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El arma aérea de EE.UU. incurrió en contradiciones antes de dar su versión definitiva de que el terrible ataque del hospital de MSF había sido "por error". El prestigio diplomático de Obama y su equipo por los suelos
Médicos Sin Fronteras (Médecins Sans Frontières, MSF) es una organización médica y humanitaria internacional que aporta su ayuda a las víctimas de desastres naturales o humanos y de conflictos armados, sin ninguna discriminación de raza, sexo, religión, filosofía o política.
Médecins Sans Frontières (en francés) fue fundada en Francia en 1971 por un grupo de médicos y periodistas, entre ellos Bernard Kouchner y Jacques Mabit.
Algunos médicos eran testigos del genocidio de la minoría Ibo, pues trabajaban en el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Este grupo se sentía frustrado ante la obligación de guardar el silencio que exigía la Cruz Roja a sus miembros, sobre lo visto y hecho en Biafra. El otro grupo de médicos acababa de llegar de socorrer a las víctimas de las inundaciones que asolaron Pakistán Oriental, hoy Bangladesh. Se dieron cuenta de que, una vez finalizado el proceso de descolonización, el escenario internacional estaba en fase de transformación y se imponía adaptar la ayuda humanitaria a las nuevas necesidades. Pero no basta con atender a las víctimas habría que denunciar las violaciones de los derechos humanos, crear corrientes de opinión a través de los medios de comunicación y profesionalizar la ayuda.
Médicos Sin Fronteras actualmente, cuenta con casi 5 millones de socios, dos mil voluntarios trabajando en programas humanitarios en setenta países y otros mil en labores administrativas. Previene y trata algunas enfermedades como la tuberculosis, el sida y la meningitis.
La organización cuenta con cinco centros operacionales: en París, Bruselas, Ámsterdam, Barcelona y Ginebra, además de 14 oficinas de país, situadas en Europa, Estados Unidos, Japón y Australia, que apoyan a los centros principales.
Existen varias oficinas adicionales, de entre las cuales destacan la Oficina Internacional en Ginebra, las Oficinas de Enlace en Nueva York y en Bruselas, la Campaña de Acceso a Medicinas de Ginebra, el Almacén y la Oficina de Recaudación de Fondos en los Emiratos Árabes Unidos y asociaciones de la sociedad civil en África y en América Latina.
Los ingresos de la organización el año pasado fueron de 943, 3 millones de euros, de los cuales un 91% (858, 9 millones de euros) provienea de financiación privada. Las operaciones en el año 2010 se llevaron a cabo en 61 países, con 2.465 voluntarios internacionales (6561 salidas) y 25.185 empleados nacionales.
Recientemente Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció a los Gobiernos de USA y sus aliados por utilizar información aportada por diferentes Organizaciones No Gubernamentales (ONG) para afirmar que el uso de armas químicas en Siria es “innegable” y señalar a los responsables. A través de un comunicado, la organización advirtió que su información médica "no puede ser utilizada como una prueba para atribuir la responsabilidad del suceso ni para certificar el origen preciso de la exposición a un agente neurotóxico”. Médicos Sin Fronteras espera que una investigación independiente esclarezca lo que ocurrió y descubra si finalmente se trata de una "enorme vulneración del derecho internacional humanitario", en el caso de que se confirmase el uso de armas químicas contra civiles, reseñó el portal web del diario.es.Tal denuncia sentó muy mal en el Pentágono y el ataque de ala aviación norteamericana contra el hospital de Kunduz lo consideran periodistas ingleses como un retaliación.
El general John Campbell ha reconocido que la Aviación norteamericana atacó el hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la ciudad afgana de Kunduz, "por error". Estados Unidos atacó el hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) de la ciudad afgana de Kunduz que no era objetivo militar. En los dos días trascurridos desde el ataque, EE.UU. aún no puede explicar como pudo atacar al hospital, concluye 'The Washington Post'. Al día siguiente el Pentágono explicó que el ataque fue perpetrado a instancias de las fuerzas armadas de Afganistán (aliados de EE.UU. contra los talibanes) que se encontraban bajo fuego enemigo. Sin embargo, el Pentágono presentó con anterioridad una explicación contraria, afirmando que atacó el hospital para defender a las tropas norteamericanas. La decisión sobre la ofensiva aérea fue tomada en las filas del comando de EE.UU.", precisó Campbell en una audiencia en el Comité de Armas del Senado de Estados Unidos. El general prometió que Estados Unidos llevará a cabo una investigación exhaustiva sobre el incidente para evitar situaciones similares en el futuro. La acción ha tardado unos días en ser reconocida negativamente por el Pentágono a primeros del mes de octubre por EE.UU., ha reconocido el comandante de las fuerzas estadounidenses en Afganistán, el general John Campbell. Ahora todos los medios no solo los norteamericanos, como la Associates Press, reconocen que el ataque fue "por error".
