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El Gobierno de EEUU prefiere ser discreto sobre las pérdidas humanas ocasionadas al grupo yihadista Estado Islámico (EI) tras el inicio de los ataques aéreos en Irak y Siria, aunque algunos funcionarios hablan de 6.000 muertos.
El embajador estadounidense en Irak, Stuart Jones, evocó esta cifra en una entrevista publicada el jueves por la televisión Al Arabiya y una fuente militar confirmó que existía esa estimación. Sin embargo, Chuck Hagel, secretario de Defensa de EEUU, se negó a confirmar este dato el jueves durante una rueda de prensa en el Pentágono. "Sabemos que miles de combatientes del EI resultaron muertos y sabemos que ciertos líderes del EI fueron abatidos", se limitó a declarar Hagel.
Las bajas ocasionadas por Washington no son un buen medio para medir la eficacia de la ofensiva militar contra la agrupación yihadista, estimó el secretario de la Defensa, recordando la mala experiencia en el tema durante la guerra de Vietnam. "Hice una guerra donde había todos los días muchas estimaciones" sobre los combatientes enemigos abatidos, recordó. "Y perdimos esa guerra", recordó.
Si la cifra de 6.000 bajas se verifica, representaría entre un 20% y un 30% de los combatientes del EI, como la agencia de inteligencia estadounidense CIA estimó en 2014. Eso significaría una gran pérdida para los yihadistas en menos de seis meses de bombardeos, que comenzaron en agosto en Irak y que se ampliaron en septiembre a Siria.
Hagel prefirió señalar que el EI está ahora a la defensiva y tendría también dificultades para reclutar nuevos combatientes, así como para mantener sus rutas de suministro y sus líneas de comunicación.