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Dramática despedida de Obama
El presidente de Estados Unidos Barack Obama-Primer gobernante de color- en su país, ya por eso es "historia".. Lo es también por otras primacías: fue declarado, equivocado o acertado, pero es lo cierto:"premio nobel de la paz".
Es difícil para un presidente de un país "guerrero", que solo puede compararse en la antigüedad con el "Imperio Romano", ser un presidente de paz, un promotor de la paz, porque maneja una agenda mundial, en que las circunstancias le obligan a enfrentar los desafíos desde fuera o simplemente, porque Estados Unidos lo "busca", en el marco de su geopolítica o de su "necesidad" vital, en su lógica política, de intervenir en el reparto del poder mundial y del dominio universal de los otros Estados. Demás está decir que la lucha estadounidense traspasa lo militar y sus guerras son en ciencia, en tecnología, en los mercados, en el neocolonialismo, y su "agenda", siempre está llena.
El presidente de Estados Unidos es el presidente de "intereses globales norteamericanos", de las Corporaciones, del lobbismo de los mercados, de los intereses tecnológicos y militares, de la Gran Industria, de Wall Street.
Eso le obliga a estar permanentemente, día y noche, todo el año, alerta y en la agenda mundial.Tiene que competir con la contraparte, con los otros intereses mundiales con los que se ha repartido Estados Unidos o la "nueva Roma", el espacio vital del mundo, porque "los otros", también "empujan".
Los últimos gobiernos norteamericanos desde Ronald Reagan han practicado la política de la "indiferencia", del olvido frente a Latinoamérica. Y como es lógico, si usted no está, ese espacio lo ocupa otro.
Tenemos a dos competidores en la región: Rusia y China; tratando de ocupar el espacio vacío dejado por los Estados Unidos. Primero vino Vladimir Putín con una agenda que incluyó tratados comerciales y ayuda económica y tecnológica-militar a los países menos obedientes, más liberales frente a la "agenda de Washington".Luego lo hizo China, que por su desarrollo económico está no solo buscando materia prima para su industria, sino espacios para reinvertir en el exterior y acuerdos comerciales, y tuvimos a Xi Ping, en una gira reciente que dejó ciertos compromisos, ciertos amarres, nuevamente con los países pertenecientes a los "No Alineados" o libre pensadores.
Eso, como es natural, debe haber molestado y preocupado a Washington, a pesar de su "indiferencia" con Latinoamérica, pero históricamente acostumbrado a considerar la región como "su patio vital".Cualquiera que se considere con "derechos", se molesta si hay "intrusos" deambulando en su "patio". En Estados Unidos, el poder debe estar razonando desde esta óptica. El gran beneficiario de esta nueva dinámica en el ajedrez mundial ha sido Cuba, que con un Obama preocupado por los movimientos chino y ruso en lo que considera el "patio vecino", que es Latinoamérica, ha decidido quitar el bloqueo de más de 40 años y entenderse con los cubanos.
Estados Unidos, con Europa y la OTAN, han reinventado una etapa contemporánea de la "Guerra Fría" frente a Rusia y China, que como buenos vecinos agotan una agenda de acuerdos y amarres para actuar juntos en la geopolítica, lo cual implanta un desafío a Estados Unidos y Europa que componen el "otro bloque".
El empeño de Rusia de resguardar los territorios adyacentes a sus actuales fronteras, le obligó a mirar hacia Crimea y Ucrania. Con esto, ha despertado el recelo del bloque Estados Unidos-Europa-OTAN, que apuntaba a un "cerco" para impedir el avance ruso por la Europa del Este.
Al no poder aplicar una derrota militar en el plazo previsto, los Estados Unidos y Europa, implantan una guerra económica que incluye un bloqueo, un boicot comercial para quitarle poder económico a este competidor y con ello, quitarse de encima a un gobernante contestatario como Vladimir Putín, dispuesto en su alegada defensa de los intereses rusos, enfrentar los "amagos" de sacar a Rusia de sus intereses vitales.
Washington ha acelerado su propia búsqueda de gas y petróleo y al reducir sus comprar en el mercado mundial, ha impuesto una drástica rebaja de los precios que se desplomaron desde los 105 dólares históricos el barril. Con ello perjudica y castiga a dos países en su "mirilla", Rusia y Venezuela.
Venezuela, como libre pensador, como "no alineado", ha estado mirando hacia otros mercados: China y Rusia. Hoy está pagando el precio, con el revuelo que ha causado el "decreto-ley" de un Obama que reacciona como una bestia herida, y que declara a Venezuela como un "peligro para los intereses vitales" de los Estados Unidos. Y eso, que Venezuela, por sí sola, fuera de los organismos regionales, MERCOSUR, UNASUR y su acuerdo intranaciones, como PetroCaribe, y otras formaciones regionales, tiene un "poder limitado" para hacer concertaciones y organizar, encabezar e impulsar Latinoamérica frente a los Estados Unidos, al menos con el actual liderazgo que le representa interna y externamente, tras la muerte de Hugo Chávez. Nos luce que lejos de entender a Venezuela como " un peligro", el castigo deviene por su acercamiento a los rusos y chinos, y por estar fuera de la agenda global de intereses de los Estados Unidos.
Si Obama viviera más tiempo en la Casa Blanca, el turno sería para Nicaragua, Brasil, Argentina, Uruguay y otros países que han cometido el "pecado" de alejarse de Washington y de poner en peligro su hegemonía geopolítica, ya afectada por la competencia internacional.
Obama, con grandes preocupaciones internas, luego que su Partido Demócrata fuera desalojado de la hegemonía que tenía en el Congreso y en los cargos de Gobernadores, y que ha sido puesto a la defensiva en la Casa Blanca por la ofensiva republicana a sus decisiones políticas, se retirará sin embargo con una nueva "mancha fea" en su agenda política y es el haber agredido, amenazado a un país que ha trabajado y conserva prestigio, apoyo y solidaridad en la región latinoamericana, como lo es Venezuela, que simplemente busca y hace lo que necesita hacer para sobrevivir como una nación libre y soberana.
En lugar de acudir al viejo estilo Truman de la "Política del Garrote", Obama debió como un presidente moderno y actualizado, inmerso en las corrientes mundiales, empezar a "competir" por recuperar el terreno perdido en Latinoamérica, con las armas que demandan los nuevos tiempos: la diplomacia, las negociaciones, concertaciones, el diálogo y la disputa por los mercados.