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Un equipo de 60 arqueólogos ha empezado a trabajar este martes en el cementerio de Bedlam, el primero público de Londres, que funcionó entre los siglos XVI y XVII, y que fue descubierto durante unas obras ferroviarias.
Los trabajos durarán seis meses y no se detendrán ni de noche, ha explicado en un comunicado Crossrail, la empresa que construye la nueva línea de tren subterránea de la capital británica.
Los arqueólogos desenterrarán 3.000 de los 20.000 esqueletos que se cree que hay en este cementerio municipal, que operó entre 1569 y 1738. "Estas excavaciones son una ocasión única de entender la vida y la muerte de los londinenses de los siglos XVI y XVII. El cementerio de Bedlam cubre una fase apasionante de la historia de Londres", ha dicho Jay Carver, el responsable de los trabajos. En el cementerio están enterradas personas cuyas familias no podían pagar un sepelio religioso, pero también disidentes políticos o víctimas de las muchas plagas que asolaron la capital.
En 2015, se cumple el 350º aniversario de la última gran epidemia de peste en Londres y los científicos esperan aprender más cosas sobre esta enfermedad que diezmó Europa en la Edad Media.
La nueva línea, que entrará en servicio en 2018, atravesará Londres de este a oeste, uniendo el distrito financiero al aeropuerto de Heathrow y aliviando la congestión de los transportes públicos. Las obras gigantescas han servido para descubrir más de 10.000 piezas arqueológicas.