Y no es para dudarlo, pues la muestra de solidaridad y hermandad que han demostrado todos los dominicanos a raíz de la tragedia ocurrida el pasado 11 de enero, en donde un terremoto de 7.1 grados en la escala de Richter azotó a su vecino país de Haití.

Paradójicamente, este hecho ocurrió faltando apenas 47 días para la República Dominicana celebrar los 166 años de su independencia del yugo haitiano, sin embargo, eso no fue excusa alguna para que tanto el Gobierno dominicano, encabezado por el doctor Leonel Fernández Reyna y todos los dominicanos en general se unieran en una sola hilera para extender su mano amiga y cerrar los ojos a la indiferencia, los estatus sociales, religiones, raza y origen.

Desde ese fatídico día la República Dominicana no ha descansado siendo los primeros en llegar en auxilio de sus hermanos haitianos y prestando la tierra por la que tanto luchó como centro de acopio para que el mundo entero deposite su grano de arena. Se ha entregado en cuerpo y alma, desprendiéndose del más mínimo interés, prestando a sus profesionales y trabajadores, sus hospitales y recursos alimenticios, sus medios de comunicación, sus instituciones competentes y lo más importante su poder de oración para que Dios interceda ante el dolor de Haití.

Los dominicanos están en todas partes del mundo llevando consigo un corazón grande y bondadoso, y se hacen sentir con su espontaneidad, alegría, dedicación al trabajo y el deseo de superación.

Y este es su sello de distinción, el que llevará por siempre, pues su orgullo ante el mundo entero es ser “NETAMENTE DOMINICANO!!”