¿Cómo podemos saber si estamos sometidos a control mental, si se están utilizando con nosotros mensajes subliminales? Para responder a ello, debemos saber qué es el control mental.

Antes de comenzar debemos diferenciar entre lavado de cerebro y control mental. En el lavado de cerebro, que es coercitivo, el sujeto sabe perfectamente que está en manos de otra persona desde el primer momento. En tanto que en el control mental el sujeto no está a la defensiva y colabora con aquellos que le están manipulando y les suministra información que se utilizará en su contra.

Todos recordamos como en la Alemania de la Segunda Guerra Mundial se utilizaron estas técnicas de modificación del comportamiento llegando a una obediencia plena a la autoridad.

Los componentes del control de la mente son tres: control de la información, del comportamiento, del pensamiento y de las emociones.

El control de la información se encuentra en manos de los medios de comunicación y en manos de los medios de educación. El control del comportamiento se lleva a cabo organizando el entorno de las personas, su trabajo, su vida y, tanto los medios de comunicación como los medios de educación tienen mucho que ver en ello. Es aquí que entran medidas coercitivas como castigos, multas, juicios, penas de carcel, etc, que modifican nuestros comportamientos y todo ello organizado mediante medidas normativas que nos dirigen hacia una uniformidad de actitudes. El control del pensamiento por el que se adoctrina a las masas en base a ideologías impuestas por las altas jerarquías en forma de normas y reglas y se dirige a la gente a que bloqueen cualquier información que vaya en contra de lo que se considera dentro de la norma. Finalmente está el control emocional, que manipula los sentimientos de las personas con máximas que vienen de las altas esferas. El miedo que supone el salirse de las normas va minando al pueblo y se convierte en un rebaño de borregos guiados por unos controladores que nos dominan y nos dirigen a su voluntad en pro de sus propios intereses.

Para conseguir personas adoctrinadas y obedientes, desde el poder se le perturba la realidad al pueblo y eso es lo que está sucediendo en este momento con nuestra sociedad, en la que las personas van perdiendo su base de sustento, sus trabajos, su capacidad adquisitiva, su autoestima, sus patrimonios. Que mejor manera que ir guiando a la masa hacia ese estado de aceptación del control que teniéndolas hundidas en la misería más absoluta y esperando que les caigan algunas migajas para aplacar el hambre. Las personas sufren un cambio radical en su vida, su estatus, su identidad personal y todo ello les lleva a una situación de adormecimiento interior que los deja sin capacidad de discurso ante su realidad. Es entonces que se comienza a bombardear a esas masas con mensajes de buenismo por parte de las altas jerarquías que les doblegan para que hagan lo que se les ordene, lo cual admitiran para poder sobrevivir, ; sean sueldos míseros, sea dejar su país, sea... Cuando la vida de una persona se ha quebrado y ha sido adoctrinada con ideales en los que cree y los cuales no son nada en la cúspide, es cuando se tiene pleno control sobre ella. Es ahí que se les inculca un nuevo propósito a sus vidas y se les confiere una nueva identidad, la aceptación de un estatus de esclavitud que no se merecen. Ahí estamos todos, como esclavos, aceptando las nuevas normas para poder llevarnos un mendrugo de pan a la boca.