Mauricio D'Alessandro, representante legal de Matías Morla, abogado y apoderado de Maradona, ha informado de que éste recibió una llamada de uno de los hijos de Fidel Castro para añadir la casa en la que el argentino pasó cuatro años en Cuba como parte de la herencia del 10.

La relación de Diego Armando Maradona con Cuba comenzó en el año 1987, cuando fue a recoger un premio y conoció a Fidel Castro. Aunque el momento de unión máxima entre la isla y el futbolista llegó en 2000, cuando el astro argentino aterrizó en La Habana para tratar sus problemas de drogadicción en una clínica de rehabilitación exclusiva. Cuando llegó a suelo cubano, fue recibido por Fidel Castro, con quien tenía una estrecha amistad, produciéndose un intercambio de regalos de todo tipo, incluida la propiedad que ahora sale a relucir.

"Llamó para recordarle que Fidel le había regalado la casa", explica D'Alessandro en declaraciones recogidas por EFE. El inmueble está situado en las proximidades de la clínica en la que se trató Maradona y, aunque no pasa de ser una residencia al uso, cuenta con varios objetos de colección. "El hijo de Castro le dijo que recuerde que en el altillo de esa casa hay decenas de objetos. Están conservados y dan para un museo. Hay fotos, cartas, cartas de líderes mundiales...".

Otro detalle importante es que las paredes de la residencia están pintadas por Maradona, existiendo varios grafitis únicos en el mundo. Entre ellos hay un mural con la frase "Fidel, te amo", escrita por el propio 'Pelusa'.