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Tenemos que ser realistas, es una introducción a la vida
Fusión y convivencias
Cada vez que, uno toma un paso, surge en el tiempo. Un haz de ruptura para descubrir los nuevos temas de investigación. Ya que nace, se hace al azar. Otros prefieren ser omitidos, permanecer más inactivos que es la ignorancia y circular en sus propios mundos. Jamás, buscan transformarse en actores. El concepto de revolucionario, lo tomaron algunos vagos, gente sin oficio que, se alimentaron del esfuerzo de los demás, para asumir su propio liderazgo.
Hay que ver el pasado en nuestra memoria histórica, Es una oposición bien antigua que en la tradición europea se remonta hasta Platón: la idea del espectador en la cueva que ve solamente sombras. Yo creo que esta oposición a cualquier criterio, corre por toda la historia de las tradiciones occidentales. El punto es que, básicamente, en un principio fue una especie de declaración reaccionaria de decir que hay gente que tiene la dignidad de aquellos que actúan sobre aquellos que están atrapados en la cueva en un estado pasivo de mirar. Obviamente, la paradoja es que en ese momento esa idea reaccionaria se tomó como una especie de modelo revolucionario. Diciendo “Ahora el arte tiene que ser activo
Tenemos que ser realistas, es una introducción a la vida, somos parte de un solo proyecto humano y genético, de allí, partimos al corazón de los problemas sociales y luchas sociales. Ese es el origen de nuestras imágenes cotidianas, de esas circunstancias proverbiales que provienen de todo el mundo. Pero, los dispositivos que esta creando el gobierno bolivariano son negativos y enigmáticos. No creen en el efecto que están produciendo, para ellos, todo está bien.
La imaginación creativa hacía un fin, es parte de una nueva tendencia de darle a los espectadores una posibilidad de reconfigurarse, de recrearse a ellos mismos.
La filosofía y el arte, son dos elementos primordiales en mi existencia. Porque atraen para sí, compromiso y responsabilidad. Cambiar las coordenadas de la vida. Las apariencias del mundo. Lo que sucede en España, (Europa), es lo mismo que en Venezuela. Los yuppies españolitos, (Mudales), experimentan con nuestro país de4 origen, bajo el concepto de la colonialización.
La izquierda, habla ahora de democracia, pero, somos menos democráticos y limitantes. Ahora, existen espacios para platicar, iniciativas y poder de la gente. El poder económico y financiero están por el suelo. Cuyos efectos, se encuentran a la vista. Especialmente en Grecia, Portugal, España y, tal vez Francia.
Ahora, esta allí, Donald Trump. Buscando salvar a Emmanuelle Macron, las tablillas matemáticas no dejan de funcionar.
Pero, va a surgir un nuevo concepto de democracia, cuando los militares dejen de cuidar verduras y pollos, vean a su lado un grupo de guerrilleros que le lanzan un fuego de perdigones. Verán que la imaginación, algunas veces, por la ignorancia, es convertida en fantasía.
En Venezuela, hay un problema grave de lucha de clases con instituciones débiles, que el capitalismo actual impone a la gente. La mayoría del gabinete ejecutivo, tiene bienes en EEUU y, lo critican los mismos personajes hasta por los medios impresos y televisivos.
De hecho, admiran a Derrida, Camus, Althusser y mucha otra gente, porque, venían de familias judías que habían vivido en Argelia desde fines del siglo XIX. No tiene un gran impacto, creerse influido por personajes judíos que están en contra del pueblo de Palestina y matan niños, simplemente son copeyanos, hijos de viejos dirigentes del partido social cristiano, acá en Venezuela. Se engañan a sí mismo. Muy diferente a mí que vengo de la orilla del mar, en Puerto Cabello. Nací rodeado de mar y ríos, como Borburata, Miquija, San Esteban, rodeado de buenas tías, imágenes, muebles y libros.
