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Sun Hengshan, de 57 años, último jefe de la Oficina 610 en la provincia de Jilin, fue asesinado a puñaladas por uno de sus subordinados
Por: Frank Fang
La Gran Época, EE.UU.
La Oficina 610, organismo del régimen chino tipo Gestapo establecido en 1999 para arrestar, encarcelar y torturar a los practicantes de Falun Gong (Imagen de New Tang Dynasty Television)
El 8 de junio pasado, Sun Hengshan, de 57 años, último jefe de la Oficina 610 en la provincia de Jilin, fue asesinado a puñaladas por uno de sus subordinados.
El asesino de Sun Hengshan huyó inmediatamente después de apuñalarlo, y más tarde se trasladó a la comisaría de Changchun. Confesó que mató a Sun en venganza por una mala evaluación de su trabajo que le costó un descenso en su carrera.
El asesinato de este funcionario es el último de una larga y sangrienta serie de crímenes y violaciones a los derechos humanos perpetrados en China por la notoria organización del Partido Comunista Chino conocida como Oficina 610. Esta estructura está compuesta por agentes de una policía secreta especial, similar en todos los aspectos a la Gestapo, y creada para perseguir a los ciudadanos chinos que practican Falun Gong (una disciplina espiritual pacífica, que durante casi veinte años ha sufrido una represión despiadada y sangrienta por parte del Partido Comunista Chino).
Sun Hengshan tuvo una larga carrera política en la provincia de Jilin. Según el sitio chino Baidu, antes de recibir su última asignación, fue jefe de la oficina de la Comisión Jurídica y de Supervisión del Congreso del Pueblo de Jilin (cuerpo legislativo títere que actúa como vicepresidente del Parlamento de la provincia) y jefe de la oficina de la Comisión de Inspección Disciplinaria de Jilin, agencia anticorrupción, destinada al más alto tribunal de la provincia.
La muerte de este funcionario se suma así al trágico informe sobre la Oficina 610. El sitio Minghui.org, que recopila información sobre la persecución en curso de Falun Gong, informa que 783 funcionarios pertenecientes a esta oficina han muerto de enfermedad, se han suicidado, han sido “heridos” o despedidos como resultado de investigaciones internas sobre corrupción.
La principal víctima de la Oficina 610
Falun Gong, o Falun Dafa, es una antigua práctica china que incluye el ejercicio, la meditación y el mejoramiento de la persona, con fundamento en los principios de la verdad, la compasión y la tolerancia. A principios de los años noventa era muy popular en China y, por sus beneficios en la salud, también fue favorecida por las autoridades y, en 1999, las fuentes oficiales del régimen chino estimaron unos 70 millones de practicantes.
Pero la creciente popularidad de Falun Gong y su independencia del régimen chino y de todas las formas de poder político y económico, fueron suficientes para desatar la furia del paranoico ex jefe del PCCh, el dictador Jiang Zemin, quien –en el delirante terror de que su propio poder pudiera verse afectado de alguna manera por Falun Dafa– en julio de 1999 comenzó una feroz represión por todo el país. La persecución fue apoyada y ‘justificada’ por una acción masiva de propaganda y difamación: un verdadero ‘lavado de cerebro’ infligido al pueblo chino, que tenía la función de compactarlo en el odio común contra esta práctica espiritual completamente inofensiva. Una de esas operaciones típicas de adoctrinamiento y manipulación de masas que en los regímenes totalitarios (comunistas y no comunistas) son lo más común.
Zemin estableció la Oficina 610 el 10 de junio de 1999, fecha a partir de la cual la estructura tomó su nombre. Durante los diez días siguientes, se establecieron filiales en todo el país y, desde entonces, cientos de miles de practicantes de Falun Gong han sido arrestados y sometidos a tratos crueles: tortura, trabajos forzados en prisiones, lavado de cerebro en centros psiquiátricos. En la provincia de Jilin, más de 290 personas murieron en dos días, y sólo en las provincias de Liaoning, Heilongjiang y Hebei ha habido aún más muertes.
Pero dada la estricta censura de la información del régimen comunista chino, es realista pensar que estas cifras representan sólo una fracción de las cifras reales.
Artículo en inglés: The Death of a Chinese Official Exposes Long-Standing Human Rights Abuse in China
Traducción de Lucía Aragón