El hospital de Médicos sin Fronteras en Kunduz, en el que se encontraban cerca de 200 personas, quedó parcialmente destruido en el bombardeo el 3 de octubre, con 22 víctimas fatales. Según afirma la organización MSF, entre las víctimas del bombardeo hubo niños que murieron quemados vivos. Médicos sin Fronteras además precisa que el bombardeo duró más de una hora, con pasadas de formaciones de aviones de asalto.
El ataque aéreo contra el hospital de la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) en la ciudad afgana de Kunduz, en el que murieron al menos 22 personas, y un sinnúmero de heridos (más de 30), y decenas aún están desaparecidas está teniendo consecuencias catastróficas para el prestigio de EE.UU., según importantes medios británicos.
Además, MSF denunció que las fuerzas norteamericanas conocían las coordenadas del hospital bombardeado desde hacía varios meses. "La responsabilidad por el trágico incidente recae principalmente en ellos (EE.UU.)", y específicamente sobre la Casa Blanca, porque Obama fue quien dio la luz verde vía el general Campbedl."Este hecho amenaza con convertirse en una catástrofe para Washington, que junto a sus aliados, en los últimos días ha criticado precisamente a Rusia por la operación en Siria", diciendo que su ofensiva antiterrorista representa una amenaza para la población civil, informa el diario 'Financial Times'.
Por su parte, el presidente de EE.UU., Barack Obama, expresó sus condolencias a las familias de los "médicos y civiles" que murieron en el hospital de la organización humanitaria internacional. Asimismo dijo que espera los resultados de las investigaciones iniciadas por el Pentágono sobre el "trágico incidente". Cosa que para cualquier observado es obsoleta, pues ya ha reconocido que fue por error, muy extraño pues ya tenían los pilotos atacante las coordenadas.
No obstante, las redes sociales se han inundado de fuertes críticas contra la doble moral de EE.UU., que desde el inicio de la crisis siria ha estado armando a los rebeldes. La nación norteamericana "no tiene bases morales para acusar" a Moscú "de las víctimas civiles en Siria", escribió el exembajador británico en Washington, Christopher Meyer, en su cuenta de Twitter.
La organización Médico Sin Fronteras (MSF) ha calificado de "crimen de guerra" el ataque mortífero lanzado contra su hospital en la ciudad afgana de Kunduz, culpando a EE.UU. por el bombardeo. Dos días después de la tragedia, que se cobró 22 vidas, el Pentágono aún no puede explicar por qué atacó el hospital.
La organización internacional Médicos Sin Fronteras ha exigido a EE.UU. que investigue el bombardeo del hospital de la ONG situado en la ciudad de Kunduz en el norte de Afganistán. La ONG confirmó que en el ataque perpetrado este sábado murieron al menos más de 20 personas, incluidos 3 menores. Doce de las víctimas mortales formaban parte del personal de Médicos sin Fronteras.
Médicos Sin Fronteras fundada en 1971 ha estado en todos los teatros de operaciones de muchas guerras en forma desinteresada y peligrosa
"Bajo la clara presunción de que un crimen de guerra haya sido cometido, Médicos Sin Fronteras exige una investigación completa y transparente a cargo de un organismo internacional independiente", cita la ONG a su director general, Christopher Stokes. "La realidad es que fue EE.UU el que lanzó las bombas. EE.UU. atacó un hospital grande lleno de pacientes heridos y de personal de Médicos Sin Fronteras. Los militares de EE.UU. siguen siendo responsables por los objetivos que atacan, incluso si son parte de una coalición", denunció la ONG.
"Su descripción del ataque sigue cambiando, pasando de daños colaterales a un incidente trágico, y llegando ahora a los intentos de pasar la responsabilidad al Gobierno de Afganistán", dijo Stokes. Según él, se trata de un "ataque horrible" que "no puede ser justificado".
Por su parte, Afganistán intenta justificarse esgrimiendo que dentro del hospital se encontraban integrantes del movimiento Talibán. Según Médicos Sin Fronteras, esto demuestra una vez más que el ataque fue un crimen de guerra. La ONG afirma haber pasado a todas partes del conflicto los datos sobre el hospital incluyendo su ubicación exacta.
El ataque de la Fuerza Aérea de EE.UU. contra el hospital de la ciudad afgana de Kunduz se realizó a pesar de que a las fuerzas de la coalición se les habían proporcionado sus coordenadas para prevenir los posibles ataques, ha comunicado el Ministerio de Exteriores ruso.
