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Los fachalanes están dirigidos por unos grises personajes salidos de una pequeña burguesía que ha visto reducido su primacía, privilegios, monopolio de las actividades y bienes patrimoniales que les legaron sus ancestros
Los fachalanes están dirigidos por unos grises personajes salidos de una pequeña burguesía que ha visto reducido su primacía, privilegios, monopolio de las actividades y bienes patrimoniales que les legaron sus ancestros. Y que una buena parte de ellos dilapidaron con su afán de dinero fácil y su increíble falta de talento empresarial y capacidad de trabajo. Esto sumado al rebrote económico español de décadas pasadas en las que las distancias entre comunidades se acortaron llevaron al catalanismo a un mensaje cada vez más agresivo, cerrado, victimista y xenófobo que tiene su continuación con la ofensiva catalanista que estamos sufriendo estos últimos tres años. Y digo sufrir, porqué con sólo tener un mínimo de espíritu crítico y algo de apego a los valores democráticos y socialistas más rudimentarios uno se da cuenta que la obra de ingeniería social emprendida por la Generalitat y sus milicias y asociaciones protocatalanistas son una verdadera mordaza contra la libertad de pensamiento, de acción y de palabra. Lo que eufemesticamente se llama pensamiento políticamente incorrecto. Concepto que también se ha subvertido por las plataformas y partidos políticas de signo supuestamente progresista y antisistema. Es el caso de ERC, cuya trayectoria histórica no engaña a nadie, de las Cup, auténtico bastión de batasunos catalanistas que espera recibir la luz verde de sus protectores para proceder del mismo modo que su espejo vasco. Una ideología prefabricada en la que se juntan retratos del Che, Bolivar aunque se pretenda erradicar la lengua española, y se llame a la hermandad con naciones oprimidas como Palestina, Kosovo o Croacia. Esto depende del sesgo programático de cada partido. Los más conservadores prefieren identificarse con los genocidas croatas o los racistas letones. La izquierda prefiere campeones de la resistencia como los narco y orgános traficantes kosovares o los ya muy islamizados e infiltrados palestinos.
La alienación contra el imperialismo yanqui ni siquiera es visible, o está bien fundada. Pues la sociedad catalana aprueba y ha aprobado por activa o por pasiva las campañas bélicas desde hace veinte años y sigue haciéndolo. No hay que ser demasiado inteligente para ver que la estrategia catalanista-separatista copia mucho de lo hecho ya por otras independencias, que siguen fielmente modelos previamente desarrollados y apoyados por el gran protector de las luchas independentistas, sobre todo cuando fragmentan mercados medianos, moneda unitarias, establecen bases militares como franquicias del Starbucks y humillan hasta la irrelevancia culturas potentes. Y ese es el aliado por cuya ayuda y reconocimiento mediático porfía desesperadamente la Generalitat y el resto de tentáculos separatistas. Y hacia eso van encaminados todos estos actos masivos del régimen.
Pero volvamos al pequeño y hermético universo del nacionalismo catalán. Tan querido a las épocas de crisis, de hecho sin el desastre de Cuba no nos enfrentaríamos a esto. Por eso cuando un personaje como Artur Mas, hijo de un desfalcador que murió sin que la justicia le tocará un pelo, nos compara la vía catalana con la marcha por la libertad de Martin Luther King uno no puede sentir más que repugnancia hacia un personaje tan hipócrita como él. Las libertades civiles, la lucha contra el racismo, el no a la guerra y a la marginalización son elementos ajenos a la vida y preocupaciones catalanas desde hace muchos, muchos años.
Las imputaciones por delitos económicos y una corrupción probada y corroborada del 3 al 5% no parecen ser ni siquiera una traba moral para hablar de un personaje como King. Por supuesto el mesianismo de Mas no tiene respuesta ni rechazo en Cataluña por la abyecta vulgarización que hace de la lucha por la libertad de una comunidad azotada por la depresión y discriminación. Pero él busca la comparación para legitimar la causa separatista como la única cívica, la de la paz, la del espíritu cívico, organizado y laborioso intrínseco al buen catalán. Los avances sociales y la inclusión social no le importan en absoluto. Ni a él ni a ninguno de los tropecientos mil y un millones de fachalanes que bramaran por una libertad que nadie les discute pero que pretenden arrebatar de forma permanente a los demás.
