autoridades temen también atentados en España de parte de personas que se han radicalizado pero que no han viajado para combatir.

Madrid anunció el 26 de junio haber colocado al país en nivel 4 de la alerta antiterrorista de un máximo de 5, una situación que no se había producido desde los atentados del 11 de marzo de 2004 que causaron 191 muertos y unos 2.000 heridos, debido a un "riesgo elevado de atentados", según el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.