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La muerte anda en motocicleta.
Por J. Modesto Rodríguez.
La inseguridad aumenta cada día en las calles y caminos de la República Dominicana, donde se alojan pandilleros, atracadores y asesinos, entre ellos "sicarios", lo que ha ahuyentado a los dominicanos de su tradicional estilo de vida.
Quienes no tienen valor para arriesgar su vida, han optado por llegar temprano a la casa, acortar la asistencia a sitios de recreación entre ellos los parques, cine, fiestas. Sigilosos, casi paranoicos, acudimos a la universidad, al liceo nocturno, a la reunión de nuestras organizaciones, a las iglesias, a visitar la novia, el enfermo o la familia.
Y es que desplazarse por algunas calles de algunos centros urbanos o semi-urbanos en el país es más que un riesgo, un acto heróico, ya que una persona puede ser víctima de una trama por bandidos que han llenado las calles y caminos y creado un estado de inseguridad y desconfianza. Las mujeres y niños han incrementado sus niveles de precaución. Los hombres de trabajo, también. Salir en horas de la madrugada o temprano en la mañana, a oscuras por los apagones y calles sin alumbrado es una pesadilla cotidiana para una mayoría de dominicanos y dominicanas.
UN PAÍS QUE DESAPARECIÓ
República Dominicana era un país de pacíficos vecinos. Los actos delincuenciales eran escasos, las estadísticas existentes pudieran confirmarlo. La vida cotidiana en barrios, municipios y ciudades era segura y no había grandes preocupaciones como en el momento por la seguridad individual. La gallera, el club, el estadio deportivo, el parque, las iglesias, eran lugares de encuentro entre amigos y de tertulias. Ese país ha desaparecido para dar lugar a "otro país" caracterizado por los peligros de muerte. El sentimiento de una desconfianza paranoica azota a los nacionales y expone a nuestros visitantes, los hechos históricos acumulados pueden también validar esta expresión. Salir de la casa y llegar sano y salvo es el reto de cada día para cada dominicano que tiene que movilizarse.
Nuestros pasos son vigilados por delincuentes en "pasolas", motos de 125 cc, 750cc y más.Pero este tipo de vehículo tiene otras compañías, "jipetas", camionetas doble cabina, autos livianos. Todos dudamos. Caminamos por las calles "chivos", desconfiados, ojos desorbitados y listos para escapar. Es un comportamiento cotidiano que eleva la angustia y las preocupaciones que azotan en el diario vivir del dominicano, en adición a su desempleo, enfermedades y miseria.
LOS CAMINOS
Cerca de la ciudad, en un sector denominado "La Cuaba", el peligro asecha.Hombres que se transportan en moticicletas, entre ellas de alto cilindraje y veloces, en forma sospechosa se desplazan por la carretera entre el kilómetro 22 de la Autopista Duarte y un lugar conocido como "Mamoncito" camino a Yamasá y Monte Plata.
Por ese camino solitario en determinadas horas, es el lugar apropiado para una tropelía de los bandidos.El mal estado de la vía, con puentes prácticamente interrumpidos, derrumbes, facilita a los delincuentes alcanzar a cualquier viajero. Es una zona, esencialmente agrícola, cultivos característicos, la pimienta, café y cacao, agricultura de pequeña escala y algo de ganadería que han sustituido los antiguos cañaverales. Hoy solo quedan caseríos y antiguos bateyes cañeros con una alta población haitiana y haciendas ganaderas o agrícolas.
EL RELATO
Una familia regresaba días atrás de una visita a unos amigos en "Mamoncito" por esa carretera de La Cuaba que conduce a "Mamoncito" y "Yamasá", más adelante, el municipio "Monte Plata". Es un lugar donde anteriormente había cañaverales. Ahora ha sido convertido en un sitio con vocación semi-urbana dado que muchos han construido casas de fines de semana y otros residen por su proximidad al centro de la ciudad, Santo Domingo.En esa carretera, ha sido construido un moderno cementerio, "Puerta del Cielo" y el Gobierno recién acaba de dar apertura al Mercado de Mayoristas o Merca-Santo Domingo. Hay un tránsito fluido, pero en algunos momentos, la carretera es solitaria y la vecindad no abunda. Las casas están a distancia, de manera que alguien que resulte atacado tiene dificultades para pedir auxilio.
La familia, cuya identidad omitimos por seguridad, un vocero de ella narró que a su regreso del viaje desde "Mamoncito" que está próximo a Maimón, Cotuí, pasaron un "gran susto" cuando casi de la nada, se aparearon en forma sospechosa y amenazante tres hombres en una moto veloz, de unos 750 cc, y otra de las famosas xl125 que con frecuencia son usadas para cometer asesinatos y asaltos.
Dos agentes de la Policía pasaron por el lugar en otra moto. Los individuos fingieron estar reparando algo a uno de los motores para evadir que los agentes le observaran y actuaran. Ese momento, fue aprovechado por los ocupantes del jeep en que viajaban para avanzar y ponerse lejos de un ataque de los sospechosos.
Este relato, el hecho expuesto, es posible que lo hayan experimentado muchos en ese camino de "La Cuaba", lo que indica que las autoridades deben aumentar el patrullaje preventivo antes de que alguien caiga por un ataque de la delincuencia.
En esa carretera, meses atrás han sido encontrado personas ejecutadas, y lanzadas a los matorrales.Es un peligro su trñansito, tanto de día y peor de noche, narraron los ocupantes del jeep.