"El hecho de que el ataque se realizó a pesar de la facilitación a las fuerzas de la coalición internacional de las coordenadas exactas del hospital para prevenir posibles ataques genera desconcierto", ha expresado el representante oficial del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova.
El ataque contra el hospital de la ONG Médicos Sin Fronteras, en la ciudad afgana de Kunduz, tuvo lugar la mañana del pasado 3 de octubre. En el momento del bombardero, en el hospital se encontraban más de 200 pacientes y 80 médicos, informa el comunicado. Como resultado del ataque, más de 20 personas fallecieron en parte quemados y otros 40 resultaron heridos.
Rusia "condena decididamente el ataque aéreo contra el objeto civil" y exige "una investigación objetiva inmediata de lo ocurrido y el castigo de los responsables de la tragedia", ha informado Zajárova. Asimismo, la representante del Ministerio ha señalado que "no es la primera vez que el uso no selectivo de armamento de los americanss causa la muerte de civiles en Afganistán".
Organizaciones como Naciones Unidas y la Cruz Roja expresaron su enérgico rechazo a lo sucedido y demandaron investigaciones independientes para establecer responsabilidades por el ataque.
"Los pacientes ardían en sus camas" Lajos Zoltan relató que después de permanecer 30 minutos bajo el fuego, los sobrevivientes buscaron la manera de ayudar a los heridos, pero los recursos eran muy limitados. "Hicimos lo que pudimos, pero no fue suficiente", se lamentó.
"Tratamos de echar un vistazo a uno de los edificios en llamas. No puedo describir lo que había dentro. Era un horno. No hay palabras para lo terrible que era. En la unidad de cuidados intensivos estaban seis pacientes ardiendo en sus camas", recordó. El hospital, el único con servicios de traumatología y cirugía en toda la región y en el que trabajaban 80 miembros de MSF, atendía a un centenar de pacientes en el momento del bombardeo.
El bombardeó sucedió días después de que el gobierno afgano y el Talibán reiniciaran los enfrentamientos por el control de la ciudad de Kunduz una de las ciudades más grandes y ricas de Afganistán, además de un viejo bastión de los talibanes.
Su toma el lunes, por fuerzas del Talibán, fue la primera gran victoria de los insurgentes islamistas desde que fueron expulsados del poder luego de la invasión estadounidense en 2001. Sin embargo, parte de la ciudad fue recuperda por el gobierno afgano el jueves con apoyo aéreo de Estados Unidos.
Las autoridades afganas (oficiales) explicaron que el bombardeo del hospital de MDF ocurrió porque talibanes se escondieron en los alrededores para usar el centro de salud como un "escudo humano"."Fue terrible ver la pérdida de vidas de médicos de MSF, pero lamentablemente los terroristas decidieron ocultarse en el hospital", afirmó el portavoz del Ministerio del Interior de Afganistán, Seddiq Seddiqi, en una rueda de prensa en Kabul.
A pesar de los esfuerzos de médicos y enfermeros sobrevivientes, los recursos para atender a los heridos "fueron insuficientes". Mientras tanto, el portavoz de las tropas estadounidenses en Afganistán evitó reconocer la autoría del ataque. Se limitó a señalar que "un bombardeo de Estados Unidos en Kunduz podía haber producido daño colateral a una instalación médica cercana". Alrededor de 10.000 soldados de EE.UU. permanecen en territorio afgano.
Hubo una pausa tras el primer ataque y después más bombas
Heman Nagarathnam logró escapar. Como él, varios de los médicos y pacientes del hospital de MSF escaparon a dos búnkeres instalados al lado del edificio principal. Sin embargo no todos lo lograron. "Después más bombas hicieron impacto. Esto sucedió una y otra vez. Cuando logré salir vi que el edificio principal del hospital estaba envuelto en llamas. La gente que pudo, se trasladó rápidamente a dos búnkeres del edificio en busca de seguridad. Pero los pacientes que no pudieron escapar murieron quemados vivos mientras yacían en sus camas", relató el médico.
Nagarathnam precisó que los aviones dieron varias vueltas alrededor del hospital mientras duró el bombardeo
Para MSF, un ataque en estas condiciones representa una "grave violación del derecho internacional humanitario". El enfermero Lajos Zoltan sigue sin poder explicarse cómo fue que todo sucedió. "Eran personas que habían estado trabajando duro durante meses, sin parar durante la última semana. No habían ido a casa, no habían visto a sus familias. Habían estado trabajando en el hospital para ayudar a la gente y ahora están muertos. Ellos eran amigos, amigos cercanos. No tengo palabras para expresar esto. Es indescriptible", concluyó.