Si así fuera, no nos engañemos no existiría ningún proyecto separatista. Cataluña como el resto del país esta prácticamente muerta espiritual, cultural e intelectualmente, y este es el caldo de cultivo ideal para que calen los mensajes victimistas y xenófobos repetidos una y otra vez durante los últimos treinta años por los medios, instituciones, y partidos políticos catalanes. Por todos ellos. ICV se distingue especialmente en despreciar a los niños extremeños como mascotas abandonadas y en valorar la inmersión lingüística como tabla de salvación para que los hijos de los andaluces no se mueran de hambre. A esto muchos de ellos han respondido afiliándose a la causa separatista, queriendo expiar su pecado original. No hay nada peor que un converso...
El defender el bilingüismo supone la condena inmediata a ser tildado de facha, mote que a veces te ganas simplemente por hablar en español y no saber apreciar las trepidantes sardanas. Cualquiera medianamente informado sabe de las iniciativas de las fuerzas políticas catalanistas por reducir a la mínima expresión los medios, publicaciones y hasta partidos españoles de una hipotética Cataluña independiente. Aspecto de una voracidad e intolerancia fachalana draconiana que los medios ‘progres’ no aciertan en valorar en su justa medida dados sus altos niveles de agresividad e intolerancia. Una política del odio en toda regla que abarca solapada y sibilinamente( ahora ya insultante) que pretende inundar todos los aspectos de la vida catalana.
Es curioso que ellos usen esa palabra contra los demás. Pero en verdad es tal su poder que paraliza a muchos que prefieren bajar la cabeza y asentir.Ellos traspasan todos los límites. Falsean de un modo absurdo y ridículo la historia de la guerra de sucesión nada gloriosa. Llegando a colgar los principios legales del Reino de Aragón de Felipe IV como ejemplos de libertad en grandes paneles por el centro de la ciudad dentro de una campaña del Ayuntamiento de Vivir Libres que reivindica los derechos nacionales de la Cataluña de 1714. Un hecho curioso que se haga del Rey Pasmado un paladín del despegue económico peninsular y de las libertades de un país que no ha existido jamás llamado Catalunya.
Un hecho curioso que se haga del Rey Pasmado un paladín del despegue económico peninsular y de las libertades de un país que no ha existido jamás llamado Catalunya
Por supuesto Cataluña guerreó contra España como salvaguarda de la libertad. Una buscada mentira con una intencionalidad muy clara, en aras de una lectura actual que combina victimismo con odio prebélico en la intimidad cuatribarrada. Esto no sólo se repite constantemente en las ondas, aulas y parlamento catalán, sino que personajes como un Conceller de Cultura se permite hacer comentarios como que España es una anomalía histórica. Obviamente jaleados por la incompetente izquierda española que olvida que lo realmente inmoral es que perduren elementos medievales en el siglo XXI como los fueros o la Generalitat que no eran más que un órgano de la baja nobleza y burguesía comerciante catalana para recaudar impuestos y repartirse influencias. Sin embargo esto representa mejor al pueblo catalán. Definición en la que sólo encajan los nacionalistas, y que se va estrechando cuando criterios como el nivel económico y el abolengo de los apellidos van reduciendo a los integrantes del pueblo catalán. Todo esto no son más que unos retazos y generalidades que aún así conforman un decálogo del fachalan que lo acerca a cualquier fascismo de medio pelo. Pero centrémonos, el lo quiere es enfervorizar a las masas ya entrenadas y aleccionadas durante meses para que la diada del 11 de 2013 sea otro pulso ganado a Madrid. La coreografia ya esta más que ensayada. Los medios dispuestos a su servicio son insultantemente colosales. Se habla de despliegue de 2000 policias para proteger y cortar carreteras. Las campanas de las iglesias repicaran por la ‘libertad’ de Catalunya. Siempre lo más reaccionario de la iglesia al lado de los nacionalismos.
Se persigue un único fin, apabullar, dejar sin respuesta al contrario. Realizar demostraciones de fuerza con una escenografía que nos retrotraen a otras grandes causas por la libertad de pueblos más civilizados que otros con los que la historia no había sido justa.
Pero a pesar de todo no son una mayoría. Hecho que no les impide hablar de las minorías como si no existieran para replicar que el catalán es un nacionalismo integrador. Cabe mayor disparate cuando escupen odio por todos sus poros contra España. Y la inmigración. Solo es buena cuando acepta hablar catalán, animar al Barça y hablar mal de Madrid. Entonces son "nouvinguts", si por el contrario dan la espalda no son más que moros, sudacas, cholos, quillos o ‘xinos’ sin apadrinar. Un embuste que muchos tragan. El nacionalismo catalán se basa en mitos que el mismo franquismo utilizó para acabar desechando por rancios. Milenarismo mediterráneo de conquistadores sicilianos y alemanes, de un puerto Barcelona y de una flota a la que nunca correspondió el papel preponderante que nos enseñan en el colegio, o en la muy mediocre historiografía catalana que hacen moderno e incluso izquierdista a Jaume Vicens Vives.
