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Vivimos en la era de la tecnología, la internet de las cosas, las Smart cities y la hiperconectividad y, sin embargo, a veces parece que somos nosotros los que debemos adaptarnos a la tecnología en vez de la tecnología a nosotros
Vivimos en la era de la tecnología, la internet de las cosas, las Smart cities y la hiperconectividad y, sin embargo, a veces parece que somos nosotros los que debemos adaptarnos a la tecnología en vez de la tecnología a nosotros.
El otro día, sentado en un parque entable conversación con un abuelo, que se dirigió a mi mientras enviaba unos mensajes por whatsapp. Esta persona me comentaba que él estaba cansado de su Smartphone, que sus dedos eran demasiado gordos, su pulso demasiado malo y, sobre todo, sus necesidades demasiado simples. Él no necesitaba un Smartphone, sino un teléfono de los de toda la vida, móvil sí, eso sí es útil, pero que sirviese para llamar y mandar mensajes y que no requiriese una carrea en telecomunicaciones para utilizarlo.
Yo le comenté que, hoy en día, se podían conseguir móviles chinos muy baratos aunque fuesen smartphones, no fuera a ser que este señor fuese el típico viejito tacaño. Pero no. Me comentaba el hombre que no era problema de dinero, sino de utilidad. Le gustaba usar el teléfono para hablar con sus nietos, no necesitaba un reloj, pues ya tenía uno en su bolsillo, ni aplicaciones que no entendía. Lo que necesitaba es que su nieto dejase el dichoso móvil cuando él le hablaba. Se preguntaba el hombre si sería más fácil llamar la atención del crio armando una videoconferencia a través del celular…aunque estuvieran al lado.
Se preguntaba el hombre si sería más fácil llamar la atención del crio armando una videoconferencia a través del celular…aunque estuvieran al lado
Cuando me fui de aquel banco, pensé que el hombre tenía razón. Es la tecnología quien debe adaptarse. Nosotros, si queremos, tenemos que aprender a usarla, pero imponer su aprendizaje cuando el mundo hay un gran problema de valores, parece algo secundario.
La próxima vez que vaya a una tienda de electrónica, miraré con otros ojos. Ya no veré necesidades, sino soluciones a algunos problemas, pero me negaré a crearme problemas yo mismo. No necesito la tecnología, sino que la uso porque ella está a mi servicio.