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Las fuerzas estadounidenses desplegadas en Liberia para ayudar a luchar contra la epidemia de ébola recibieron la orden de no trasladar a ningún enfermo a bordo de sus helicópteros para evitar cualquier tipo de contagio, anunció el jueves el Pentágono.
Los médicos estadounidenses que trabajan en el terreno contra la enfermedad -que ya se ha cobrado la vida de cerca de 5.500 personas desde el inicio del año- se mostraron preocupados por esta decisión, pero el Pentágono no tiene la intención de modificar su postura.
"La misión de nuestras tropas en Liberia no incluye el contacto directo con los pacientes, su cuidado o la manipulación de muestras de sangre", afirmó el contraalmirante John Kirby, portavoz del departamento de Defensa estadounidense.
"No preveo ningún cambio por parte del departamento de Defensa. No preveo ningún cambio en la manera en que proceden nuestras tripulaciones y aparatos", agregó.
La única misión de los 2.350 soldados estadounidenses desplegados en Liberia y sus 240 colegas estacionados en Senegal es construir hospitales de campaña, suministrar apoyo logístico y formar al personal sanitario, explicó el contraalmirante Kirby.
Una polémica se desató después de que el diario The New York Times informara de que un alto funcionario de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, el doctor Kevin de Cock, se había indignado cuando se enteró de la política del Pentágono durante una reunión en Monrovia. Según el Times, de Cock calificó esa práctica de "inaceptable". El diario citó el caso de un mensajero que debió llevar a pie unas muestras de sangre a un laboratorio por la falta de helicópteros militares estadounidenses.
"La seguridad es nuestra prioridad y los pilotos no están formados ni equipados para realizar esos vuelos", se justificó el portavoz del Pentágono.