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No se conoce pueblo en la historia que no haya contado con un grupo de guerreros, hombres armados o tropas adiestradas para el combate, otra cosa es que los pueblos sean más o menos pacíficos y más o menos beligerantes
Lo que no cabe en una cabeza medianamente sensata, es que un pueblo no esté preparado para repeler el ataque de sus enemigos o resistir a las tentaciones ambiciosas de sus vecinos, dispuestos a invadir su casa y llevarse lo que le venga en gana.
Y otra parte de este asunto es que nadie defiende un país mejor que sus ciudadanos, o sea que eso de contratar mercenarios como que no está bien visto y como que no funciona.
El Estado español, heredero del Imperio Español, ese en el cual no se ponía el sol, desde sus inicios contó con un numeroso ejército, que siempre ha estado constituido con arreglo a las costumbres imperantes en cada momento, hasta que llegó a presidir el gobierno un señor bajito de bigote y tuvo la genial ocurrencia de suprimir el Servicio Militar Obligatorio, en un momento nefasto de la historia del Estado.
Este genio de la humanidad fue el mismo que decidió aliarse con los Estado Unidos y el Reino Unido para declararle la guerra a un país árabe de segundo orden llamado Irak, el cual arrasaron sin compasión, mintiendo sobre mentiras, para justificar el asalto a sus materias primas y dar comienzo a una de las etapas más vergonzosas de la historia imponiendo una Tercera Guerra Mundial de Nuevo Cuño.
Así las cosas, los ejércitos en general y en particular el ejército del Estado español, no están adecuados al Nuevo Orden Mundial, a esta Tercera Guerra Mundial de Nuevo Cuño, que se caracteriza por su focalización, externalización y el uso de mercenarios, dentro y fuera de los focos de combate, una guerra de focos en la que los enemigos atacan la retaguardia por sorpresa incluso con sus propios ciudadanos.
El Estado español ha puesto su ejército en manos de profesionales y de mercenarios, una peligrosa mezcla que ha demostrado en varias ocasiones su ineficacia si no se cuenta con una compensación económica importante.
Entre otras cosas las tropas han de estar formadas por nacionales que se correspondan con y se identifiquen con la nación a la que van a defender de un enemigo exterior, lo contrario no tiene sentido.
También sería bueno que los jóvenes conozcan algo de disciplina
Con los tiempos que corren no sería coherente que soldados marroquíes (la Guardia Mora de Franco, por ejemplo) se destinaran a la lucha contra el terrorismo islamista, o que las tropas destinadas en Melilla fueran reclutadas entre los locales.
Pero ese no es el asunto principal, el asunto principal es la falta de soldados de remplazo, la reposición de hombres y mujeres dentro del ejército, la nula formación militar de los ciudadanos en caso de movilización general, contingencia que ha de tenerse siempre en cuenta tal como demuestra la historia, a pesar de que Europa lleve disfrutando de una larga etapa sin las guerras a las que ya se había acostumbrado desde siglos.
Si a ello unimos que las tropas, es decir los soldados rasos y los suboficiales, son en su mayoría extranjeros desconectados de la realidad de la sociedad española y su pluralidad, tenemos los componentes idóneos para una mezcla explosiva.
Desde la supresión del Servicio Militar Obligatorio, el conjunto de la sociedad se ha desentendido de las tareas de la Defensa Nacional, poniéndola en manos de profesionales y extranjeros, lo que resulta más grave, irresponsable y peligroso para cualquier nación en cuanto a su Seguridad Nacional y sobre todo desde la perspectiva de la soberanía y de la independencia.
Así las cosas sería recomendable replantearse el actual sistema de recluta y adiestramiento militar, que debe pasar necesariamente por el ejercicio solidario y responsable de todos los ciudadanos de las tareas de Defensa Nacional.
No hay que escabullir el debate, se trata de algo serio que concierne a todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas que estén en condiciones de prestar servicio de armas al país.
Los partidos políticos deben asumir la responsabilidad que les corresponde, el actual sistema de recluta y defensa no es de recibo y hay que ir pensando en un ejercito europeo.
@ordosgonzalo
gonzalo alvarez-lago garcia-teixeiro