El gusano de seda es un insecto catalogado por primera vez en 1758.

Concretamente, se trata de una especie particular de polilla asiática perteneciente a la familia Bombycidae, que se alimenta de hojas de morera.

Este insecto se utilizó inmediatamente en la producción de un codiciado tejido natural: la seda.

Hay dos leyendas diferentes que acompañan la historia de los gusanos de seda, cada una de ellas representada en una versión ficticia y ambientada en China.

Desde el principio, la seda se consideró un bien preciado, y las rutas comerciales utilizadas para su distribución recibieron el nombre de "Rutas de la Seda".

El gusano de seda es un insecto del orden de los lepidópteros que se alimenta principalmente de hojas de morera.

El hilo de seda se produce mediante dos glándulas situadas en el interior de su diminuto cuerpo.

En otras palabras, por tanto, la seda no es más que el producto de una síntesis química de proteínas que introducen y procesan estas glándulas.

¿Cómo funciona?

Cuando hay una sobrecarga de proteínas, estas glándulas situadas a los lados de la boca del insecto, expulsan a través de dos pequeños orificios en ellas, dos hilos muy finos de baba. Éstas, en contacto con el aire, cambian su estructura en una subespecie de gel, que -gracias a movimientos específicos del gusano de seda- forma después las capas que dan vida al capullo de seda cruda.