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Es un acontecimiento importante, pero no decisivo. Porque detrás de la primera vez viene un segunda, una tercera... andando se hace camino, y poco a poco los dos aprenden a ser amantes.
C Uando se habla de la primera vez se suele pensar en la primera cópula, pero en realidad existe toda una cadena de primeras veces, en las que un eslabón prepara al otro. Antes del primer coito está el primer beso, los primeros tocamientos, y antes de todo ello, la primera masturbación y la amplia gama de sensaciones autoeróticas que el ser humano es capaz de sentir desde que nace. De hecho, hay personas que recuerdan el primer beso como algo mucho más emocionante que todo lo demás. Los adolescentes suelen imaginarse la primera vez en forma idealizada; también pueden sentir temor o creerse inadecuados. En nuestra cultura es tradición que las relaciones sexuales se reserven para una unión duradera, por lo general, el matrimonio. Si bien la moral actual se ha vuelto más amplia, algunos jóvenes siguen pensando que esperar hasta entonces es para ellos lo más adecuado. Otros pueden tomarlo un poco más a la ligera, aun así, casi todos quieren acostarse sólo con alguien a quien conocen bien y en quien pueden confiar. No hace falta que se haya establecido una unión fija para que un joven sienta la necesidad de dar y recibir caricias en un encuentro que, quizá, vaya "hasta el final". Pero antes de atreverse a dar el paso, siempre se hará algunas preguntas: Y también: ¿Contará al día siguiente a todo el mundo que hemos estado juntos? Nadie puede saber de antemano si su primera vez va a ser algo hermoso o si se sentirá desilusionado. Pero quizá podrá evitar que se un fracaso total. Para ello, debería preguntarse si en su caso se cumplen las premisas más importantes.
PRIMERO, SE NECESITAN CIERTOS CONOCIMIENTOS Nadie sabe hacer a la perfección lo que hace la primera vez, todo hay que aprenderlo. Para un joven de hoy no es difícil adquirir la información teórica. Aunque su educación sexual haya sido escasa o inexistente, si quiere buscar datos, le resulta mucho más fácil que a la generación anterior, no sólo porque se han erradicado los falsos pudores, sino también porque hoy la ciencia sabe más acerca de la sexualidad humana. Después de Freud, que descubrió que la sexualidad nace con el individuo y atraviesa determinadas etapas de desarrollo, uno de los pioneros fue el norteamericano Alfred Kinsey. Junto con sus colaboradores entrevistó a miles de hombres y mujeres de todas las edades para estudiar sus hábitos sexuales. Desde entonces quedó claro que las personas gozan de su sexualidad de las más variadas maneras, sin que esto les cause daño, como no sean sentimientos de culpabilidad producidos por una educación represora. Aún más significativos fueron los estudios de William Masters y Virginia Johnson, que observaron por primera vez las reacciones sexuales en un laboratorio. Todo ello se puede leer en los muchos libros que existen sobre el tema, esto, la respuesta fisiológica, y también lo que hay que saber para que el amor sea más placentero y variado. Los nuevos conocimientos han desterrado muchos viejos mitos. Los jóvenes de hoy ya no tienen que cargar con ellos. De lo que se deben cuidar ahora es de las enfermedades de transmisión sexual y de un embarazo no buscado.
