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JavierPaz García
Quiebras como las de Lehman Brothers o estafas comola de Bernie Madoff y Enron demuestran que el sistema de libre mercado no esperfecto. Pero se requiere una miopía monumental para suponer que empoderandoal Estado se corrigen sus imperfecciones. Sin lugar a dudas que la quiebra deuna empresa es traumática, principalmente para quienes obtienen algún beneficiode ella, ya sea como empleados, accionistas, clientes o proveedores. Pero muchomás traumático es cuando quiebra un Estado. Las consecuencias de la quiebra deLehman Brothers, con todo lo traumáticas que fueron, no se comparan con lasconsecuencias de las insolvencias de los gobiernos de Grecia, España o Italia.
Bernie Madoff perpetró el mayor fraude financiero enla historia de Estados Unidos ocasionando pérdidas de entre 10 y 20 milmillones de dólares. Los Kirchner confiscaron 30 mil millones de dólares de las pensiones detodos los argentinos y el corralito argentino del 2001 no puede no ser calificadocomo una estafa estatal. La inflación es uno de los impuestos más regresivosque existen, castigando más a los más pobres. El gobierno de Hugo Chávez, acontracorriente de su retórica, tiene la inflación más alta de las Américas, efectivamente estafando todos los días a sus ciudadanos a través de la políticamonetaria. Las experiencias de endeudamiento e hiperinflación de América Latinadurante la década de los 80 son una interesante lección sobre lasincontinencias del Estado. Bernie Madoff, con toda su malicia no causó tantodaño como la hiperinflación boliviana ocasionada por filántropos y bienintencionados burócratas. Madoff hoy cumple una condena en prisión por susdelitos; ni Cristina Fernández, ni Hugo Chávez ni los bienintencionadosburócratas bolivianos de los años ochenta lo acompañan, a pesar de que susestafas son mayores.
Estados Unidos es uno de los países más pujantes ehistóricamente más responsables en cuanto a la administración de sus finanzaspúblicas, sin embargo su deuda pública ronda los 15 billones (15 seguido de 12ceros) de dólares, alrededor de 100% del PIB. Es decir que Estados Unidos vienemanejando sus finanzas públicas tan irresponsablemente como cualquier paísafricano. Y no tenemos que olvidar que la burbuja inmobiliaria que desencadenóla crisis fue auspiciada en gran parte por su gobierno a través de su políticamonetaria (culpa de la Reserva Federal) y sus agencias hipotecarias Fannie Maey Freddie Mac.
Y ni hablar de la mayor estafa de todas, la degobiernos como el de Cuba, China o la Unión Soviética que, a nombre delbienestar social, hacen de sus territorios cárceles gigantes, privando a suspueblos de libertad para expresarse, para desarrollar iniciativas privadas, para trasladarse libremente, para aprovechar los avances tecnológicos, paragenerar riqueza al margen del Estado, para buscar la felicidad por cuentapropia.
Sin lugar a dudas que el libre mercado no está librede potenciales abusos y estafas (problemas que un buen sistema judicial puedeatenuar), pero la historia nos demuestra que estos son ínfimos comparados a losabusos y estafas cometidos por los Estados. Y es casi una constante que a mayorpoder del Estado, mayores los abusos y estafas cometidos por sus burócratas.
SantaCruz de la Sierra, 16/12/11
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