. Los dirigentes políticos de hoy, quieren fragmentar sus procesos de trabajo y suprimir todas las políticas sociales y formas dadas al pueblo, como un bien comunitario. Como excusa, dan a conocer la palabra crisis para enriquecerse más y convertirse en burgueses.
Digo esto, porque no podemos seguir engañando nuestra imaginación creativa
Jacques Rancière retoma la teoría para dar cuenta de la igualdad intelectual de todos los ciudadanos ante el saber, como una superación de la clásica relación maestro-alumno, de aquellos que parten de una desigualdad de base para volver activos a aquellos considerados pasivos.
Hoy, existen estrategias de desidentificación y subjetivación en algunos movimientos sociales y en algunas prácticas artísticas contemporáneas en Venezuela. Para inyectarnos una falsa política o doctrina revolucionaria, para obviar la condición de vida que llevan en el transcurso de la historia.
Tenemos que introducir una ruptura en nuestras formas de experiencia, de la vida cotidiana y crear un espacio y un tiempo en el que puede aflorar el desacuerdo: la tensión entre los que tienen parte y los que no tienen parte, por la cual se pone en evidencia lo arbitrario de la relación misma, pues hace estallar verdaderamente nuestros presupuestos con lo de ellos, porque la República es ya un disfraz discordante de una realidad.
Se debe configurar aquellos espacios de nuestra existencia en desacuerdo, donde el orden de nuestra existencia es puesto en juego y replanteado. Pero no podemos engañarnos al pensar que el arte suplanta los actos de irrupción del desacuerdo, esto es, la irrupción de los actos políticos propiamente dichos. Y menos aún podría determinarse una especie de fórmula mágica por la cual tenemos acceso al verdadero arte político, a sus procedimientos y sus formas de articular un lenguaje propio.
El actual proceso revolucionario trae grandes cismas y frustraciones a nuestro sentir y emocionalidad, ponen en crisis los privilegios que siempre hemos tenido como republicanos, dividiendo las sociedades en ciudadanos auténticos y otros que no son tenidos en cuenta. Los auténticos son ellos mismos, la clase diligenciar y no el pueblo.
Al contrario, el arte parece estar siempre entre dos aguas: por un lado, la búsqueda del artista que se empeña en captar y articular en su obra esas tensiones y contradicciones; por otro lado, las formas de apropiación de las obras artísticas que los ¿espectadores emancipados hacen, constatando lo que ven y tratando de aproximar a su propia inteligencia lo que el artista ha articulado en su obra. Es el vínculo entre artistas y espectadores lo que se constituye en un puente entre seres humanos emancipados, esto es, que se hacen libres a sí mismos en virtud de su propio pensamiento.
La emancipación intelectual es la base para la emancipación política, que es la única posibilidad de una democracia real
El lenguaje es una caja de herramientas que cada cual debe utilizar a su manera. Sólo necesitamos que nos lo enseñen. Los objetos de estudio de la filosofía, psicología y de las ciencias sociales pertenecen a cualquiera que quiera pensar, son imprescindibles para formar el pensar crítico y, por lo tanto, la democracia. Los filósofos, los historiadores, los sociólogos tenemos nuestros métodos, pero no son excluyentes. Los otros pueden pensar igual que nosotros. A veces incluso más interesantes. Pero siempre igual de respetables.
Lo importante es motivar, lo que hacen luego en la práctica es marcar unos procedimientos y unas etapas absolutamente reglamentados.
Estamos en un mundo en el que la dominación capitalista se ha diseminado por todas partes y estructura nuestras formas de experiencia, sin tomar la apariencia de una especie de poder global. Habría que pensar hoy un mundo de espacios liberados o, como lo digo en mis columnas, en el que pueden hacerse hoyos, abrirse brechas en esa red aparentemente homogénea. Quizá ya no podemos pensar hoy en lucha de contrarios, como un conflicto de fuerzas, sino como un conflicto entre mundos, entre diferentes construcciones de formas de experiencia sensible, que parten de lo más cotidiano.