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NUEVA YORK, EE.UU.- En un estudio realizado en Estados Unidos sobre 600.000 mujeres, cada una con más de un hijo, se registró una disminución de la duración del embarazo y un aumento de los partos prematuros entre los bebés concebidos en mayo.
La mayoría de esos niños nació en plena temporada de gripe en el hemisferio norte, al comienzo o durante el invierno boreal.
‘Al organizar los datos en el tiempo, se ve que existen patrones estacionales’, dijo el coautor del estudio, Hannes Schwandt, de la Princeton University, en Nueva Jersey.
Los autores revisaron información de 1, 4 millones de bebés nacidos en Nueva Jersey, Nueva York y Pensilvania en los años 90 y 2000.
La gestación promedio era menos de 39 semanas. Pero la gestación de los bebés concebidos en los primeros meses del año duraba aún menos, en especial la de los niños concebidos en mayo (0, 08 semanas o medio día). La duración del embarazo se normalizó con los bebés concebidos en junio.
El equipo tuvo en cuenta distintas características maternas que podrían influir en el embarazo, como la edad, la etnia, la educación formal y el estado civil.
La diferencia en la duración del embarazo se traduciría en un 1 por ciento más de partos prematuros, según publica el equipo en Proceedings of the National Academy of Sciences.
La tendencia del tiempo gestacional coincidió con la temporada de gripe, ya que los bebés concebidos en mayo nacieron en enero y febrero, los meses pico de la influenza en el hemisferio norte.
Eso se aplica especialmente a la temporada de gripe del 2009-2010, cuando comenzó a circular una nueva cepa del virus H1N1 que infectó a más gente que otros años. Esto ofreció ‘la evidencia más robusta de que no fue sólo una coincidencia’, indicó Schwandt.
Explicó que la gripe al final del embarazo produce inflamación, un factor de riesgo del parto prematuro.
Fuente: Reuters