SEGUNDO, HAY QUE QUERER REALMENTE Antes de experimentar por primera vez el sexo con otra persona, la mayoría de los jóvenes conocen las sensaciones sexuales a través de la masturbación. El que un adolescente –o cualquier otra persona- se masturbe es absolutamente normal y no debe producir culpas a nadie. Es la manera más natural de explorar el propio cuerpo y aprender qué zonas son las más sensibles y cómo crece la excitación, hasta el orgasmo. Más tarde o más temprano llega el momento en que el joven se enamora de alguien, o en una vieja amistad surgen de repente sentimientos eróticos. Así nace la primera relación sexual, que empieza con besos y otras caricias, hasta que la pareja decida "llegar hasta el final". En esta decisión influyen un sinfín de voces contradictorias. ? Los padres. Quizá no hayan hablado nunca del tema, y si lo han hecho, es muy posible que transmitan ahora mensajes como: "Todavía eres chico"... o bien "No vayas demasiado lejos". Si detrás de estos consejos no hay una moral represiva y los padres sólo quieren preservar a su hijo o su hija de obrar a la ligera y sin pensarlo, su opinión puede ser valiosa. ? Los amigos. Su influencia es aún más grande que la de los padres. Lo que transmite el grupo puede ser bien distinto, según su moral interna. Para unos, la reputación de sus miembros sube, y para otros baja con los amores o conquistas que tienen en su haber, hecho que los puede hacer sentirse anormales, según el caso, tanto a los que todavía no se interesan por el sexo como aquellos que se deciden antes que el resto del grupo a hacer el amor. Muchos jóvenes llegan a su primera relación sexual, no porque les interese realmente sino porque "todos lo hacen" (lo que, por otra parte, no siempre es cierto). ? Las drogas y el alcohol. Estos estimulantes bloquean la libre decisión. Tener las primeras relaciones sexuales bajo estas circunstancias conduce con bastante probabilidad al remordimiento. ? El compañero. Todas las chicas conocen frases como: "Si me quisieras de verdad, te acostarías conmigo" o bien "o nos vamos a la cama, o lo nuestro ha terminado". Pero también los chicos se ven alguna vez presionados, por ejemplo, cuando una amiga les hace avances con los que no habían contado. No es fácil decir no cuando no se quiere intimar con una persona o ir más lejos que hasta un beso y alguna caricia. Sobre todo, es difícil decirlo de forma amable y conseguir que el otro le crea sin sentirse herido. Después de ordenar todas esas voces contradictorias, quedan los propios sentimientos, necesidades y valores. Esta propia voz interior es lo más importante, y no se debería hacer nada en contra de ella. Lo malo es que también los sentimientos propios pueden ser contradictorios. "Quiero sexo... me siento solo y necesito ternura... estoy indeciso y quiero esperar... lo amo y quiero demostrárselo... ¿y si quedo embarazada?... "Todos estos sentimientos pueden existir en la misma persona. Unos se satisfacen teniendo experiencias sexuales y otros, esperando todavía un poco.
TERCERO, TAMBIÉN LO PRACTICO CUENTA En realidad, lo único que distingue las llamadas relaciones sexuales completas de todas las demás caricias íntimas que la pareja habrá intercambiado antes es el hecho de que le pene del hombre se introduce en la vagina de la mujer. Pero esta pequeña diferencia es emocionalmente muy importante para la mayoría de las personas. Además, en muchas mujeres queda latente el miedo al dolor físico de la penetración, aunque teóricamente sepan que este hecho no tiene por qué ser traumático si están relajadas y lo suficientemente excitadas como para tener la vagina lubricada. Y también hay una diferencia por razones prácticas. Si las caricias, se han podido intercambiar en forma más o menos furtiva, para la primera cópula se necesita más intimidad. Hay que buscar un lugar donde puedan dedicar todo el tiempo que sea necesario al juego amoroso y estar relajados y sin miedo. El segundo punto importante es el anticonceptivo. Pocas parejas que hacen el amor por primera vez quieren tener en seguida un hijo. Hoy en día no es difícil acceder a un método seguro, pero pueden existir barreras emocionales: vergüenza de hablar antes sobre el tema o el bloqueo de consultar con un ginecólogo. Y una última consideración: la sexualidad es algo que debe causar placer; no es una hazaña competitiva. No importa en absoluto lo que otros hacen o dicen hacer. Ni él ni ella debe juzgarse a sí mismo durante al acto amoroso ni compararse con nadie. Teniendo confianza en el otro y estando a gusto, las cosas sencillamente ocurrirán.