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La narración real en que dos hombres, que entre si no se conocen, mantienen una relación amorosa con una mujer que se afana en complacer a ambos. Ellos no lo saben, pero en menos de seis horas, Afrodita, ha copulado con los dos a cientos de kilometros
Querido Joaquín, hermano esquimal:
Quizá te sorprenda este tratamiento de entrada, porque ni tu ni yo vivimos en el Polo Norte, y yo lo mas cercano que he estado de él es el aeropuerto de Nuuk. Por el Sur...pues tampoco, el lugar mas meridional que he pisado ha sido El Calafate, junto al glaciar Perito Moreno, eso sí, impresionante.
Entonces te preguntarás a qué viene el fraternal tratamiento. Bien, . se denominan hermanos esquimales a aquellos hombres que se acuestan con la misma mujer. Viene de la cultura Inuit en la que el hombre permite un segundo marido, para que cuide a la esposa en su ausencia, este segundo marido es un hermano que protege los intereses del primero.
Pero como ni tu ni yo hemos anidado en las frías temperaturas del norte, sino en las cálidas España, en las orillas del Mediterráneo yo, y tu del Cantábrico, comprenderás que este tratamiento epistolar viene a cuento porque durante largos meses hemos gozado de los favores de la misma hembra ¡Y qué hembra válgame Dios.¡¡¡¡!
Ya lo decía Verdi en su Rigoletto La dona e móbile, caprichosa, voluble en cuestión de quereres, aunque en lo tocante a la mujer, objeto de nuestros amores mas ardientes, lo de la volubilidad lo pongo entre comillas, porque las circunstancias personales, y las necesidades del afecto carnal, nos hacen tomar decisiones que en otro escenario temporal no adoptaríamos.
Fue curioso nuestro fraternal vínculo con esta mujer, persona de inmensos valores humanos, amante perfecta en la cama y adornada de un halo espiritual que la hace única. Y en lo físico, alta, curvy, con marcadas caderas, pechos prominentes y bien proporcionados, muslos generosos y bien torneados, toda una invitación a gozar con ella de los regalos de Venus, que es lo que hemos hecho tu y yo.
Su natural discreción hizo que jamás supiéramos más datos el uno del otro, es decir tu de mi y yo de ti. Pero, el amor es grande, y nuestra queridísima mujer a la que llamaremos Afrodita, supo, repartirse entre tu cama y la mía.
Una tarde tras haber disfrutado de las mieles del amor con ella, intuí que a la mañana siguiente te tocaba a ti llegar al clímax gracias a todas sus artes amatorias . Picarona, Afrodita, había reservado hora en la peluquería, para estar impecable ante ti, con un enfundada en un vestido rojo que realzaban sus encantos de mujer .Un vestido que e invitaba a mirarla y remirarla a todo con el que se cruzaba cruzara en por la calle.
He de confesarte que no me entusiasmaba el hecho de compartir a mi amante con otro hombre, por muchas razones, la principal que Afrodita no ha sido una mujer mas en mi vida, sino que és es el Amor, en mayúsculas, y no estaba dispuesto ni a perderla, y ni a disfrutarla a medias con un apuesto varón como tu .
La gran incógnita que martilleaba en mi cabeza era cómo podía acostarse con con los dos, y mantener su equilibrio emocional, porque, la conozco desde hace mas de tres lustros y se de su ética personal., Pero, los humanos, somos de carne, y el instinto del sexo, nos domina, en especial si dormimos sin pareja desde hace tiempo, y nuestro matrimonio ha sido fallido, así, que hemos tenido que buscarnos un apaño para sentirnos hombres y mujeres, gozando de esta sensación inenarrable que es el sexo en plenitud.
PodríA haber reaccionado de muchas otra maneras , ante este sentimiento intimo de al pensar que otro hombre la gozaba y hacía gozar, porque para mi Afrodita es el súmmum de la sensualidad y el placer. Me he corrido aullando de placer en su cuerpo, de hembra experimentada y hábil que sabe ponerme, y la hae visto gozar con pasión entre mis brazos., pero, Con Afrodida, además, tengo una unión intima en mi del alma, que no se si es compartida contigo, y es esta unión de cuerpo y alma tan profunda, la que hace de esta relación algo único, nunca antes vivido, y que dudo pueda darse con otra mujer.
Así que, querido hermano esquimal, pienso que lo mejor que podemos hacer, es quedar un día los tres, regalarnos con una buena comida, bien regada con un vino exclusivo y después....bien después irnos los trées al catre, y gozar juntos, de lo que disfrutamos por separado, al fin y al cabo se trata de ser felicies, y que duda cabe que el sexo es una de las fuentes mas profundas de satisfacción que nos da la vida..
El escenario....bueno no sé que te parece, el Polo esta muy lejos, una estación de esquí.....donde podamos recrear el frio externo, fundido fundiéndolo con la "calentura" de nuestros cuerpos, sería un buen lugar para nuestro menage .
Solo le veo un obstáculo: Que nuestra Afrodita, esté por la labor.
Afectuosamente, tu hermano esquimal.
Roberto