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La toma de Ucrania suponía una respuesta por parte de EEUU y la OTAN cargada de misiles, aviones de guerra y un enfrentamiento propio de la tercera guerra mundial, sin embargo todo se desvanece mediante una jugada de ajedrez
El mundo esperaba la guerra, el mismo Putín esperaba una respuesta bélica a su avance desmedido contra Ucrania, sin embargo mientras el Kremlin intentaba acorralar a al presidente Zelensky, sus enemigos armaron una jugada de ajedrez en torno a lo que se llama en el juego, el rey que en este caso sería Putín.
Enceguecido por su odio a Zelensky y su ambición expansionista de tomar Ucrania no percibió las telas de araña que tejían a su alrededor, pues mientras él se centraba en atacar un peón o a lo sumo un alfil como lo puede ser Zelensky, las fuerzas aliadas lo apuntaban a él. Como en el juego de ajedrez donde la estrategia mayor es la de arrinconar al rey.
Todo el mundo también esperaba respuestas bélicas contra Putín, muchos creyeron que las amenazas nucleares del líder ruso atemorizaban a la OTAN, sin embargo no fue así, la inteligencia siempre es más que la locura, de a poco se fue armando el cerco económico en torno a Rusia hasta acorralar al tirano y aislarlo del mundo civilizado.
La economía de Rusia, la cual no era de las mejores del mundo, todos los especialistas afirmaban que estaba por debajo de Brasil, o Italia. Con tantas restricciones comenzó a desplomarse a los pocos días. Ucrania le sale muy caro al kremlin y, aún no ha derrotado a su contrincante alfil Zelensky, sin embargo en la cabeza de Putín retumban los tambores de guerra que no fueron cañonazos, ni misiles. Tampoco bombas nucleares, simplemente medidas económicas propia de una guerra del siglo XXI y no como el creyó, quien por un momento se traslado al pasado siglo XX y, se sintió Hitler por escasos días hasta que volvió al presente y otra vez, se ve como hitler pero rodeado y derrotado.
Carlos Polleé