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Cientos de voluntarios han empezado este miércoles a retirar las 900.000 amapolas de cerámica que se instalaron en la Torre de Londres para recordar a los caídos de la Primera Guerra Mundial en el aniversario de los 100 años del conflicto.
Cada una de las flores conmemora a uno de los soldados del ejército británico muertos en la guerra. La última de las amapolas fue instalada por un cadete militar de 13 años el martes, 11 de noviembre, día en que se firmó el armisticio con Alemania que acabó con el sangriento conflicto de 1914-1918.
La instalación, que rodeaba la fortaleza del siglo XI, se hizo enormemente popular y recibió más de cinco millones de visitas. Algunas de las amapolas se quedarán en el lugar hasta finales de noviembre para permitir más visitas.
La amapola es el símbolo de aquel conflicto en el Reino Unido porque crecían abundantemente en los campos del norte de Francia y de Bélgica donde se libraron algunas de las peores batallas de la guerra. Durante el mes de noviembre muchos británicos llevan una amapola de papel en sus solapas.