MI PALESTRA.

ANDAMOS MUY MAL.

GERMAN MARTINEZ.

La misión, sagrada si se quiere, de un periodista es buscar y contar la noticia, materia prima del o los medios donde sirve, verificar la autenticidad de quien o quienes la emiten y exponerla a la consi deracion del publico. Alvaro Alvelo hijo, amigo de la vida, conter tulio y orgullo del periodismo dominicano en la emisora la Z junto a sus compañeros de labor hicieron lo apropiado con la muy verificada, entiendo yo, entrevista al confeso narcotraficante Quirino Ernesto Castillo, pero no han emitido juicio de valor sobre sus denuncias y demandas. Hacerlo, como otros medios y periodistas es convertirse en vocero de un individuo a quien la sociedad en modo alguno debe resaltar porque estaríamos, no importa cuanto quisiéramos hacerlo por razones políticas, enviando un mal mensa je a una sociedad ya harta de que delincuentes sean los que a la sombra, o a la luz del sol, estén dando la imagen de que vamos a la deriva como sociedad cuando no es en modo alguno así. Creerle a Quirino mas que a un hombre que ha sido tres veces Presidente de la República, intelectual brillante, que debe servir de ejemplo a los jóvenes y no de objetivo de malsanos intereses nos expone y nos muestra como un país donde el dinero, las pasiones y las ambiciones obnuvilan hasta llevarnos a creer y repetir lo que dice un narcofrafi cante, además descerebrados, dolido con el Ex-Presidente Fernandez que fue quien lo encarceló y extradicto. Andamos mal, porque así no podremos en modo alguno tratar de salvar el futuro de la patria, basta pasar por una esquina, o detenerse en un parque para ver como se sacian los fariseos hablando y pontifi cando, babeando espumas por la boca como perros con rabia, eso es peligroso para el futuro nacional. Baste entonces para darnos ánimos ver que la prensa seria ha cumplido su misión sagrada de informar sin opinar en este feo espectáculo político que mas temprano que tarde se va a revertir. Mientras todo indica que Leonel Fernandez es el hombre a vencer no ya para el 16 como candidato, sino como la obsesión en que se ha convertido para los envidioso y malos agradecidos unos especimenes que se dan silvestre en estas tierras de Dios.