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Autor Janeth Peralta Solís Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla. México. janeth.peralta@upaep.edu.mx
Marco teórico
Como punto de partida, Schumpeter (2002) señala sobre la innovación lo siguiente:
Incluye la introducción de nuevos productos que pueden incluso servir como estándar. El cambio tecnológico en la producción de mercancías que ya están en uso, la apertura de nuevos mercados o de nuevas fuentes de abastecimiento, taylorización del trabajo, la mejora en el manejo de materiales, la creación de nuevas organizaciones empresariales, como los grandes almacenes —en una palabra, cualquier cosa que sea “hacer las cosas de manera diferente” en el ámbito de la vida económica—, todo estos son ejemplos de lo que nos referiremos con el término innovación.
Un claro ejemplo es cuando una empresa adquiere o desarrolla un nuevo producto. Esta empresa va a recaudar las ganancias que ese producto innovador le genere, mientras que las otras empresas que sigan desarrollando un producto anterior irán reduciendo su tasa de ganancia (Aguirre, 2014).
Wang (2014) deduce que la innovación se ha convertido en la actualidad en un recurso estratégico para las empresas y es considerada como una vía o camino necesario para la adquisición de nuevo conocimiento al interior y exterior de la organización, lo cual trae como consecuencia un incremento significativo en los niveles de competitividad y genera nuevas habilidades que intensifican la competencia dentro del ambiente de los negocios y genera un mayor nivel de rendimiento empresarial.
Asimismo, la innovación es considerada en la actual literatura no solo como una práctica esencial que genera diversas ventajas competitivas, sino también como una fuente de recursos invaluable que permite a las empresas, sobre todo a las pequeñas y medianas, mejorar significativamente sus capacidades y el nivel de desempeño empresarial.
Velázquez & Salgado (2016) señalan que la innovación está directamente ligada al cambio tecnológico, aunque actualmente los procesos de innovación son identificados como intangibles, y pone como ejemplo la Investigación y el Desarrollo, ya que estas variables parecen pasar desapercibidas, pero son una necesidad esencial para innovar. Además, para identificar la innovación tecnológica en México, realizan una investigación que se basó en la generación de patentes (concedidas a mexicanos en la nación), las exportaciones de bienes de alta tecnología y la base científica entre otros aspectos importantes.
Hacen énfasis en que la Investigación y Desarrollo (ID) son una parte esencial en los países que generan innovación, sin embargo, no significa que al invertir en ello se esté innovando.
Arriola (2004) establece que en este proceso de innovación se hablan de políticas de investigación para el desarrollo: «políticas I + D». Estas se basaban anteriormente, en un modelo lineal donde cada institución cumplía con su parte de forma automática. Ahora, los indicadores de ciencia y tecnología más usuales se vuelven más complejos y estos son:
- Los indicadores de recursos (inputs), por lo que se incluyen a los gastos en I+D, el número del personal dedicado en la investigación.
- Indicadores de resultados (outputs), como el número de patentes registradas, número de artículos científicos publicados.
- Indicadores de impacto, como el índice de comercio tecnológico.
Define al concepto de gastos de I+D (innovación y desarrollo) como aquellos recursos destinados al trabajo realizado de manera sistemática y organizada, con el fin de incrementar el acervo de conocimientos y la utilización de estos para derivar nuevas aplicaciones útiles al sistema productivo; en cualquiera de sus áreas, tanto la investigación básica o fundamental, la investigación aplicada o el desarrollo experimental.
Conacyt (2012) es considerado la base del Sistema Nacional de Innovación, los siguientes conceptos son obtenidos de esta institución. Es preciso aclarar que las actividades científicas y tecnológicas son actividades sistemáticas que están estrechamente relacionadas con la generación, mejoramiento, difusión y aplicación del conocimiento científico y tecnológico en todos sus campos. Estas actividades se dividen en tres categorías:
Una patente según Foladoril et al. (2016) es un derecho de monopolio que proporciona cobertura temporal y espacial sobre un proceso o producto, y que es otorgada por el Estado al inventor para que este explote su invención. Es susceptible de registrarse únicamente cuando la invención ofrece un conocimiento novedoso, que pueda ser aplicado de manera industrial. Al momento de registrar una licencia se está ofreciendo información para que cualquiera pueda aplicarla, una vez negociado el otorgamiento de licencias o el cobro de regalías. Bajo estos criterios, la patente es un premio que incentiva al inventor y que, además, compensa gastos de I&D que de otra forma no se realizarían.
Junto con otras tecnologías como las TIC (Tecnologías de Información y Comunicación) y las biotecnologías, constituyen una palanca para la innovación y el desarrollo. Es de importancia económica y política poder estimar el papel de las nuevas tecnologías en la economía y la innovación, pero este es un reto difícil debido a dificultades intrínsecas para la medición y a falta de bases de datos apropiadas. Las patentes son ampliamente utilizadas como indicador privilegiado para medir la innovación.
Campo & Herrera (2016) afirma con previas investigaciones realizadas que un aumento del registro de patentes puede tener un impacto diferente sobre el crecimiento económico de los países dependiendo del origen de la patente. En cualquier caso, se reconoce que la innovación responde al crecimiento de nuevas ideas y que dependiendo de la economía en la que se produjo atiende a un sector generador de diferente valor agregado que puede estar relacionado con la calidad de la patente.
Bibliografías
Aguirre, P. A. (2014). Innovación y economía del conocimiento, ¿Qué hay que aprender para México y cuál es el papel de las élites?.
Arriola, J. (2004). Conocimiento, tecnología y crecimiento. Nuevas orientaciones y recomendaciones estratégicas en una economía globalizada. Zarautz-País Vasco: Universidad del País Vasco.
Campo Robledo, J., & Herrera Saavedra, J. P. (2016). Patentes y crecimiento económico:
¿innovación de residentes o no residentes? Colombia: Academic Search Ultimate.
Conacyt; (2012); Informe general del estado de la ciencia, la tecnología y la innovación; México.
Foladori1, G., Figueroa, E. R., Robles, E., Lau, E. Z., Appelbaum, R., & Parker, R. (2016).
Patentes e innovación de nanotecnologías en México. Aguascalientes: Investigación y
Ciencia de la Universidad de aguascalientes.
Schumpeter, J. (2002). Ciclos económicos. Análisis teórico, histórico y estadístico del proceso capitalista. Zaragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza.
Velázquez Valadez, G., & Salgado Jurado, J. (2016). Innovación tecnológica: un análisis
del crecimiento económico en México (2002-2012: proyección a 2018). México: Academic
Search Ultimate.
Wang, C. H. (2014). A longitudinal study of innovation competence and quality management on firm performance. Innovation: Management, Policy y Practice, 16(3), 392–403.