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"No me parece que España sea un país que, con sus niveles de productividad y competitividad, tenga que dar prioridad a ese asunto". Así cerró la puerta este miércoles el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, a la posibilidad de implantar en España la semana laboral de cuatro días, tal como ha puesto Unidas Podemos sobre la mesa. De nuevo, se ha abierto un conflicto en el seno del Gobierno de coalición por las posiciones enfrentadas de la formación morada y el PSOE. Y es que el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, ya comentó la semana pasada que el Ministerio de Trabajo está «estudiando» esa posibilidad. Eso sí, es una opción que todavía no se ha debatido en el Consejo de Ministros, según añadió el propio Escrivá.
En una entrevista en Catalunya Radio, Escrivá sostuvo que no cree que en España haya "margen" para implantar esa medida, más allá de la presión que pueda estar ejerciendo Unidas Podemos. "Siempre hemos sido partidarios de la reducción de la jornada laboral. La propuesta es interesante", expresó en su momento Iglesias, llevando hacia delante una propuesta también defendida por Más País. Para el vicepresidente, el tiempo de trabajo "exige una nueva concepción que atraviese, como ya estamos haciendo, leyes y usos laborales".
De momento, Podemos quiere poner la cuestión sobre la mesa. "La reducción de jornada, el control de horas extraordinarias, el derecho a la desconexión o la conciliación son elementos que deben dialogarse en este necesario debate", esgrimió Pablo Iglesias.
Además, desde Unidas Podemos esperan que el tema se aborde ya durante esta legislatura. Así lo sostuvo el propio vicepresidente en una entrevista con 20minutos , publicada este miércoles. "La reducción de la jornada de trabajo es algo bueno. La clave es la reorganización del tiempo, no atendiendo solamente a la cuestión de las horas sino también a la conciliación, el descanso o las horas extraordinarias". He insistió en que ya está en los planes de Yolanda Díaz: "Trabajo lleva mucho tiempo analizándolo, y yo creo que se van a producir avances muy interesantes".
En el PSOE son más reticentes y así se visualiza a través de la figura de Escrivá. Nueva Zelanda, Japón, Estados Unidos, Islandia o Suecia son algunos de los países que ya han dado este paso, pero desde el Ministerio de Seguridad Social se apoyan en la estructura del mercado laboral español para rechazarlo.
Por otro lado, preguntado por si está previsto que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) subirá a 1.000 euros en 2021, Escrivá cometó que no le consta; y sobre si las pensiones se verán afectadas por la bajada del IPC, el ministro lo negó e hizo hincapié en que "el objetivo es mantener el poder adquisitivo".
"Con la aprobación del Pacto de Toledo, estableceremos un mecanismo reglado de cómo se actualizan las pensiones manteniendo el poder adquisitivo", concluyó Escrivá, en este sentido.
No quiso entrar Escrivá en el asunto de la derogación de la reforma laboral. Desde Unidas Podemos insisten en que forma parte del programa de la coalición, pero en las últimas semanas ha pasado a un segundo plano. "El Ministerio de Trabajo está haciendo una tarea magnífica, llevando a cabo un desmantelamiento progresivo de la reforma laboral del PP, que hizo mucho daño a nuestro país", comentó Iglesias. "El Ministerio va a seguir trabajando en esa dirección. Habrá momentos en los que sea más fácil y momentos en los que haya que debatir", añadió.
Y es que los asuntos de índole social y económica son los que están evidenciando más diferencias entre los dos socios de la coalición: alquileres, deshaucios, reforma laboral, jornada laboral de cuatro días. La vicepresidenta Calviño encabeza una de las partes mientras que el vicepresidente Iglesias lidera la otra. El ministro Escrivá, tal como se ha visto en este asunto, forma parte del primer sector. El líder de Unidas Podemos, con todo, asume que esos tiras y afloja son la muestra «de que se cumple» el pacto firmado por la coalición.