El austracismo en franca decadencia que cayó contra el avanzado centralismo francés de Felipe V o la ilustración de su sucesor son hoy identificados con imposibles invasiones españolas y atropellos constitucionales que nunca sucedieron. Por supuesto se sigue negando la mayor, que Cataluña negoció, comerció y explotó las colonias americanas como cualquier rincón de España y sus coronas. Quizá esto se deba a que el deseado papel de banqueros y tesoreros nunca fue confiado a los capitostes catalanes y esa herida siga doliendo a los tataranietos del Consejo de Ciento, una auténtica camarilla feudal.
La hipocresía y las rentas como las piedras filosofales del catalanismo de hoy, ayer y siempre.
Pero eso es el pasado. El presente es la vía catalana, la catalán way, la cadena humana.
Una telaraña que aprisionará Cataluña reclamándola como suya, alrededor de cuyas redes orbitan multitud de desagradables y avariciosos insectos que quieren sus presas para ellos, pero ninguna de las cargas ni de los esfuerzos que conlleva el conseguirlo. Unos insectos que estiran sus ponzoñosas extremidades en busca de los suyo. Tejen redes para crear departamentos estancos que las aíslen del exterior, acotando su territorio de caza y a la vez atrapando en su seno a las criaturas que no salen de sus madrigueras y que quedan condenadas bajo su voluntad y dominios que van cerrando noche tras noche. Pero ahora todos los arácnidos están juntos, son una plaga y su aspecto y extensión de su telaraña parece insuperable.
Amedrentan, paralizan, coaccionan sin necesidad de devorar. Han transmitido a sus presas que ellas son sus únicos referentes y protectores aunque no sean más que una pléyade nauseabunda de ponzoñosos verdugos, que no obedecen más que a intereses creados que no ocultan su apetito por la destrucción de otras colonias, y cuando estas se confían, o son parasitadas por el maniqueísmo nacional, o viven en sus hormigueros hasta el pronto fin de sus días o acabaran muriendo por asomarse más de la cuenta bajo miles de ávidos ojos.
No obstante aunque la seda de la araña sea tan resistente como el diamante. Basta un manotazo para empezar a destruir la maraña de mentiras, odio y prejuicios sobre la que se erige esta enorme soga que se abate sobre una sociedad que visto espectáculos como el de este 11 tiene miedo de pensar y de ser libre. Porque el fachalan es así, no te reconoce como suyo si no caes en la trampa. Y enseguida acude a insultos como colono, genocida, inmigrante, charnego, e ingrato. Aunque eso sí, el espíritu de Ghandi será el de la vía catalana. Confundir chantaje con libertad, decisiones ilegales con derechos y superioridad de medios con autoridad moral. Son incapaces de reconocer que la e intolerancia que les lleva a colgar banderas anticonstitucionales pueda herir a alguien y que se trate de algo legitimo.Es un acto en si mismo plenamente fascista. Para empezar es una bandera rotundamente anticonstitucional, que rechaza a todo aquel que no comulga con ella, es una bandera que quiere separar, algo completamente contrario a la inclusión social con la que se llenan la boca los cínicos e hipócritas catalanistas. Es un bandera excluyente que apunta a todo aquel que no identifica con ella. Es una bandera étnica, pero por encima de todo es una bandera ficticia que no se corresponde a nada más que a una invención criollo-racista en el caso de la estrella azul ( otra vez la falta originalidad catalanista )y a la legitimización del execrable grupo terrorista Terra Lliure con la estrella roja. Una estrella roja que puede ser algo vistoso pero que no tiene nada que ver con el comunismo. Una bandera que reclama para sí los territorios de Valencia, Baleares, el Sur de Francia y la Franja de Aragón en una muestra de imperialismo medievalista realmente trastornado. Un control de los medios que pretende ser plural cuando sólo repite un mensaje y silencia a los demás. Una sociedad enferma de hipocresía que en el mejor de los casos mira hacia otro lado cuando sus injusticias flagrantes son denunciadas y en el peor las niega o llama a quienes las sufren fascistas .En cambio los separatistas se creen los únicos poseedores de la razón, el juicio y una democracia contra la que atentan. Esa es la verdadera lectura de la vía catalana. La que ningún fachalan podrá aceptar aunque todas la sientan suya con gran fervor nacionalista( nunca patriótico).
Catalunya como el resto del país esta prácticamente muerta espiritual, cultural e intelectualemente, y este es el caldo de cultivo ideal para que calen los mensajes victimistas y xenófobos r