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La iglesia católica ha iniciado una batalla con los diputados de El Salvador, para incluir el agua como un derecho humano, piden que se reforme la constitución
Diferentes instituciones se han unido con los representantes de la iglesia católica de El Salvador, buscan en conjunto que tanto el agua potable como el saneamiento sea declarado como un derecho humano, y así los ciudadanos puedan disfrutar de ella sin pagar tanto.
El Arzobispo de San Salvador, Monseñor José Luis Escobar, quien además representa a la asociación Cáritas de El Salvador, participó el pasado fin de semana en una reunión conjunta con representantes de distintos sectores sociales, frente a la Comisión de la Asamblea Legislativa del país. El fin de la reunión era discutir los distintos puntos por los que se busca legalizar el agua como un derecho humano, además de hacerlo de forma gratuita.
El argumento más fuerte del Arzobispo es que el agua es vida, que el saneamiento es vida y que es un derecho que tenemos todos los hijos de Dios. Esto lo ha expresado frente a los altos mandos de la Asamblea Legislativa, pero no es la primera vez que esto sucede, ya que tanto la iglesia católica, como los representantes de los movimientos sociales que apelan por una salud digna, han exigido durante años el cambio de la constitución para poder tener derecho al agua y al saneamiento.
Recemos un Credo, Ave María y Gloria porque el agua sea un derecho humano en El Salvador
Agua y saneamiento es igual a salud
Esta reunión fue encabezada también por la Alianza por la Reforma constitucional por el Derecho humano al agua, expresaron que este derecho se lo han ganado los salvadoreños al haberlos elegido a ellos como representantes del país.
El Salvador es un país pequeño pero que tiene la suerte de tener una buena oferta hídrica, por lo que estas organizaciones piden además que se distribuyan de forma correcta los bienes hídricos, los cuales se están limitando a la población. Además, han exigido que se limite la explotación indiscriminada de los recursos naturales, esto no permite el agua pura y potable para toda la población, lo cual es un desperdicio en un país en el que llueve casi el 40% del año.
San Salvador, la capital del país es una de las zonas más afectadas, ya que desde hace más de 14 años, en las zonas más rurales, tienen un desabastecimiento del agua potable, lo que impide una vida normal y saludable.
El derecho al agua se ha limitado a lo privado, por lo que la escasez de la misma ha dañado simbólicamente a miles de personas del país.