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El informe pericial presentado el pasado viernes por la defensa del exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, investigado en el marco de la Operación Kitchen, sostiene que los mensajes protocolizados por Francisco Martínez -y que demostrarían que el exministro era conocedor de la operación parapolicial- presentan "notables irregularidades" y por tanto adolecen "de una alta probabilidad de manipulación".
Según explica en sus conclusiones el perito informático, esta sombra de duda "impediría que fueran tomados como veraces y que estuvieran revestidos de las características de autenticidad e integridad exigibles" en un proceso judicial. Cabe recordar que en ellos, el exministro se interesaba por Sergio Ríos, el chófer del extesorero del PP Luis Bárcenas, y hablaba de los dispositivos volcados en la operación.
Tras el careo del viernes pasado entre el exministro Fernández Díaz y el que fuera su número 2, Francisco Martínez, la defensa del primero entregó este documento en el que se explicita que el objeto del informe elaborado por el perito informático Javier Rubio Alamillo es analizar las actas notariales elevadas a público a instancias de Francisco Martínez y determinar si los mensajes SMS son auténticos.
Sobre la primera de las actas de junio de 2019 el perito señala que el notario de Mahón Alberto Vela Navarro-Rubio "toma las suficientes precauciones como para no afirmar que los mensajes que van a ser protocolizados proceden de Fernández Díaz, sino que afirma que es el requirente el que se lo manifiesta o se lo indica". Al hilo, indica que este fedatario público establece "una evidente separación" entre la existencia del contacto de Jorge Fernández Díaz en la agenda del terminal de Martínez y la existencia de los mensajes almacenados que van a ser protocolizados.
La pericial va acompañada de capturas del acta, y sobre una de ellas destaca que el notario escribe textualmente que "procede a examinar los mensajes de texto recibidos que están memorizados en el citado teléfono móvil -de Martínez- y los transcribe a continuación", pero no afirma que los mismos hayan sido recibidos desde el teléfono de Fernández Díaz.
Añade que en esta primera tanda de mensajes protocolizados por el que fuera secretario de Estado de Seguridad, se incluye toda la información transcrita relativa a cada mensaje -su fecha, su hora y la transcripción literal de la comunicación- pero no se refleja quién es el remitente.
Además, el perito de parte resalta que el propio notario "mutila" los mensajes, "reconociendo que desecha los de la conversación que no son objeto del requerimiento, cercenando la integridad que debe revestir cualquier conversación mantenida a través de mensajería instantánea".
Sobre los dos pantallazos de los que elevó acta el perito destaca que en ninguno de ellos se aprecian "elementos adyacentes como la hora o la señal de la cobertura" propias de las pantallas de los móviles, y solo se ven los mensajes propiamente dichos, "lo cual es francamente extraño, porque en cualquier aplicación de mensajería, se puede observar al menos el nombre del remitente del mensaje".
Además, el perito informático pone el ojo en que los dos pantallazos que constan en el acta notarial de Mahón parecen corresponder a distintas tipologías de aplicación. Incluso destaca que en el segundo pantallazo el tipo de letra es distinto al primero y los mensajes aparecen encerrados en bocadillos, al estilo de un cómic.
"Ello es indicativo de que se trata de dos aplicaciones diferentes y que el notario, al ser requerido para protocolizar mensajes SMS, como exactamente recoge en el acta, pudo ser confundido por el requirente, que posiblemente traía manipulados estos mensajes de algún modo que este perito desconoce (porque no se ha podido analizar el terminal)", añade.
Por esto, incide en que aunque el notario dijo que eran todo mensajes SMS, esa afirmación no parece ser cierta porque entonces "la morfología de los mensajes debería ser exactamente la misma (bien sin bocadillos, bien con bocadillos)". Sin embargo, matiza que obviamente el notario no debió ser consciente de tal circunstancia, pero sí Martínez, que "hubo de intercambiar entre diferentes aplicaciones o incluso entre diferentes terminales".