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Hoy he estado con un emprendedor quien, como la mayoría, se plantea el crecimiento de su incipiente negocio de forma independiente y con afluencia de capital que espera que se lo aporten inversores a los que convenza de la bondad de su proyecto. Era un negocio B2B basado en una tecnología nada disruptiva. De hecho pretenden meter las posibilidades de las nuevas tecnologías y de las redes sociales en un sector de toda la vida. No quiero entrar en más detalles porque no quiero que se identifique al emprendedor y la empresa; no se trata de eso.
Quiero resaltar que dicho emprendedor, como muchos, no había pensado en un Plan B si su búsqueda de capital no progresa, o si su negocio no levanta el vuelo como espera.
¿Y cuál es ese plan B? Pues, en mi opinión, buscar una alianza con un player del sector que ya esté establecido y le pueda proporcionar apoyos en cualquiera de tres ámbitos (o mejor en todos ellos): el comercial, el industrial y el financiero.
Es obvio que por ese camino se pierde total o parcialmente la independencia, y que se diluye parte del valor potencial de la empresa, pero es mejor ser poseedor una parte de algo que vale algo que del 100% de algo que no vale nada.
Los emprendedores deben pensar en esto.