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La proyección del vídeo en el que se ven los execrables crímenes cometidos contra militares de Marruecos en el desmantelamiento de Gdeim Izik, era el comienzo de la recta final del juicio...de fondo el activismo disfrazado de observadores internacionales
Tras poco más de dos años desde que se produjeran las revueltas en el denominado campamento de Gdeim Izik (Octubre de 2010), hechos en los que fueron asesinadas 13 personas, 9 de ellos militares marroquíes, un miembro de Protección Civil y tres civiles el juicio -que se celebra en el Tribunal Militar Permanente de Rabat. ha entrado en su recta final.
Las dos últimas jornadas han sido intensas, especialmente la tarde del miércoles, cuando dentro de la toma de conocimiento de las pruebas en el desarrollo de la vista, se proyectaron las tremendas imágenes que fueron capturadas tanto por las cámaras de las fuerzas del orden como, incluso, por implicados en las revueltas. Imágenes que mostraban una resistencia perfectamente organizada, que se dispuso operativamente para responder a las fuerzas marroquíes, con ataques con bombonas de gas explosivas o incendiarias, machetes, piedras y hasta con vehículos que fueron utilizados como verdaderas armas homicidas. Las imágenes mostraban como un miembro de los activistas pro-polisarios del interior del Campamento, y de los que desplegaron una violencia realmente 'desbocada', llegaban a profanar cadáveres de los militares asesinados orinando sobre sus cuerpos abatidos en tierra.
Sin lugar a dudas, las imágenes más dantescas grabadas con el teléfono móvil de personas que estaban participando en las revueltas, son las que muestran el cuerpo de un militar apaleado en el suelo y al que, con una mano apartan su barbilla mientras que con la otra, armada de un machete de grandes dimensiones, proceden a degollar su cuello...¿es normal el despliegue de una violencia así en el transcurso de un desorden público?.
El presidente del Tribunal Militar, quien por ministerio de la Ley no es castrenses, sino el responsable de la Corte de Apelación de Rabat, advirtió a todos los que estaban presentes en la sala que las imágenes eran muy duras y podían herir la sensibilidad de las personas, en particular de las familias de las víctimas, presentes en la gran Sala de Justicia. Las madres y viudas de los asesinados abandonaron entre sollozos la instalación judicial; dentro quedaron los padres y hermanos.
El silencio en la Sala fue sepulcral, durante los minutos en que duró el vídeo, incluso entre los acusados que, todos y cada uno de los días del juicio, han accedido al mismo gritando consignas propolisarias.
Activistas disfrazados de observadores, mal presagio para informar verazmente sobre un proceso judicial como el de Gdeim Izik
La presidencia del tribunal, tras esos intensos minutos; que con seguridad para los familiares del las víctimas fueron eternos, ordenó la suspensión de la vista hasta el día siguiente a las nueve de la mañana; hora en que debía tomar la palabra el representante de la procuraduría del Reino, lo que en el ordenamiento español sería el Fiscal, para dar a conocer las conclusiones finales, las acusaciones, los hechos criminales que se imputan a todos y cada uno de los acusados.
A las puertas del tribunal, como cada día, se producían sendas concentraciones, de una parte la protagonizada por los familiares de los militares asesinados, quienes mostraban los rostros jóvenes de los mismos. Muchos de ellos en prácticas, muchos de ellos los cabeza de familia, muchos de ellos el único sustento de padres, hermanos...No ha salido de ellos más que una reivindicación 'que se haga justicia'; hasta el extremo de que convocaron un encuentro con los observadores internacionales, días atrás, a los que no asistieron buena parte de los supuestos 'activistas de Derechos Humanos', incluso juristas, que dicen ostentar la calidad de 'observadores internacionales', pero que lejos de ver los acontecimientos, el proceso, para emitir un veredicto; se han comportado como 'observadores a favor de los acusados'; uno espera que los acusados sean objeto de un juicio justo, que de no demostrarse su culpabilidad sean absueltos, si son considerados culpables en virtud de una carga de prueba suficiente, sean condenados con arreglo a la Ley. En realidad juegan en esta 'puesta en escena' un papel de activismo 'puro y duro'; si el tribunal facilitaba el trabajo de los observadores internacionales, poniendo incluso traductores jurados, la crítica contra Marruecos estaba 'impostando' una supuesta actitud de transparencia; pero lo cierto es que todos -sin excepción- hemos podido seguir todo el proceso judicial sin más trabas que las propias de acceder a un espacio de alta seguridad como es la corte militar. En su papel de activismo han llegado a ir comentando, entre otros observadores, que ni siquiera existía una lista con los nombres de los supuestos militares asesinados; algo que es tan evidentemente falso como que hasta sus rostros estaban expuestos por sus familiares. En otros momentos llegaron a afirmar que ni siquiera existía una acusación individualizada, es decir, una imputación de hechos sobre cada acusado. Cuando en las exposiciones del fiscal, las declaraciones de los acusados ante la Policía Judicial y el juez encargado de la instrucción existen declaraciones sobre hechos concretos, conductas y acusaciones. Existen en la causa las diligencias de investigación e, incluso, algunas de las armas con huellas dactilares.
Marruecos ha querido exponerse a la comunidad internacional en un juicio relevante con plena transparencia. Durante el desarrollo del proceso, en la Sala de Vistas, se ha producido un equilibrio de armas, equilibrio entre acusación y defensa. Los presos han declarado, cada uno, durante horas. Pese a los argumentos repetitivos y reiterados de las defensas, en ningún momento, el tribunal ha dejado de escucharlos.
Claro está, que nos encontraremos ahora, con los comentarios facilones y demagógicos contra Marruecos; porque parece que eso 'vende'; pero lo cierto es que el juicio en sí ha respondido a estándares de calidad. No digamos si hacemos una valoración comparativa con nuestra Justicia, que de defectos también entiende, y mucho.