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Once años después de haberse negado a invadir Irak junto con Estados Unidos, Francia intenta recuperar protagonismo diplomático e incluso militar en la región de este país amenazado por 'yihadistas'.
Tres días antes que se realice una conferencia internacional sobre la "paz y la seguridad" en Irak en París, el presidente francés, François Hollande, viaja este viernes a Bagdad para "brindar a las autoridades iraquíes el apoyo de Francia en la lucha contra los terroristas" del Estado Islámico (EI).
Francia, que entrega armas a los combatientes kurdos que luchan contra los 'yihadistas' y envía ayuda humanitaria a los refugiados cristianos y yazidíes en el norte del país, no descarta participar en bombardeos aéreos contra dichos 'yihadistas' en Irak. "Nuestro interés nacional y nuestra seguridad nacional están en juego. Por eso intervenimos. No podemos permitir que se cree un santuario islamista a cinco horas de avión de París", afirma un diplomático francés.
En la región, el apoyo francés tranquiliza a quienes están preocupados por la intervención estadounidense iniciada el 8 de agosto con bombardeos aéreos contra posiciones del EI.
"En 2002-2003, la diplomacia francesa tuvo razón al negarse a participar en la guerra y al prever las consecuencias de la intervención: transformar al país en un campo de entrenamiento para Al Qaeda, una organización ausente de este país antes de la caída del régimen de Sadam Husein" provocada por la invasión estadounidense, explica Karim Emile Bitar, investigador del Instituto francés de Relaciones Internacionales y Estratégicas (Iris). En esta ocasión, una de los interrogantes está relacionada con la posible participación de Irán en la coalición internacional contra el EI. "No se puede hacer nada en Irak sin el visto bueno de Irán", afirma Denis Bauchard, del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (Ifri). Los chiitas que gobiernan en Irak, a los que se acusa de haber marginado a los sunitas, están muy vinculados con Teherán.
- Evitar ser "subcontratistas de Estados Unidos" -
El ministro de Asuntos Exteriores francés, Laurent Fabius, afirmó el miércoles que Francia participará, "de ser necesario", en una acción militar aérea en Irak. París cuenta con seis aviones de combate Rafale y un poco menos de mil soldados en los Emiratos Árabes Unidos. Además, podría usar su portaaviones Charles de Gaulle. "Una participación de este tipo tiene que ser eficaz y selectiva. Hay que conservar cierta autonomía. No queremos ser subcontratistas de Estados Unidos", estima un diplomático francés que pidió permanecer en el anonimato.
Por el momento, París se niega a acompañar en todo al presidente estadounidense Barack Obama, cuando éste promete "destruir" al EI y amenaza con llevar a cabo bombardeos no sólo en Irak, sino también en Siria, donde el EI creció en el marco de la guerra civil entre el régimen del presidente sirio, Bashar al Asad, y los rebeldes. "No son las mismas crisis", afirma este diplomático. "No hay que mezclar las dos problemáticas, aunque el EI esté presente en ambos países", agregó.
El EI cuenta "entre 20.000 y 31.500" combatientes en sus filas en Siria e Irak, según una nueva estimación realizada por la agencia estadounidense de inteligencia (CIA), que en una anterior evaluación había indicado que unos 10.000 'yihadistas' serían miembros del EI. Los diplomáticos franceses recuerdan que el año pasado, Francia estaba dispuesta a llevar a cabo bombardeos en Siria contra el régimen de Asad, antes de cambiar de planes cuando Estados Unidos renunció a dichos ataques aéreos. Actualmente, París teme que bombardeos en Siria contra el EI refuercen militarmente al régimen de Asad.
Para Bitar, "una intervención militar en Irak no es más que un remedio para salir del paso. No hay estrategia global para Siria e Irak, que son temas vinculados". Una operación militar en Irak sólo servirá para "reparar las consecuencias de la intervención anterior", al tiempo que podría "preparar las condiciones de la próxima", lamentó el investigador, recalcando que el poder central en Irak sigue muy debilitado.