La mantis es el insecto mas voraz de todos, se calcula que cada una, consume a diario, su propio peso en materia animal, pero también se sabe que en ocasiones especiales, mucho mas. La mantis religiosa debe su nombre a la actitud que adopta cuando esta en reposo, o espera.

Este verdadero azote de las plagas, en muchas ocasiones, se ha convertido en el favorito de los jardineros, y también de los conservacionistas. En su dieta aparecen saltamontes, moscas, avispas, orugas, mariposas y gusanos de la fruta, entre otros, pero por desgracia las mantis también devoran insectos que son beneficiosos para el ser humano, como las abejas y mariquitas.

Pero, esa circunstancia, no le disminuye su valor, porque elimina muchos mas insectos nocivos que beneficiosos.

Su tamaño, por regla general, es de unos 10 centímetros. Cuando esta cazando, si es alertada por un insecto, vuelve con rapidez la cabeza para observarlo. Mientras se aproxima, la mantis alza imperceptiblemente sus fuertes brazos hasta que se coloca en posición de ataque. Pero si la situación lo amerita, puede permanecer totalmente inmóvil durante muchos minutos.

Cuando es el momento, sus brazos se lanzan hacia adelante con mucha velocidad, y suficientemente rápido como para atrapar al vuelo polillas o mariposas. Cuando termina de comer, la mantis se lava la cara, igual que un gato, usando primero un brazo y después el otro.

La mantis es capaz de mantener en vilo un objeto que pese 24 veces su peso, lo que significa que a escala humana, un hombre de unos 70 kilos sería capaz de levantas mas de 1600 kilos, pero por fortuna, no representa peligro alguno para los humanos.

Existen unas 1500 especies diferentes de mantis en todo el mundo, destacando a la africana que es inmensa, porque alcanza a medir unos 15 centímetros de largo, y todas son excelentes cazadoras. Atrapan con gusto avispones y escorpiones venenosos.

La mantis es capaz de mantener en vilo un objeto que pese 24 veces su peso

La misma crueldad caracteriza su vida amorosa, y no es extraño que el macho intente seducirla con mucha cautela. Esta actitud casi no tiene comparación en toda la naturaleza. Atraído por la vista, y es probable que también por el olfato, el macho se acerca sigilosamente. Si ella lo mira este se detiene y se queda inmóvil hasta que la mantis deja de mirarlo. Muchas veces su técnica no es exitosa, y es comido sin haber tenido éxito.

Pero si logra acercarse por atrás, hasta unos 5 centímetros, le salta al lomo. Aproximadamente uno de cada cuatro machos logra salir ileso, y los otros tres acaban devorados como cualquier otro insecto.

Poco después de la fecundación, la mantis se cuelga de las patas traseras, deposita sus huevos en alguna rama o tallo. Mas tarde sigue colgada e inmóvil por mucho tiempo, su hambre va cesando hasta que ya no come; muere unos días mas tarde.

Para ese tiempo, la espuma que cubre sus huevos se ha endurecido como si fuese un terrón liviano, pero duro, de color café claro, de donde saldrán las crías en la siguiente primavera.

A lo largo de la historia, el hombre se ha sentido fascinado por la fortaleza de la mantis, y en muchas ocasiones se le han atribuido poderes extrasensoriales.

Los griegos estaban convencidos de que tenía el don de la profecía, y por esa razón la llamaron mantis, que significa vidente o adivino.

En China, una antigua escultura que la representa, tiene una inscripción que dice que se tiene que ser valiente como la mantis, y nunca temer a su enemigo, y muchas personas consideran, que tan solo verla, trae muy buena suerte.