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Su nombre era mujer. Mujer como tantas otras, mujer de historia, por siempre mujer, por siempre respiro, por siempre costilla, por siempre tentada y por siempre electora. ¡Sobre todo eso… electora!
Mujer: ¡Siempre Eligiendo!
¿Su nombre? Su nombre era mujer. Mujer como tantas otras, mujer de historia, por siempre mujer, por siempre respiro, por siempre costilla, por siempre tentada y por siempre electora. ¡Sobre todo eso… electora!
Y… precisamente por ser electora, ella no se encontró al diablo fuera de su casa… ¡no! él estaba dentro, susurrando, gruñendo e incitando; se colaba en el baño, se instalaba detrás de las puertas, se paseaba por la cocina, y en el sillón de la sala, posado se mofaba con descaro de la pequeña tragedia ocasionada y luego, cuando hasta las ganas de mirar al cielo se habían ido de ella, salía él – el diablo -, arrastrándose con triunfo porque ¡ah fuerte! que había mordido.
Y ella, precisamente por ser electora, se nombra a sí misma “creadora de reyes”, pues largos años de su vida se han pasado hilando uno a uno, escondida, los aplausos de aquel hombre que se ha hecho a sí mismo, de su alma - la de ella -, y después de todo, ella sigue siendo insoportablemente invisible, y además mordida.
...¡ pero siempre será electora, también de una comedia!
Y elige, cómo se elige la ropa del día. Y un día eligió permitir que la vistieran y aunque se sintió bella con ese pantalón a la moda, con esa chaqueta y con esos altos tacones, luego de varios pasos caminados, esos zapatos bonitos, comenzaron a tallarle, y tenía que caminar despacio y soportando los pies yendo de lado a lado, y un rostro sonriente que sin embargo, lloraba amargamente, porque ese diablo, como tantos hombres historia, le habían ahogado a ella, lo más íntimo de su alma.
Alma de ella; alma dolida, pero respirando; eligiendo estar colada en el baño, detrás de las puertas y delante de ellas y sobretodo sentada en el sillón, mofándose de las elecciones hechas y las decisiones tomadas, y arrepintiéndose sin arrepentirse, de haber entregado su respiro a la tragedia y su alma a esa continua bocanada de aire que se toma en los momentos en que la conciencia le recuerda a ella que siempre será tentada, pero siempre será electora, también de una comedia.